Para profundizar en los objetivos de la terapia breve sistémica centrada en Soluciones se presenta en esta entrada una viñeta de caso que sirve de ejemplo para entender el propósito de:
Cambiar la forma de percibir el problema
Pedro es un adolescente de 17 años derivado al servicio
de terapia por el coordinador académico de su bachillerato que estaba
preocupado por sus constantes episodios de ira. - Es un pequeño Hulk- nos anunciaba mientras nos describía el caso- Lo peor es que no mide consecuencias y
termina dañado o dañando a los demás.
Durante la sesión Pedro nos confirmó la información de su
coordinador y describió de manera detallada el ciclo problemático de los
episodios de ira:
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Al convivir con sus compañeros de clase percibe que alguno de sus
compañeros es victima de alguna injusticia por parte de otro.
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Lo defiende y la discusión que se produce lo lleva a experimentar enojo
-
El enojo se intensifica y lo experimenta cómo incontrolable (“Ya no sé de
mí”)
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Se conduce de manera impulsiva y genera daños físicos a la integridad de su
contrincante y a él mismo.
En su relato constantemente resaltaba que sus reacciones
las consideraba involuntarias y no se veía como una persona capaz de
controlarlo.
Le preguntamos por la buena razón por la que defendía a
sus compañeros. Su respuesta fue contundente: una historia de abusos y
agresiones le habían hecho prometerse a si mismo no permitir jamás otra
injusticia, aunque esto significara defenderse con uñas y dientes.
Al regresar de una pausa con el equipo terapéutico
comentamos a Pedro nuestra impresión de saber como se había convertido en un verdadero
paladín de la justicia y que lamentabamos que esto mismo ahora le trajera
problemas con su coordinador. Le compartimos, también, una preocupación del
equipo:
“cuando tu defiendes a capa y espada a tus compañeros que
son tratados injustamente en realidad das dos mensajes. El primero es una clara
manifestación de apoyo y aprecio. El segundo es un terrible “Te defiendo por
que eres incapaz de hacerlo por ti mismo””
“En este sentido no queda claro quien se comporta más
injustamente: Si los compañeros que lo molestan o quién les arrebata la
posibilidad de aprender a defenderse por si mismos”
Después de unas semanas, el coordinador nos refirió que
los episodios de ira habían cesado. Pedro comenzaba a utilizar otros métodos
para ayudar a sus compañeros a defenderse de las injusticias.
El caso ilustra de forma conveniente la sentencia de Epitecto:
“no son los hechos los que nos hacen sufrir, sino la opinión que tenemos de
ellos”. Sólo bastó con cambiar el marco de referencia del joven alumno para
generar un cambio en su comportamiento y con ello permitir que experimentara y
estimulara sus potencialidades y recursos no utilizados hasta el momento. Para
lograr estos fines, la terapeuta, puede apoyarse de la técnica del reencuadre
que consiste en proponer un punto de vista distinto de una determinada conducta
o situación para que al percibirla de forma distinta, el consultante puede
actuar también de forma diferente.