La técnica del terapeuta dividido (TD) es una intervención basada en el
uso de la confusión que permite redefinir el problema planteado por los
consultantes y establecer una meta decisional en el proceso de terapia. Este
procedimiento técnico tiene lugar en la
etapa de devolución (recordemos los tres momentos que marcan una sesión en
terapia breve sistémica: entrevista- pausa-devolución) y representa una forma
de reencuadre.
En esta entrada se presenta el uso de la técnica del terapeuta
dividido en el modelo de la terapia breve sistémica. En primera instancia se
expone un marco explicativo que permite develar el funcionamiento de la
técnica basado en tres ideas fundamentales: el uso de la confusión en la
terapia (inaugurado por Erickson y continuado por el trabajo del grupo de Milwaukee),
la ilusión de alternativas como procedimiento de comunicación sugestiva y el
fenómeno de la ambivalencia cómo interferencia en el proceso de cambio. Luego
se describe el recurso técnico detallando los objetivos que persigue, los casos
en qué se puede explicar y el procedimiento paso por paso. Por último se
presentan se ejemplifica la
técnica con la presentación de un caso procedentes de la práctica clínica.
PRESUPUESTOS BÁSICOS PARA EL USO DE LA TÉCNICA DEL TERAPEUTA DIVIDIDO
Es posible entender esta forma de intervención y su lógica interna
apelando a 4 ideas básicas: el uso de la confusión en el contexto de terapia, el paradigma de la
libre elección, la ilusión de alternativas y la ambivalencia en la etapa de contemplación de la
rueda del cambio.
a) Uso de la confusión en terapia
breve
El origen de la técnica del terapeuta dividido la podemos rastrear en la
historia de la terapia familiar hasta ubicarlo en el trabajo de Milton H
Erickson. Este hipnoterapeuta utilizaba estratégicamente la confusión para promover
cambios en la terapia con sus pacientes. La lógica de la intervención se puede
resumir de la siguiente manera: con frecuencia los clientes acuden a consulta
con metas vagas, excluyentes, objetivos mal descritos, etc. El terapeuta ante
el caos se preguntará ¿Cómo lograr una meta bien definida, concreta, específica
y alcanzable por los clientes? El sentido común, lo llevará a explorar la
opción de ayudar al consultante y la familia a aclarar, concretar, especificar,
buscar denominadores comunes cómo una de las tareas básicas antes de comenzar
con alguna intervención.
Una lógica no convencional, como la utilizada por Erickson,
lo llevará a una opción alternativa: centrarse en la confusión emergente entre
dos o más personas con construcciones de realidad diferentes para admitir,
entonces, la propia confusión ante la confusión de ellas. De esta manera, se desarrolla
una buena relación y cooperación utilizando la confusión del cliente de modo
tal que quede frustrada su necesidad de construir un significado en la
situación terapéutica, y consecuentemente resulte imprescindible el planteo de
una meta, que es lo que da sentido a aquella situación.
De Shazer (1994) da continuidad a la idea ericksoniana del uso de la
confusión al introducir el concepto de la regla del “o esto o aquello” que alude
a la presencia común de dilemas y opiniones divergentes en el sistema
consultante en terapia. Ejemplos de ello son los que encontramos en casos como
los siguientes:
· Una
madre de familia se pregunta si debe de ser más firme o por el contrario más flexible
con sus hijos;
· Para
ayudar a su hijo a defenderse de las agresiones de sus compañeros, un
progenitor opina que debe avisar a la maestra, mientras que el otro piensa que
es mejor resolverlo por sí mismo;
· Una
mujer joven se pregunta si debe ofrecerle ayuda a su padre alcohólico o debe
distanciarse de él y hacer como si no le importara.
De Shazer comenta que ante tal dilema los terapeutas sustentan dos opciones,
parecidas a las mencionadas por Milton Erickson. La primera de ellas es
declarar equivocado a uno o ambos personas o ideas con el inconveniente de
poner en riesgo la relación terapéutica y por ende la oportunidad de ayuda del
profesional. La segunda opción, de la cual es partidario el autor, consiste en
explorar a detalle las divergencias sin intentar dar un cierre o resolución
para después mostrar abiertamente su propia confusión (la del terapeuta) que
redefinirá la regla de “o esto o aquello” con el mensaje de “y esto y aquello”
al tiempo que se proponen tareas para resolver tal confusión.
b) ) El paradigma de la libre elección: disonancia después de tomar una
decisión
Leon Festinger propuso la teoría de la
disonancia cognitiva, que explica cómo las personas intentan mantener su
consistencia interna. Sugirió que los individuos tienen una fuerte necesidad
interior que les empuja a asegurarse de que sus creencias, actitudes y su
conducta son coherentes entre sí.
Basado en esta teoría se puede decir que siempre que
una persona tiene que elegir entre dos formas de actuar igualmente atractivas
surge un conflicto. Una vez que se ha optado por una de las conductas,
permanecen en la mente los aspectos positivos que hacían atractiva la conducta
rechazada y los negativos de la elegida.
Después de una conducta de elección, la magnitud de
la disonancia aumenta dependiendo: a) de lo importante que sea la decisión; b)
del grado de similitud entre las alternativas posibles, ya que si se piensa que
la diferencia no es muy grande no se produciría disonancia y c) del atractivo
de la alternativa rechazada.
Consecuentemente, la
disonancia se puede reducir mediante de algunos de los siguientes
procedimientos: a) restar importancia a la decisión tomada, b) considerar que
el resultado final al que lleva cualquiera de las dos alternativas es el mismo,
o c) cambiar el atractivo de ambas alternativas.
Este último procedimiento es el que se utiliza con
más frecuencia, esto se consigne:
Aumentando la
importancia de los elementos consonantes con la elección y disminuyendo la
importancia de los relativos a la opción rechazada.
c) La ilusión de alternativas
La ilusión de alternativas es un efecto del uso de la comunicación
persuasiva qué surge al ofrecer dos alternativas en apariencia diferentes pero
que comparten un mismo nivel lógico. Un ejemplo clásico lo representa la madre que
le pregunta a su hijo - ¿Quieres ponerte el suéter rojo o el azul?, dando la idea
de libertad de elección mientras acota el camino hacia el objetivo principal: que
se cubra del frío.
La técnica del terapeuta dividido puede explicarse como una variante de
la ilusión de alternativas. Las dos opciones aparentemente divergentes
presentadas por el dilema del sistema consultante se transforman, mediante el
ardid del profesional, en elementos que comparten un mismo nivel lógico, el de
los “objetivos potenciales”.
d) Ambivalencia en la etapa de
contemplación del proceso de cambio
Prochaska y Diclemente afirman que el cambio es un proceso con etapas
claramente diferenciadas. Desarrollaron un modelo en el cual explican cómo las
personas pasan por las diferentes fases de una rueda de cambio (ver la ilustración)
En cada una de las fases las personas se enfrentan a diversas interferencias
que pueden obstaculizar el paso a la siguiente etapa.
Es común que las personas que acuden a terapia se encuentren en una
etapa de contemplación, es decir, en una etapa previa a la determinación de
efectuar acciones para el cambio. En esta etapa la interferencia primordial es
la “ambivalencia” por ello las motivaciones de los clientes resultan
fluctuantes y conflictivas. Miller (2008) se refiere a la ambivalencia de los
pacientes como un dilema que se representa con la frase de “quiero pero no
quiero” y comenta que es frecuente que los terapeutas interpreten está
vacilación como un problema de personalidad y la falta de certeza con un signo
de anormalidad en el paciente. Sin embargo,
lejos de ser una perversión, es algo normal debido a que, para tomar
acción de cambio, la persona tiene que realizar un balance de los pros y
contras que la harán oscilar entre dos alternativas contrapuestas. Esta
ambivalencia puede verse reflejada en la interacción con los demás mediante un
patrón interpersonal problemático de resistencia o defecto péndulo a saber: entre
más intenta convencerlo de una opción particular más se mantendrá en el opuesto.
OBJETIVO DE LA TÉCNICA
* Superar la ambivalencia en el proceso de
cambio
* Abordar puntos divergentes entre los
participantes, cuidando la relación terapéutica
* Clarificar objetivos en la terapia
* Reencuadre de la situación
CASOS EN QUÉ SE APLICA
- Cuando
la familia pregunta específicamente qué debe hacer o que decisión tomar.
- Cando
los clientes se encuentra en un dilema y necesitan clarificar sus opciones.
- Para
aumentar la motivación al cambio.
- Cuando
se quiere crear una ilusión de alternativas.
- Cuando
se desea introducir confusión en una postura rígida o dicotómica.
MODO DE EMPLEO
1) Identificar el dilema o "esto o aquello" o la ambivalencia
2) Explorar a detalle cada uno de
los puntos de divergencia sin intentar dar un cierre o una resolución. Puedes
apoyarte con la siguiente guía de preguntas para describir el patrón
interpersonal problemático de la ambivalencia
3) Mostrar abierta confusión: "una parte de mí piensa que..., mientras que otra
parte de mí piensa..." es decir un reencuadre de tipo "y esto y aquello"
4) Prescribir una directiva para aclarar la confusión, por ejemplo, un
ritual de días pares e impares, una inversión de roles o de reflexionar sobre
los pros y los contras, etc.
5) Dar seguimiento a las
directivas, monitoreando el efecto en el dilema.
CASO EJEMPLO
Caso 1
a)
Datos generales y familiograma
Se
trata de una mujer de 22 años, pasante de la carrera de psicología y qué trabaja
como auxiliar de contador en el despacho de su padre. Es soltera, segunda de
tres hermanos de una familia con padres divorciados. Refiere relación cercana
con cada uno de los miembros de su familia. Vive con su madre y hermano menor. Alejandra
realiza su servicio social en una clínica de atención psicológica de la
universidad. En ella además de dar orientación psicológica a población en
general atienden trastornos de conducta alimentaria. Cada cierto tiempo las licenciadas
en psicología que colaboran en el servicio son evaluadas para descartar problemas
alimenticios y emocionales. Alejandra fue derivada consulta por su maestra
supervisora debido a que obtuvo puntajes altos en los indicadores de depresión
y problemas de alimentación.
b)
Quejas
Desde
hace un año con ánimo bajo, tristeza, llanto fácil, anhedonia, hiporexia,
sentimientos de culpa, recuerdos intrusivos, ideas catastróficas, insominio de
conciliación, destinaba bastante tiempo en revisar el muro de Facebook de su ex
novio. El factor desencadenante era una ruptura de relación de noviazgo
c)
¿Qué se hizo?
Se
llevaron a cabo tres sesiones con una periodicidad de 15 días entre la primera
y la segunda y 22 días entre la segunda y la tercera. Las intervenciones claves
fueron:
- Preguntas para identificar el patrón
interpersonal problemático de la ambivalencia
-
Estrategia del terapeuta dividido (olvidar a su
ex vs reconquistarla)
- Prescripción del ritual del como si (inversión
de roles) “una semana te comportas cómo si lo hubieras olvidado, cómo si
hubieras dado vuelta la página a esa relación y otra semana vas a actuar cómo
si fueras a reconquistarlo”
La
siguiente tabla describe el proceso sesión por sesión:
Sesión
|
Intervenciones
|
Efecto
|
1
|
Descripción
del PIP, el terapeuta dividido, prescripción del ritual
|
Redefinición
del problema, puesta en marcha de la estrategia del terapeuta dividido,
enganche en el proceso terapéutico
|
2
|
Revisión
de la tarea y sus efectos, predicción de la recaída (efecto péndulo), tarea
del 23:57
|
Se
aclara el dilema , se inclina la balanza hacía la alternativa de “dar vuelta a la página”, disminuyen significativamente
síntomas afectivos, remite insomnio
|
3
|
Revisión
de la tarea y sus efectos, cita abierta.
|
Remisión
total de los síntomas
|
Segui-miento
|
Encuesta
telefónica de seguimiento
|
Se
mantienen cambios. Refiere nueva relación de pareja con dinámica
satisfactoria
|
Seguimiento
a un año
d)
Resultados obtenidos
-
Remitieron los síntomas afectivos,
-
Se reinstaló sueño y apetito,
-
Remite llanto,
-
Mejora ánimo,
-
Se aclararon sus dudas con respecto a la
relación,
-
Retomó el contacto con el presente,
-
Es capaz de ver al futuro con mayor esperanza.
CONCLUSIONES
Hasta
aquí se ha presentado la técnica del terapeuta dividido en el marco del modelo
de terapia breve sistémica. Se concluye lo siguiente:
-
La técnica del terapeuta dividido es una
técnica sistémica ya que está basada en la inclusión de las diferentes voces del
sistema consultante, aún siendo éstas francamente discordantes o
contradictorias.
-
La técnica del terapeuta dividido es una
técnica basada en el principio de utilización. El terapeuta utiliza lo que el
cliente lleva consigo a la terapia, aunque sea solamente su confusión.
-
El uso de la técnica del terapeuta dividido
permite acortar el proceso de terapia, al buscar un atajo en la etapa de
definición de metas, la cual muchas de las veces se puede convertir en un
análisis largo y engorroso.
-
Por ultimo, se considera que la técnica del
terapeuta dividido elude la resistencia del cliente y favorece la relación
colaborativa ya que el terapeuta accede al marco de referencia del cliente,
normaliza su confusión (es tan normal estar confundido que hasta el terapeuta
lo puede estar), valida y connota positivamente la ambivalencia y la utiliza en
pro del proceso terapéutico.
Referencias bibliográficas
Beyebach, Mark. (2006) 24 ideas para una psicoterapia breve,
Herder, Barcelona.
Charles, Ruperto, (2005) Terapia breve sistémica en
soluciones para parejas y padres. Editorial Cree-ser.
De Shazer, S. (1994) Claves para la solución en terapia breve.
Paidós.
Gaviria, Elena y otros (2009) Introducción a la psicología social. Editorial Sanz y Torres
Lipchik, Eve. (2004) Terapia centrada en la solución: Más allá de
la técnica. Amorrurtu
Miller,
W. y Rollnick, S (2008). La entrevista motivacional. Preparar el
cambio de conductas adictivas. Barcelona: Paidós.
Navarro,
José y Beyebach, M. (1995) Avances en
terapia familiar sistémica. Paidós.
Tellez, Arnoldo (2014) Hipnosis
clínica: un enfoque ericksoniano. Trillas.