Perspectiva sistémica de los problemas infantiles
Presupuestos básicos
1) La conducta
del niño se da en un contexto de relación. El contexto inmediato en el que está
inmerso el niño es la familia, por ello el terapeuta sistémico estudia el
comportamiento del niño no de manera aislada sino en su medio ambiente natural.
Los padres asisten y participan en la terapia no sólo porque forman parte del
sistema sino, sobre todo, porque representan la principal influencia en el
Infante y por ende una contribución valiosa en la promoción del cambio
2) Los problemas se mantienen por los intentos de
solución que llevan a cabo los adultos a cargo. Los progenitores en su afán de
ayudar en el desarrollo de sus hijos establecen pautas de
interacción que en no pocas ocasiones se vuelven rígidas y producen
dificultades. Por otro lado, la forma en que los padres intentan resolver las
dificultades (ya sea minimizándolas, negándolas, interviniendo en un nivel
lógico equivocado, haciendo más de lo que no funciona, etc.) producen pautas de
interacción recurrente que en lugar de dar solución satisfactoria al problema,
lo mantienen y/o intensifican (ver entrada sobre PIPS http://laspalabrastienenmagia.blogspot.mx/2016/10/patrones-interpersonales-problematicos.html )
Lo que ocurre
en la familia
A diferencia del terapeuta, que ha entrenado su visión
a fin de tener una perspectiva sistémica o recurrente, los miembros de la
familia suelen tener una visión lineal. Esta perspectiva opera como unos lentes
que limitan ver la sintomatología o conducta problemática exclusivamente en
el niño que es el motivo principal del contacto inicial de la familia con el
terapeuta. Los padres piensan que el niño es el “problema”, que algo no
funciona en él y bajo esta premisa interactúan con el menor. Esta relación
luego de un tiempo se vuelve rígida y convierte al niño en el miembro
sintomático de la familia, en el chivo expiatorio: el problema internalizado comenzará
a permear la identidad del menor. Los padres acuden al terapeuta con la
esperanza de que éste arregle lo que no funciona en el infante. Son capaces
de ver el síntoma, pero incapaces de identificar las acciones propias que
retroalimentan y a su vez son retroalimentadas por el problema. Por si esto
fuera poco se produce un fenómeno que Jay Haley llama “incongruencia jerárquica”,
es decir que el síntoma le otorga poder al menor frente a sus padres que se
perciben incapaces de ayudar al hijo.
No es raro que, al ser constantemente
señalado (abierta o encubiertamente) por los demás miembros de la familia, el
niño acuda al consultorio experimentando culpa, vergüenza o una franca aversión
a la terapia. Los padres, en cambio, acuden con un sentimiento importante de
incapacidad: “hemos intentado todo”, “ya no podemos más”, etc. son algunas de
las frases que se suelen escuchar en la primera consulta.
Los progenitores en
la mayoría de las ocasiones establecen un tipo de relación con el terapeuta que
Steve de Shazer ha denominado de tipo cliente
demandante, es decir, se presentan con el terapeuta como conocedores de que hay un
problema por resolver, que el problema está en el niño pero que no está en sus
manos resolverlo y por tanto mostrarán en un inicio poco involucramiento con
respecto al cambio. El menor, en contraste
con la postura de los adultos, establece una relación de tipo cliente visitante desde la cual, aunque
pueda ser capaz de experimentar los efectos del rol de chivo expiatorio, ignora
cuál es el problema a resolver y por tanto acude con cara de “a mí me trajeron”.
Finalmente, ante este panorama, es común que exista
una disparidad de objetivos entre padres e hijos o entre los adultos que
conforman el subsistema parental que representarán todo un reto para el
terapeuta a cargo del caso.
Objetivos
del proceso de terapia y estrategias principales
Objetivos
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Estrategias
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Devolver el
poder/capacidad a los padres
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Evocar recursos y
ensayar comportamientos para aumentar eficacia parental
Restar poder al
síntoma mediante tareas paradójicas.
Lograr alianzas
entre adultos a cargo
|
Desculpabilizar a
los miembros de la familia
|
Mostrarse
preocupado por otro miembro de la familia.
Centrarse en
lados fuertes, cualidades y talentos del niño
Connotar
positivamente el síntoma
Normalizar
mediante reencuadres
Externalizar el
problema para evitar que se culpen unos a otros.
|
Involucrar a los
padres en las soluciones
|
Establecer
alianza con los progenitores
Lograr alianza y
acuerdos entre adultos a cargo
Enfocarse en
mejorar la relación en lugar de tratar de controlar del síntoma
Externalizar el
problema para formar un equipo en contra del problema
|
Modificar
patrones de interacción problemáticos.
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Rastreo del
problema para identificar círculos viciosos e intentos de solución fallidos
para boquearlos y modificarlos mediante reencuadres y tareas.
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Incrementar
patrones de interacción saludables, satisfactorios
|
Buscar
excepciones de las conductas problemas, identificar lados fuertes y recursos
del subsistema parental, éxitos pasados, interacciones positivas, así como
construir soluciones hipotéticas a las dificultades presentadas.
|
Fuente:
Charles, Ruperto, (2005) Terapia breve sistémica
en soluciones para parejas y padres. Editorial Cree-ser
De Shazer S. (1993). Claves en psicoterapia
breve. Una teoría de la Solución. Barcelona: Gedisa.
De Shazer, S. (1994) Claves para la solución
en terapia breve. Paidós
Madanes, C. (1992) Terapia familiar estratégica.
Amorrurtu, Buenos Aires.