Con
el propósito de dar seguimiento al tema de la intervención sistémica de los problemas
del aula, en esta entrada se presenta la segunda entrega de lo que intenta ser
una propuesta de tratamiento del bajo rendimiento escolar. En una entrada
anterior (intervención sistémica en problemas del aula 1) se abordaron los problemas escolares a la luz de una epistemología
sistémica, se listaron algunos factores que contribuyen al bajo desempeño
escolar y se propuso una manera de conceptualizar casos de problemas del
aula a partir de la distinción de 3 niveles de atención. Ahora se presentan
guías para estructurar las sesiones en cada uno de los niveles, claves para
desarrollar un plan global de intervención y tareas específicas para generar
posibilidades y cambio.
2) Guías semiestructuradas para el abordaje en cada uno de los niveles.
a. Guía para el nivel de asesoría
- Orientación: recibe a los miembros de la familia, brinda información
acerca de qué va a suceder en la entrevista, establece las reglas que van a
organizar la sesión y la intervención y negocia posibles dificultades y
objeciones que puedan plantear los participantes. (ver aquí la técnica)
- Pregunta sobre los datos
generales y red social (utiliza la herramienta del familiograma).
Profundiza en los aspectos de:
Rutinas familiares y
Jerarquía de poder
- Pregunta por los lados
Fuertes y Recursos de la familia
- Planteamiento del problema
- Meta a nivel ser (alumno) "¿Qué te
hace falta mejorar para ser un estudiante más eficiente/seguro/feliz?"
- Redefinición del
problema
Intentos de solución
fallidos (aquí la técnica)
Patrones
interpersonales problemáticos (aquí la técnica)
- Buscando excepciones
b. Guía para el nivel de mediación
Se utiliza con la
familia la misma guía que en la asesoría sin embargo la meta puede no estar
relacionada con aspectos escolares. En la escuela se trabaja con:
- Observación
de la conducta en el aula, y
- Entrevista
con docente
- Identificar Intentos de Solución Fallidos, Patrones Interpersonales Problemáticos
y Patrones Interpersonales Satisfactorios.
- Sugerencias para el
aula: ampliar los Patrones
Interpersonales Satisfactorios, modificar los Patrones Interpersonales
Problemáticos y bloquear los Intentos de Solución Fallidos.
c. Guía para el nivel de intervención directa
- Recaba información (mediante los maestros, compañeros
padres de familia, expediente del alumno, etc.) y conceptualiza el caso previo a la sesión
- Pregunta por los lados
Fuertes y Recursos de la familia y de la escuela (cruzado)
- Planteamiento del problema
- Meta a nivel ser (alumno)
- Redefinición del problema
Identifica intentos
de Solución, Patrones Interpersonales Problemáticos.
- Buscar excepciones
- Redacta acuerdos
de colaboración.
3) ¿Qué mantiene el problema?
La
pregunta sobre “¿qué mantiene el
problema?” orienta el trabajo de conceptualización del caso evocando las
hipótesis sistémicas del profesional, es decir, la atribución o explicación que
da acerca de lo que hace que la queja persista a lo largo del tiempo. Está explicación le permitirá elaborar un
plan de intervención. La explicación que ofrece el profesional mantendrá
congruencia con los presupuestos teóricos de una perspectiva sistémica. Se
proponen a continuación 3:
a) Patrones interpersonales problemáticos comunes
Entre más papá, mamá
y maestra empujan, es decir, se
preocupan, se sobreinvolucran, le facilitan las cosas para que le vaya bien en
la escuela / el alumno más se arrastra,
es decir, más le flojea, aplica el mínimo esfuerzo, se despreocupa.
Entre más papá, mamá
y/o maestra lo intentan controlar, lo
vigilan, se conducen hiperexigentes/ el alumno más se rebela, desafía, se opone a las exigencias de los agentes
educativos.
Entre más papá, mamá
y otros agentes educativos controlan,
vigilan se sobreinvolucran en las responsabilidades escolares/ el alumno más crea
dependencia de los adultos a cargo y
esto impide que se haga cargo de su propio aprendizaje.
Entre más mamá y
maestra lo protegen, evitan que
experimente las consecuencias/ el alumno más abusa, se aprovecha, se conduce irresponsable.
Entre más papá, mamá
y/o maestra le exigen de más, se
conducen hipercríticos y perfeccionistas/ el alumno más se atolondra, se paraliza y comete más fallas en la escuela.
Entre más papá y mamá
delegan su responsabilidad en el
acompañamiento, apoyo y supervisión escolar/ el alumno más se sale con la suya, es decir, aprovecha
la oportunidad para realizar el mínimo esfuerzo, evitar trabajar, etc.
b) Patrones intrapersonales problemáticos comunes
· El alumno evita todo esfuerzo en lo que respecta
a las tareas escolares, por tanto no practica y no logra los aprendizajes
esperados. La ventaja de mantenerse en esa zona de confort es mayor que las
ventajas de experimentar logros académicos.
· Ansiedad de desempeño.
El alumno experimenta temor desproporcionado de no cumplir con las expectativas
escolares. Ante el reto académico presenta sentimientos de incapacidad e ideas
catastróficas que le paralizan y le hace cometer errores que confirman sus
ideas de incapacidad.
· Pobre sentido de autoeficacia. El alumno se conduce inseguro frente a las actividades
escolares debido a una narrativa de baja autoeficacia (por ejemplo, “no soy
bueno para las matemáticas”). Esta narrativa lo lleva a evitar las actividades
debido a que piensa que “no va a poder realizarlas”
· Pobre manejo de estrés. El alumno no ha desarrollado herramientas o recursos para
el manejo de estrés que provocan las actividades escolares. Presenta baja
tolerancia a la frustración y la idea de que no es capaz de soportar el estrés.
La acumulación de estrés traerá consigo síntomas somáticos e importante
disminución de las capacidades cognitivas.
c) Intentos de solución fallidos comunes
· Profecía de
autocumplimiento. Son aquellas
predicciones que, una vez hechas, son las responsables de que sucedan, de que
se conviertan en realidad. Se trata del
impacto que las previsiones o expectativas negativas o positivas tienen sobre
la conducta de persona que las recibe.
· Creación de caso. El profesor interviene tratando de implicar a otras personas como los técnicos (psicólogos, pedagogos, etc.) que formulan clasificaciones psicopatológicas, cayendo en la vieja concepción de la etiqueta patológica que coloca dentro del individuo, en vez de en la estructura o en el contexto, las razones del funcionamiento, o la culpa, de aquello que está sucediendo.
· Pedir responsabilidad
quitándola. Los padres y/o los maestros se quejan de la falta de
responsabilidad o incluso del “infantilismo” de su hijo y sin embargo lo
promueven al asumir ellos constantemente la responsabilidad.
· Intentar llegar a
acuerdos mediante la oposición. Sermones, reclamos, argumentos, críticas, etc.
en relaciones interpersonales que
requieren colaboración: padre-hijo, maestro-alumno.
4) Ejemplos de intervenciones
A continuación
se presentan estrategias de intervención que pueden dar respuesta a los
diferentes factores que afectan el desempeño escolar.
a) Discapacidad para el aprendizaje.
El objetivo principal es brindar tratamiento a
la dificultad en el aprendizaje y los problemas que se derivan de estos. La
labor del profesional, en una etapa temprana, puede ser ayudar a la familia a
tener acceso a un diagnóstico y al plan de intervención que suele incluir
estimulación cognitiva y adecuaciones en el aula. Son comunes en las familias
de alumnos con dificultades de aprendizaje 2 patrones interpersonales
problemáticos: uno de hiperexigencia y otro de sobreprotección. La intervención
del profesional puede centrarse en la modificación de estos patrones y la
promoción de pautas satisfactorias para un mejor acompañamiento del alumno.
b) Trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Cuando se sospecha de un posible tdah en el
alumno puede ser conveniente acompañar a los miembros de su familia para que
puedan acceder a un diagnóstico que confirme o descarte la sospecha. Una vez confirmado se acompaña a la familia
en el proceso de asimilación del diagnóstico del tdah y en la elección del
tratamiento más adecuado que generalmente incluye estimulación cognitiva de los
procesos atencionales, modificación conductual y/o intervenciones
farmacológicas. Al igual que en los trastornos del aprendizaje es común ver en
las familias patrones interpersonales problemáticos de hiperexigencia o de
sobreprotección por tanto estos representarán el foco de intervención del
profesional.
c) Factores motivacionales
El
objetivo es estimular el deseo de aprender en el alumno. Para ello se trabaja
con los padres y agentes educativos con el fin de que comuniquen al alumno su
aceptación incondicional y promuevan la percepción de la relevancia intrínseca
de los aprendizajes y de que el trabajo facilita la autonomía personal y ayuda
a preservar la autoestima. Diversos son los motivos de una baja motivación
entre ellos podemos enunciar:
- sentimiento de rechazo personal
- sentimiento de obligación
- estrés de origen familiar
- perfeccionismo e hiperexigencia de buenas calificaciones
- falta de estímulos de recompensa
- percepción de nula utilidad de los aprendizajes de la
materia
- pobre sentido de autoeficacia
La
estrategia principal sería definir una meta nivel ser del alumno (por ejemplo, “aumentar
mi ser un estudiante responsablemente consistente”) y convocar a los padres para que representen un
apoyo para que el alumno consiga su meta. De tal manera que los progenitores puedan
trabajar por:
- establecer rutinas y rituales familiares
- restablecer un orden en la jerarquía en el hogar
- promover una comunicación positiva
- lograr una supervisión adecuada de las tareas y
actividades escolares
Se
pueden utilizar los siguientes reencuadres:
- “El alumno pasa por un atolondramiento transitorio”
- “El alumno hizo un
alto en el camino (para revalorar, recargar pilas)
- “El alumno pasa
por una etapa de incubación (del proceso creativo)”
- “Al alumno le hace falta practicar el segundo esfuerzo”
- “El alumno va a lograr un efecto resortera (da unos pasos
para atrás para agarrar vuelo)”
- “El alumno sólo realiza una pausa (muy larga)"
Una
vez reencuadrado el problema, definido una meta y convocado al sistema familiar
para su apoyo, el profesional podrá centrar su trabajo en modificar los patrones
interpersonales problemáticos y en aumentar los patrones interpersonales de
solución.
d) Entorno escolar
Uno
de los problemas más comunes derivados del entorno escolar es el que se refiere
a la relación problemática maestro-alumno. Es en esta área en donde el
profesional puede hacer foco, ya que en los aspectos de disfuncionalidad estructural
de la escuela tendrá poca o nula influencia. El objetivo es mejorar la relación
entre el alumno y su profesor. Para
lograrlo, el profesional se puede valer de la observación en el aula de los
patrones interpersonales problemáticos e intentos de solución fallidos, la
entrevista con el docente, las sugerencias a la maestra y la promoción de
expectativas positivas con respecto al alumno. A nivel del alumno se puede
trabajar por aumentar expectativas positivas hacia su maestra y en introducir
pequeñas diferencias en su conducta y en el modo de encuadrar la situación en
el aula a fin de provocar cambios en la maestra. Cuando la relación entre el
alumno y la maestra está tan desgastada que se augura un mal pronóstico lo
mejor es proponer un cambio de grupo o de maestro.
e) Relación con pares
Cuando
los pares ejercen presión o importante influencia en el alumno que se acompaña
conviene utilizar la estrategia de convocar a los amigos a las entrevistas para
formar un equipo que apoye a la intervención. Si no es posible incluirlos en la
sesión, la estrategia indicada puede ser el reencuadre para subvertir los mitos
compartidos con el grupo de amigos. Utilizamos también la redefinición cuando
se presenta una rivalidad con algunos de sus compañeros con el fín de modificar
las ideas que alimentan la competencia en la interacción. En los casos de acoso
escolar conviene intervenir en varios niveles: a nivel del agresor, a nivel de
la víctima y a nivel grupal.
**
Ahora
veremos algunas claves para la intervención en el contexto familiar del alumno
con bajo rendimiento escolar.
f) Bajo rendimiento pasivo-agresivo.
Cuando
los problemas de bajo rendimiento escolar se relacionan con un conflicto encubierto con uno o ambos padres la estrategia principal consistirá en promover
una comunicación clara y directa entre los miembros de la familia. El
profesional puede motivar a los progenitores para que den el primer paso hacia
la mejora de la relación con su hijo. Para lograrlo les invitamos a enfocarse
en la relación en lugar de los problemas. Pueden ser de utilidad los rituales
de perdón, borrón y cuenta nueva, así como tareas para aumentar la comunicación
positiva y la negociación y acuerdos en la familia.
g) Luchas por la autonomía
Cuando
la pauta en la familia es del tipo hiperexigencia de los padres/ rebeldía del
hijo y con frecuencia se presentan escalada simétricas con respecto al tema
escolar la estrategia es similar a la del punto anterior (bajo rendimiento
pasivo-agresivo). Se ayudará además a que se logre una alianza estratégica
entre las figuras de autoridad que permita reordenar la jerarquía familiar y
comenzar los acuerdos necesarios entre los progenitores y el alumno. Otra
manera de abordar el caso resulta al connotar positivamente la rebeldía del
hijo para introducir la posibilidad de que el menor practique formas
alternativas y creativas de rebelarse.
h) Sobreprotección
Cuando
el factor principal del bajo rendimiento tiene relación con pautas de
sobreprotección, el profesional puede centrarse en modificar los patrones
interpersonales problemáticos del tipo:
- Entre más controlan los papas, más dependiente se
conduce el hijo.
- Entre más protegen los papas, más abusa hijo
- Entre más apoyan los papas, más atolondra el hijo
La
idea es promover autonomía e independencia en el alumno. Para ello, el
profesional puede sugerir devolver responsabilidad al menor por aproximaciones
sucesivas. Es importante tener en cuenta que no bastará con lograr que los
padres den un paso atrás en las conductas de control y protección, sino que
será necesario ayudar a los padres de familia a modificar el paradigma o
sistema de creencias relacionado con la protección y el apoyo a su hijo. Por
ello se recomienda hacer uso de la técnica del reencuadre, por ejemplo al
connotar positivamente la conducta de "equivocarse" y la "frustración".
**
Finalmente
se abordan algunas ideas para la intervención de los factores relativos a la
relación problemática entre la familia y la escuela.
i) La escuela descalifica a la familia y/o viceversa
Cuando
el conflicto entre la familia y la escuela es abierto es conveniente usar el
modelo de intervención directa propuesto en el apartado acerca de los niveles
de intervención de este escrito. Los propósitos principales serán lograr
aclarar los desacuerdos, desahogar las emociones y restablecer la alianza
estratégica que permita lograr acuerdos de colaboración entre ambos sistemas. Cuando
el conflicto es encubierto o se evalúa que alguno o ambos sistemas no están en
disposición que requiere la intervención directa, el profesional puede elegir
tratar el caso desde el nivel de mediación. Puede ser útil comenzar a promover
expectativas positivas con respecto a la escuela y/o a la familia y hacer uso
de una escala de confianza que permita evaluar avances en este rubro y por ende
preparar el terreno para los acuerdos de colaboración familia-escuela. En todo
caso, es importante para el profesional que acompaña estar atento a las
posibles triangulaciones en las que pueda quedar atrapado. Para ello puede
hacer uso del instrumento de la supervisión de casos.
j) Familia y escuela
descalifican al alumno
Cuando
los padres y los agentes educativos de la escuela se comportan como si el
alumno fuera incompetente para asumir sus responsabilidades escolares se
presentará una pauta de tipo “profecía autocumplida”. El alumno al responder a
estas expectativas negativas estancará en su proceso académico y esto generará
el comienzo de un proceso que se ha denominado “creación de caso” y que se ha
descrito en esta entrada en el apartado de “¿qué mantiene el problema?”. La
estrategia principal en este caso consiste en ayudar al alumno a salir del rol
de chivo expiatorio. Para lograrlo, puede valerse de un enfoque centrado en lados
fuertes y recursos del alumno y la promoción de su autonomía y capacidad de
respuesta. En algunos casos se puede utilizar un enfoque de borrón y cuenta
nueva, para luego definir metas alcanzables. En los casos en donde la etiqueta
diagnóstica presente primacía en la narrativa de la familia y la escuela será
necesario seguir de manera estratégica la creencia para después poco a poco delimitar
la influencia del diagnóstico. El profesional podrá apoyarse de la técnica de
externalización del problema del enfoque narrativo y comenzar a darle voz y
voto al alumno en el tema de su educación.
5) Tareas específicas
Por
último se presentan una serie de tareas para intervenir en los problemas
escolares:
Tarea
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¿En qué consiste?
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Regaño unificado
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En casos en donde
hay desacuerdo parental y el hijo termina “saliéndose con la suya”. Se pide a
ambos progenitores que unifiquen la manera de brindar consecuencias a la
conducta del menor. Pueden incluirse los abuelos, otros cuidadores y/o la maestra.
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Alianza para el progreso
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Se establecen entre
los adultos a cargo acuerdos sobre las conductas y la manera de intervenir de
cada uno para apoyar al alumno. Se pide reforzar explícitamente la autoridad
del otro con mensajes del tipo: “hazle caso a tu maestra”, “yo estoy de
acuerdo con tu maestra”, etc.
|
Ritual del control
de hábito
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Se introduce la
idea de que padres, hijo y escuela son un equipo y tendrán una reunión
semanal para revisar avances de los nuevos hábitos que están practicando.
|
Cambio climático comunicativo
|
Se le pide a la
maestra que haga una lista de las comunicaciones verbales y no verbales que
establece con los alumnos sobresalientes de su clase. Luego se le pide
introducir de manera gradual estas comunicaciones en la relación con el alumno tratado.
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Lupa imaginaria
|
Se pide a la
maestra (y al progenitor) que identifique durante la jornada lo que hace bien
el alumno aunque sean cosas muy pequeñitas.
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El error como
inicio del acierto
|
Pedir a papás y
maestra que ayuden al alumno a resignificar los errores cómo el inicio de un
acierto. Cada que cometa un error se les invita a enfocarse en preguntarle:
“¿De qué otra forma lo puedes resolver?”
|
Tres aciertos por
cada error
|
Se les pide a
maestra y padres que, para equilibrar los mensajes positivos y
negativos, utilicen la regla de
reconocer 3 aciertos por cada error del alumno.
|
El emparedado
|
Pedirle al profesor
y a los papás que, cada que se le vaya a comunicar un error al alumno, se
utilice un esquema de tipo emparedado en su comunicación: Mensaje positivo-
Mensaje negativo- mensaje positivo
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Asegurar un éxito
diario
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Pedir al maestro y
al progenitor que asigne durante la jornada una actividad que sepa que el
alumno va a ser capaz de llevarla a cabo y le permita ir coleccionando
éxitos.
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Compañero tutor
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Pedir a la maestra
que asigne a un compañero para que apoye al alumno.
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Alumno tutor
reversible
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Pida a la maestra
que asigne al alumno como tutor de otro compañero en un área de competencia.
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Técnica del
cronómetro
|
Pida a los padres
que asignen, además de un lugar y hora fijos para hacer la tarea escolar, un
límite de tiempo: 60 minutos, ni más ni menos.
|
Tarea de la
sorpresa
|
Pide al alumno que
sorprenda a su maestra y a la maestra
que sorprenda al alumno de manera secreta. Y al final de la jornada intenten
adivinar cuál fue la sorpresa.
|
La varita mágica
|
Diga al menor que
tiene una varita mágica capaz de producir cambios en su escuela. Invítalo a
utilizarla, a hablar acerca de sus expectativas y a identificar soluciones
hipotéticas.
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Diseña tu escuela
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Diga al menor que
ha sido contratado como diseñador para hacer cambios en su escuela. Invítalo
a elaborar un plan de mejoramiento de su escuela en todas las dimensiones
posibles.
|
Conclusiones
Hasta aquí se ha presentado una propuesta de
intervención de los problemas escolares desde una perspectiva sistémica. Para
finalizar se considera importante resaltar la idea de que todo educador, en el
sentido más vasto del término, debería preguntarse si aplica para sí mismo y a su vida aquello que enseña a los demás. En
terapia sistémica se reconoce que, al fin de cuentas, no es el saber y la técnica, sino la relación, la
que obra curativamente y lo mismo vale para la educación. Sea de utilidad para el lector esta propuesta desde una mirada relacional.
Bibliografía
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