Esta entrada da continuidad al tema de las
aplicaciones del modelo de prácticas centradas en la solución en formatos
grupales. En esta ocasión se presenta una propuesta de Marga Herrero para el
trabajo grupal de a autoestima. Antes de abordarlo y con fines de establecer un
marco conceptual, se presenta una definición de autoestima, la perspectiva
sistémica de este constructo y las generalidades de la intervención centrada en
soluciones.
La autoestima
Este
mismo autor, sugiere que:
“La valoración personal resulta de una evaluación de nuestros propios recursos. Si se tiende a la desvalorización se afectarían muchas áreas de la vida (familia, trabajo, relaciones sociales, etc.) generando depresión, angustia, ansiedad ataques de pánico y estrés entre otros trastornos. Todo esto pone en evidencia que dejando de lado los diagnósticos psicológicos lo que más aquejan los seres humanos es la desvalorización y el desequilibrio de su autoestima”
Se
considera (Pope, McHale y Craighead, 1998) a la autoestima positiva como el
factor central en la adecuada adaptación socioemocional y especialmente valiosa
para los niños ya que fundamenta su percepción de las experiencias de la vida.
La competencia socioemocional que se deriva de esta autovaloración positiva
puede ayudar al niño a evitar problemas graves. En cambio, la baja autoestima
como una de las características está presente en varios trastornos infantiles,
como por ejemplo el trastorno por déficit de atención y el trastorno por
evitación.
Tener
autoestima representa un factor importante para el desarrollo de una
perspectiva saludable de sí mismo, alguien que acepta de modo realista sus
defectos, pero sin tomar una postura excesivamente crítica. Una persona con una
autoestima positiva se evalúa de forma positiva y está satisfecho de sus
aptitudes a la par que acepta de modo realista sus defectos e intenta mejorar
sus áreas insatisfactorias.
La
autoestima está relacionada con una serie de variables personales:
conducta, cognición, emoción y biología (entre las cuales existe una
interdependencia recíproca). Debido a esto se puede influir en ella indirectamente cambiando
una o más de ésas variables personales.
Rius
y otros (2006) proponen una intervención en tres pasos: 1) determinar qué área
problemática en particular es importante para el sujeto en cuestión, 2)
determinar las áreas en las que tiene una autoimagen positiva (para hacerle ver
su valor) y 3) una vez determinada qué área es problemática hay que identificar
qué tipo de problema afecta a dicha área: conductual, cognitivo, emocional,
biológico.
En el siguiente cuadro se resumen las intervenciones en cada una de las áreas:
La perspectiva sistémica de la autoestima.
La autoestima
puede concebirse como un sistema compuesto por el autoconcepto (“cómo soy yo”),
la autoaceptación (“cómo me siento”) y el autocomportamiento (“qué hago conmigo
mismo”). Estos 3 elementos se influyen recíprocamente y s interacción se puede
describir de siguiente manera:
1) El componente cognitivo: se refiere a la percepción o
representación mental que tenemos sobre el objeto de actitud. Sin este
componente se puede decir que no conocemos el objeto, pero la mayoría de las
veces no es una fría representación perceptiva del objeto actitudinal, sino que
de forma simultánea evaluamos el objeto adjudicándole propiedades y
valorándolo.
2) El componente afectivo: se trata de la respuesta afectiva o
emotiva que asociamos con el componente cognoscitivo de actitud. Se genera por
la asociación del objeto de actitud a situaciones placenteras o displacenteras.
El componente afectivo y el cognitivo suelen ser congruentes entre sí. Si esta
congruencia se rompe por algún motivo, se pondrán en marcha procesos
restauradores que modificarán un componente, el otro o ambos, de modo que se
consiga una congruencia sostenible.
3) El componente comportamental: hace referencia a la conducta
o intención de conducta que seguirá un individuo frente a un objeto de actitud.
Este componente nos ayuda a predecir las conductas de una persona.
Desde
una perspectiva basada en la terapia breve centrada en soluciones, Beyebach y
Herrero (2010), conciben la “baja autoestima” como una mezcla más o menos
difusa de emociones y cogniciones negativas, con escasa confianza en sus
propias posibilidades y en general una visión de sí mismas como personas
limitadas, defectuosas o con carencias. Refieren que esta visión negativa puede
tener un origen delimitable, como, por ejemplo, un episodio de abusos sexuales
o una historia de maltrato conyugal, pero a menudo parece más bien el resultado
acumulativo de una serie de pequeñas interacciones negativas con el entorno,
del que se van recibiendo mensajes debilitantes.
Sugieren
definir objetivos en términos de “Aumentar la autoestima” o “Recuperar la
confianza en mí misma” y ayudar a los consultantes a describir indicadores de logro
con preguntas de proyección a futuro como ¿En qué notará la cliente que ha
recuperado su autoestima? ¿Qué cosas diferentes pensará, dirá y hará? ¿Cuál
será para su pareja la primera señal de que la autoestima empieza a ser más
alta? Una vez logrado detallar la descripción,
se puede trabajar en investigar en qué ocasiones ya se están produciendo en la
actualidad partes de ese futuro (excepciones), identificar de qué forma se
consiguen esas excepciones (anclarlas) y establecer metas intermedias y formas
de conseguirlas (preguntas de escala). Un buen complemento para esta línea de
trabajo es externalizar la parte problemática de la situación (“la baja
autoestima”, “la desconfianza”, “la autoexigencia”)
Advierten
de la importancia de identificar qué interacciones minan la autoestima de la
persona y ayudar a generar alternativas. Ejemplo de ello sería ayudar al marido
de nuestra cliente a que modifique sus comentarios críticos; o quizás
trabajemos con ella sobre cómo protegerse de ellos. Quizás sea posible que el
grupo de amigas le dé mensajes más positivos, pero tal vez finalmente nuestra
clienta decida buscar amigas nuevas.
Los grupos centrados en soluciones
En
una entrada anterior se ha presentado una propuesta para la aplicación del
modelo de prácticas centradas en soluciones en un formato grupal. Se sugiere
revisar la entrada para obtener más detalles. (ir a la entrada)
Trabajando la autoestima en un grupo
centrado en soluciones
Se
trata de una propuesta de Marga Herrero* para “mejorar el concepto sobre
nosotros mismos, pero también como una excusa donde las personas pueden
construir creencias más saludables sobre ellos, y desarrollar habilidades que
le permitan fomentar conductas socialmente más provechosas”.
La
intervención se basa en los procedimientos de la Terapia Breve Centrada en las
Soluciones desarrollada por Steve de Shazer y su equipo en Milwaukee (de
Shazer, 1985, 1988, 1991 y 1994; de Shazer, Berg, Lipchik, Nunnally, Molnar,
Gingerich y Weiner-Davis, 1986). E integra, además, técnicas de la Terapia
Narrativa creada por Michael White (White, 1989, 1995; White y Epston, 1989).
Con
respecto al programa, se desarrolla a lo largo de siete sesiones, con una
frecuencia de una por semana y de hora y media de duración cada una. El número
de participantes oscila entre un mínimo de seis y un máximo de diez, pudiendo
ser perfectamente un grupo heterogéneo. Es muy recomendable que el/ la
terapeuta que conduzca el programa esté formado en el modelo de Terapia Breve
Centrado en las Soluciones.
Desarrollo del programa sesión a sesión
A continuación, se presenta una tabla que resume los
objetivos y contenidos de cada sesión:
Sesión |
Objetivo |
Contenido |
1 |
Establecer el encuadre
y presentación del grupo |
·
Presentación y
establecimiento de normas. ·
Creación de un
concepto de autoestima por el grupo. ·
Describir un momento
de baja y alta autoestima. Ronda para compartir sus experiencias ¿Qué
ocurrió?; ¿qué pensó?; ¿qué sintió? ·
Escala de Avance: “En
una escala del 1 al 10, donde 1 sería el momento que peor ha estado su
autoestima y 10 cuando su autoestima esté todo lo bien que a usted le
gustaría, ¿dónde diría que está en este momento?” ·
Tarea: Fórmula de
primera sesión. “desde ahora a la próxima sesión fíjate en qué aspectos de tu
autoestima quieres conservar. ·
Elogios.
|
2 |
Generar expectativas
de cambio y perspectiva relacional |
·
Pregunta Milagro: “imagínense
que esta noche, mientras están durmiendo sucede una especie de milagro, y su
autoestima mejora tanto como les gustaría, de repente, no con trabajo duro
como en la vida real. Mañana por la mañana ¿en qué notarían que este milagro
ha ocurrido?” ·
Escala Interaccional:
“En una escala del 1 al 10, donde 1 sería que la autoestima de X persona es
cuando peor ha estado, y 10 cuando la autoestima de esa persona sea del todo
saludable, donde diríais que se encuentra ahora su autoestima en esta
escala?. ·
Escala de Avance. ·
Elogios. ·
Tarea: “De ahora a la
próxima sesión fíjate en qué ocasiones tu autoestima se sitúa un punto más en
la escala”.
|
3 |
Impulsar el cambio |
·
Lista de elogios: Se
pide a los consultantes que elaboren una lista con elogios que hayan recibido
alguna vez en su vida. ¿Qué sería diferente en su vida si creyese
los elogios un punto más del que ha puntuado? ·
Escala de avance ·
Elogios ·
Tarea: “La Carta” (escribe
una carta para ella misma como si se la hubiera escrito una persona muy
significativa para ti) o “Haz como si .” (cada vez que reciban un elogio lo
puntúen del uno al diez en función de cuánto se lo creen, y que acto seguido
actúen como si se lo creyeran un punto más)
|
4 |
Impulsar y motivar el
cambio |
·
Externalización: ¿En
qué momento te machaca más la “baja autoestima”? ¿Cómo te limita en tu vida?
¿Cómo interfiere en tus relaciones? ·
Escala de Avance ·
Tarea: muñeco (hacer un
muñeco, objeto, etcétera, que represente su baja autoestima. Estar atentos a sus
mensajes y debatirlos o desafiarlos) /lanzar moneda (lancen una moneda al
aire, si sale cara le llevarán, totalmente, la contraria a la “baja
autoestima”, si sale cruz pueden actuar como prefieran, o bien siguiendo las
instrucciones de la “baja autoestima”, o bien siguiendo su propio criterio)
|
5 |
Trabajar en la reconstrucción
de experiencias difíciles |
·
Lectura del monólogo
“Pili la egocéntrica” (San Juan y Sabroso 2002) ·
Dar las gracias: ronda de compartir una
experiencia dañina o perjudicial que le haya ocurrido. buscar qué aprendió de aquella
situación y por tanto qué agradecería a la o las personas que lo hicieron. ·
Escala de avance ·
Elogios ·
Tarea: Se invita a los consultantes a buscar otras
experiencias negativas y agradecer lo que aprendieron de esa situación.
|
6 |
Consolidar los
cambios y preparar para el cierre. |
·
“Receta” para manejar
la baja autoestima ·
Escala interaccional ·
Escala de avance ·
Elogios ·
Tarea: elaborar un
“medicamento” contra la baja autoestima. Les indicamos que diseñen un bote,
caja, etcétera, donde guardar las “pastillas” que componen el medicamento:
Cada una es un recurso muy concreto que el paciente puede utilizar para
aumentar su autoestima (llamar a un amigo, ponerse una ropa determinada, dar
un paseo, escuchar una canción, etcétera)
|
7 |
Prevenir recaídas y
promover el cierre. |
·
Prevención de
recaídas. Se trabaja con la utilidad del bote medicinal. Adoptar una postura pesimista
y preguntar por aquellas situaciones en que piensan que la baja autoestima
les podría volver a dominar ·
Cinco, cuatro, tres,
dos, uno: Es un ejercicio de focalización
de la atención que, en este caso en concreto, vamos a utilizar para manejar
ideas depresivas, degradantes o vergonzosas para las personas ·
Escala de avance ·
Cierre y despedida
|
Conclusiones.
Hasta
aquí se ha presentado una propuesta de intervención grupal centrada en soluciones para el
trabajo de la autoestima. La propuesta se ha llevado a cabo desde el año 2000 para
trabajar con diferentes grupos: Adolescentes con problemas de comportamiento,
mujeres víctimas de violencia de género, personas con problemas de
drogadicción, personas con trastornos de alimentación, alumnos de secundaria en
riesgo de abandono escolar, madres-adolescentes en casas de acogida, grupo de
personas que están pasando por un proceso divorcio, hombres en régimen
carcelario, etc. Se espera que estas experiencias motiven al lector a
replicarle en sus contextos de intervención.
*Marga Herrero de Vega es doctora en psicología, terapeuta familiar y
supervisora en terapia familiar acreditada por la FEATF. Ejerce la práctica
clínica en el Instituto de Psicoterapia de Salamanca y colabora como formadora
y supervisora en diferentes ONGs y centros educativos. Es autora de diversas
publicaciones sobre terapia breve y sobre familia, y ha dictado numerosas
conferencias en España y en Latinoamérica sobre la aplicación del enfoque
centrado en soluciones en el ámbito clínico, social y escolar. Es co-autora de Cómo
criar hijos tiranos.
Beyebach, M. y Herrero de
Vega, M. (2010). 200 tareas en terapia breve. Editorial Herder.
Barcelona.
Ceberio, Marcelo (2013)
Cenicientas y patitos feos: de la desvalorización personal a la buena
autoestima. Herder.
Herrero
de Vega, M. (año desconocido) TRABAJANDO LA AUTOESTIMA EN GRUPO: un programa
centrado en soluciones. Documento no publicado.
Martínez García, R. (2011).
Aplicación de la terapia centrada en soluciones (tcs) en un contexto educativo.
Trabajando la autoestima. Tesis fin Master en Terapia Sistémica Familiar e
Intervenciones Sistémicas de la Universidad Pontificia de Salamanca, España.
POPE, A.; McHALE, S.;
CRAIGHEAD, E. (1998) Mejora de la autoestima: Técnicas para niños y
adolescentes. Editorial Martínez Roca. Barcelona.
Rius, Mercedes, Piedad, M.
Sahuquillo, M. (2006) Autoconcepto y
autoestima: una perspectiva sistémica, en La vida emocional: las emociones y la
formación de la identidad humana / coord. por Joaquín García Carrasco, Luis
Núñez Cubero, José María Asensio, Jorge Larrosa, Vol. 2, 2006, ISBN 978-84-344-2664-1,
pág. 16
San Juan, A. y Sabroso, F.
(2002). Mujeres ligeramente alteradas. Editorial Martínez Roca. Madrid.