“El Wabi Sabi cultiva todo lo que es
auténtico
reconociendo tres realidades: nada dura,
nada está completo, nada es perfecto”
Richard R. Powell
En
esta entrada se intenta relacionar la terapia breve centrada en soluciones con la
perspectiva oriental denominada Wabi Sabi. El propósito principal es revisar el
modelo orientado a soluciones bajo la luz de los valores espirituales y las
cualidades materiales en la filosofía Wabi Sabi. Para ello, primero se
conceptualizan de manera breve ambos modelos y en seguida se relacionan a
partir de 6 conceptos: Lo mudable, lo imperfecto, lo incompleto, lo vulnerable,
lo irregular y lo simple.
Wabi Sabi
El concepto
de Wabi-Sabi puede ser explicado con las tres frases siguientes:
- “Wabi-Sabi es la belleza de las cosas imperfectas, mudables
e incompletas”.
- “Es la belleza de las cosas modestas y humildes”.
- “Es la belleza de las cosas no convencionales”.
Se
trata de una filosofía orienta que representa una herramienta para el
desarrollo personal y la búsqueda de una existencia plena. Se compone de las palabras Wabi
y Sabi. La primera hace referencia a la moderación que se aleja de ostentación y
el lujo. La segunda, sabi, se refiere a la serenidad y la tranquilidad que llega
con la madurez intelectual.
El
Wabi sabi encuentra relación con sistemas como el zen, el taoísmo o el budismo
y con la técnica japonesa denominada Kintsukuroi, que consiste en la reparación
de objetos rotos a partir de la unión de sus grietas con oro, de tal modo que
se embellece el objeto y se fortalece.
Leonard
Koren (2020) hace un resumen que engloba muy bien todo lo que es el Wabi-Sabi:
Se
puede considerar el wabi-sabi un sistema estético «global». Su visión del
mundo, o del universo, es referencial en sí mismo. Lo Wabi Sabi proporciona una
aproximación integrada a la naturaleza esencial de la existencia (metafísica),
el conocimiento sagrado (espiritualidad), el bienestar emocional (estado de
ánimo), el comportamiento (moralidad) y la visión o percepciones de las cosas (materialidad).
Cuanto más sistemáticos y claramente definidos están los componentes de un
sistema estético – cuantos más puntos de apoyo conceptuales, cuantas más
maneras haya de remitirse a sus fundamentos-, más útil resulta.
Terapia Breve centrada en Soluciones
La
terapia breve centrada en soluciones (De Shazer, 1986; Berg y Dolan, 2001) es
un modelo que se fundamenta epistemológicamente desde la teoría general de
sistemas, la cibernética, el constructivismo y el construccionismo social.
Sus
procedimientos técnicos se han desarrollado a partir de los trabajos del equipo
del MRI en Palo Alto, California y del equipo del Centro de Terapia Breve
Familiar (BFTC) de Milwaukee. Estas técnicas están diseñadas para que la familia
pueda enfocarse menos en el problema y más en las soluciones, lados fuertes y
recursos personales y familiares.
El
conjunto de técnicas incluyen: el trabajo con las excepciones al problema
(aquellos momentos en los que el problema no está presente o lo está en menor
intensidad); preguntas de proyección a futuro (lo que el cliente va a estar haciendo
cuando el problema deje de dominar su vida); definición de metas manejables; y
preguntas de escala (“en una escala del 0 al 10, en donde el 0 representa el peor
momento del problema y el 10 que ya lo has solucionado satisfactoriamente, ¿En
qué número se ubican actualmente?”) Destaca además la postura de “no saber” que
adopta el terapeuta orientado a soluciones y que parece estar basada en la
sentencia Zen que reza: “En la mente del principiante hay muchas posibilidades;
en la mente del experto hay pocas”.
Esta
actitud lleva al profesional a “ir detrás” de los clientes al considerarlos como
los verdaderos expertos en sus vidas y problemas que presentan en la terapia.
O’
Hanlon (1990) sostiene que los objetivos de la Terapia Breve Centrada en
Soluciones son 3: a) Cambiar la “forma de actuar” en la situación percibida
como problemática, b) Cambiar la “forma de ver” la situación percibida como problemática
y c) Evocar recursos y capacidades que se pueden aplicar a la situación que se
percibe como problemática. Para lograr estos objetivos, los consultantes y el terapeuta
emprenden juntos una aventura por las diferentes etapas del proceso de la
mejoría y el cambio.
El
proceso terapéutico, tal y como se desarrolla con base en el modelo de la
Terapia Breve centrada en Soluciones, tiene una serie de tareas clínicas o
etapas diferenciadas que, aunque pueden solaparse, permiten explicar el trabajo
con los consultantes. Cabe mencionar que la distinción que se establece entre
las diferentes etapas del proceso es solo explicativa, ya que en la práctica en
ocasiones resulta poco nítida la distinción entre las fases y sus efectos. Para
comprender mejor el desarrollo del proceso de la TBSo se invita al lector a una
entrada anterior (ver aquí )
Lo Wabi Sabi en la Terapia Breve centrada
en Soluciones
A
continuación, se revisan algunos de las características esenciales del modelo
de la terapia breve centrada en soluciones a la luz de los valores espirituales
(lo mudable, lo imperfecto y lo incompleto) y las cualidades materiales (lo
vulnerable, lo irregular y lo simple) en el sistema filosófico Wabi Sabi.
Lo
mudable
Lo
Wabi Sabi nos recuerda que “todo se gasta” y que la tendencia hacia la nada es
implacable, hasta las cosas duras, sólidas, resistentes no ofrecen más que una
ilusión de perdurabilidad. A nivel personal, es evidente el desgaste físico por
el envejecimiento, el cambio de creencias a partir del cúmulo de experiencias y
el movimiento constante de las emociones que se transforman y nos
transforman.
Para
el Wabi sabi todo está en constante cambio, todo es transitorio. Todo se gasta
a corto o largo plazo. Todo se desvanece, tanto en el olvido como en la no
existencia.
Si a
algo es compatible la filosofía del modelo centrado en soluciones es a la idea
budista del cambio permanente. De Shazer lo expresa en una sola frase: “el
cambio no solo es posible, es inevitable”
Selekman
(2005) da continuidad a esta idea de cambio y escribe:
“Los
budistas nos han enseñado durante siglos que el cambio consiste en un proceso
continuo y que la estabilidad es una ilusión…Si uno supone que se producirá un
cambio en los pacientes, esa expectativa de cambio configura su conducta. La
creencia del terapeuta en la capacidad de cambio del paciente puede ser
determinante para el éxito del tratamiento. Los investigadores de la motivación
han descubierto que uno de los factores más importantes que motiva a los sujetos
es la creencia de que realmente están haciendo bien las tareas asignadas”
El
terapeuta centrado en soluciones sabe de esta constancia de cambio y por ende
pregunta, desde a primera sesión, por las mejorías que han tenido lugar antes
de iniciado el tratamiento. Beyebach (2007) menciona al respecto que “cuando
conseguimos identificar, ampliar y anclar este tipo de cambios, la terapia se
convierte en un proceso mucho más sencillo”
En
la conversación con el consultante, el terapeuta no se detiene en la pregunta
de si acaso es posible el cambio. Antes bien presupone que el cambio ya está
ocurriendo y que sólo se requiere identificarlo y ampliarlo aprendiendo a mirar
en el lugar correcto: en las excepciones del presente, en las experiencias
exitosas en el pasado y/o en las posibilidades que nos ofrece el porvenir.
En
este sentido, las técnicas de proyección a futuro ofrecen oportunidades
inagotables de cambio. Lo único que necesita hacer el terapeuta es traer a la
conversación el tema del futuro y lo que va a ser diferente en la vida de las personas
una vez que el problema que los llevó a consulta se resuelva.
Lo
imperfecto
La
perspectiva Wabi Sabi tiene presente que “no existe nada que esté libre de
errores, cuando nos acercamos a algo podemos observar más defectos que haciendo
una visión general. El paso del tiempo hace que se revelen muchos errores de
las cosas, porque ellas vuelven a su estado primitivo, y así son más
irregulares e imperfectas”. (Unzaga, 2018)
La
naturaleza de las cosas es predominantemente imperfecta. A igual que la estabilidad,
la perfección es mera ilusión. Además, es posible hallar belleza en la fealdad.
La belleza para el Wabi sabi es en cierta manera aceptar lo que se considera
feo. A fin a esto, el terapeuta que usa el modelo centrado en soluciones invita
a los consultantes a reconocer la idea de que “nada es perfecto”
Lipchik
(2004), en este sentido, advierte que:
“Para los consultantes el cambio implica así
mismo la existencia de defectos que preferirían no admitir o revelar cómo
terapeutas debemos hacerles comprender que el cambio o el potencial para el
cambio puede provocar está angustia y tratar de que acepten sus sentimientos en
vez de combatirlos”
Se
enfatiza también que el mismo proceso de transformación es un camino pedregoso
y con imperfecciones que se cristalizan en los retrocesos, atascos y recaídas. Mark
Beyebach (2007) propone ayudar a los clientes en el proceso de asimilar estas
recaídas basado en la idea de que “no somos perfectos”. Comenta al respecto que:
“La persona que había dejado de beber vuelve a
emborracharse un día, o la pareja que llevaba dos meses sin una discusión fuerte
llega a la sesión habiendo tenido una tremenda disputa. O quizás la chica que llevaba
cuatro meses sin sufrir un ataque de ansiedad vuelve a tener uno. En esos casos,
es importante contrarrestar la probable desmoralización de los consultantes y
redefinir la recaída como una experiencia terapéutica, es decir, como una forma
de aprender más acerca de cómo afrontar exitosamente el problema. Esto
permitirá retomar el rumbo del cambio, inmunizar ante recaídas futuras y
terminar antes la terapia.”
El
enfoque orientado soluciones es un método optimista. Sin embargo, se advierte
que un optimismo radical podría llevar a terapeuta y consultante a través de
trabajo con el futuro preferido a la búsqueda del “escenario perfecto”. Por
ende, es necesario prevenir al cliente del peligro de montarse en el mito del
perfeccionismo. Las preguntas anti-utópicas (Charles, 2007)
ayudan al consultante a ajustar sus expectativas a lo que resulta humanamente
posible, o sea a la imperfección de las situaciones de a vida y la condición
humana. En la pregunta de milagro, el terapeuta orientado a soluciones aborda
este tema con cuestionamientos del tipo:
- “Pongamos el caso, papás de Valentín, que él no pudiera
cambiar en eso que los trajo ahora aquí, entonces, ¿Qué es lo que ustedes harán
en el futuro para sobrellevar esta situación?”
- Sí ese milagro que imaginamos no sucediera exactamente en
esa conducta-problema, pero si sucediera en todo lo demás ¿qué será diferente
después de ese milagro?”
- Pongamos el caso de que su hijo decide cambiar más adelante.
Sí ahora no es un momento qué cosas les ayudará a esperar ese momento en helado
caso señora Violeta de que su esposo no quisiera o no pudiera cambiar en eso
que los trae por aquí qué es lo que usted hará para que junto con sus hijos
sean un poco más felices
De la
imperfección, evidentemente, no se escapa ni el terapeuta mismo. En un enfoque
en soluciones, la figura de terapeuta es una figura intencionadamente
imperfecta. El profesional adopta una postura que es contraria a la de un
experto, se asume “estúpido”. Selekman (2005) sugiere una postura similar a la
del detective Colombo, un agente de Los Ángeles que resuelve casos de homicidios
y se caracteriza por su inigualable voz, su inseparable gabardina y su estilo
detectivesco aparentemente despistado.
Mark
beyebach y Rodríguez Alberto comentan:
“… preferimos
pensar en terapeutas estúpidos cuya misión es generar conversaciones que faciliten
la renegociación de los significados que paralizan a las personas; preferimos
un terapeuta más estúpido que va por detrás de los clientes adaptándose a su
ritmo; una terapeuta centrada en las soluciones qué trata de facilitar que se
amplíen las cosas que ya funcionan”
Jorge
Ayala, lleva este concepto más lejos y publica su “manifiesto de terapeuta estúpido”.
En él declara las diferencias entre un terapeuta experto y aquel que no aspira
a la perfección de saberlo o dominarlo todo. La siguiente tabla contrasta sus
características:
Un
ejemplo de esta intencionada imperfección se ilustra en un fragmento de viñeta
de caso que aparece en “En un origen las palabras eran magia”. Steve de shazer
comenta al finalizar la primera sesión: “cuando hablaba de mí utilice la
expresión “bicho raro” que ella había empleado para definirse y ahora digo que
estoy “confundido” así establezco que ni “bicho raro” ni estar “confundido” me
parece necesariamente sinónimos de “malo””.
Lo
incompleto
Este
valor espiritual del Wabi Sabi alude a la idea de que “todo el universo en
general está en un constante devenir, una constante transformación o por el
contrario en una disolución continua. Muchas veces se habla de algo perfecto o
completo cuando decidimos que ha terminado una fase o etapa de su vida, pero
realmente no podemos decidir cuándo es el fin del ciclo de nada, porque ¿cuándo
está una planta completa? cuándo florece, cuándo se convierte en más semillas,
cuándo muere y se convierte en abono.” (Unzaga, 2018)
El
Wabi sabi se centra en la insignificancia del objeto cotidiano, en su
apariencia inacabada. La belleza se busca en las cosas que no han llegado a su
fin, en las cosas que no han llegado a ser.
Se
sabe que, en el proceso de la terapia breve orientada a soluciones, el relato
del paciente es incompleto. Al igual que en el arte, en donde el objeto
inacabado da la posibilidad al individuo de completarlo en su mente; así el
terapeuta centrado en soluciones ve en el discurso incompleto del consultante
una oportunidad para realizar preguntas que construyan nuevas narrativas. Si el
consultante habla de los problemas, preguntará por las soluciones; si habla de
las quejas, preguntará cerca de sus proyectos o sueños; si habla de los
déficits, preguntará por sus recursos.
En
resumen, los clientes que acuden a terapia están centrados en el problema. Su
visión de la realidad se orienta al pasado a los errores y a los elementos
negativos. No son capaces de ver un futuro de posibilidades ni las excepciones
a los elementos negativos.
El
terapeuta ante la narrativa saturada del problema que presentan los
consultantes, emplea, en el trabajo terapéutico, el procedimiento técnico de la
deconstrucción como una forma de
evidenciar las ambigüedades, las fallas y omisiones en el discurso de
consultante. El terapeuta se orienta a tratar de identificar mejorías
buscándolas con más detalle o modificando ligeramente la perspectiva.
En
un proceso centrado en soluciones existen varias opciones para deconstruir el relato inicial del consultante:
–
Buscar algo más pequeño
«¿Qué
va un poco mejor?»
«¿Qué
cosas has podido al menos mantener?»
–
Deconstruir temporalmente
«Así
que la primera semana fue fatal... y en estos últimos días, ¿qué ha ido mejor?»
–
Deconstruir relacionalmente
«Así
que para ti no hay nada que haya mejorado. (A otro de los consultantes:) ¿Y tú
qué dirías que va mejor?» «Si le preguntáramos a tu mejor amigo, ¿qué crees que
diría él que ha mejorado?»
–
Deconstruir por áreas
«De
modo que en el colegio las cosas siguen igual, ¿y en casa?»
–
Redefinir
«Teniendo
en cuenta todas estas circunstancias adversas ¿cómo es que las cosas no han ido
peor?»
–
Cambiar el foco al futuro
«Ya
veo que las cosas han ido realmente mal. ¿Dirías que has tocado fondo?
(...)Puesto que has tocado fondo, ¿cuál te imaginas que será el primer paso
para volver a subir?»
–
Utilizar escalas
«Dónde
estarías de 0 a 10, 0 que nos has visto absolutamente ninguna mejoría, 10 que
todo ha mejorado?»
Lo
vulnerable
Las
cosas Wabi-Sabi son expresiones de tiempo congelado, están hechas de materiales
que son visiblemente vulnerables a los efectos del tiempo y del trato humano,
no se intenta disimular lo desgastado. “Debido al uso y al tiempo registran el
sol, el viento, la lluvia el calor y el frío en un lenguaje de oxidación, decoloración,
torsión, contracción, marchitamiento, grietas. Las mellas, rozaduras,
abolladuras y otras formas de desgaste son testimonio de su uso y abuso. Los
materiales frágiles adquieren importancia. Se busca en la tradición y en las
cosas provenientes de la naturaleza: el barro, el papel y el bambú tienen más
cualidades que el oro y la plata” (Unzaga, 2018). En resumen, las cosas son
bellas precisamente porque son frágiles e inconsistentes.
En
la terapia centrada en soluciones no se evitan los elementos de mayor
fragilidad, ni aquellos que nos llevan a experimentar vulnerabilidad. Antes
bien, se invita al cliente y al terapeuta a cobrar una mayor conciencia de
estos aspectos para facilitar el desarrollo de soluciones. Eve Lipchik (2004) comenta
al respecto que:
“A
veces los clientes están muy alterados emocionalmente y no son capaces de
explicar lo que sienten. Es posible que tengamos que ayudarlos a ver más claro
antes de que puedan fijarse metas y hallar soluciones, aquí que una advertencia
es importante avanzar con lentitud y ser sensibles a las respuestas verbales y
no verbales de los clientes. Durante este proceso tal vez su incapacidad para
saber lo que sienten haya cumplido una función positiva durante largo tiempo;
por ejemplo, la de protegerlos de sentimientos que no podrían soportar. Un
repentino levantamiento del velo puede ser más perturbador que útil.”
La
vida está sujeta a constantes cambios como consecuencia de la complejidad de una
red de relaciones que comprende desde la familia nuclear hasta las personas de
todo el mundo y de circunstancias tales como las guerras, el clima y los
fenómenos astrofísicos, muchos de los cuales se escapan de nuestro control. Son
desconocidos y en cambio cualquiera de ellos puede afectar nuestra vida.
Bill
O´hanlon (2003) propone ante este panorama el reconocimiento y la validación como herramienta
terapéutica. Este recurso consiste en:
“…reconocer
y aceptar como válido todo lo que sucede en nuestro interior y quiénes somos. Reconocerlo
significa darnos cuenta de que está ahí y aceptarlo en lugar de intentar
liberarnos de ello, esconderlo, analizarlo, juzgarlo. Simplemente dejarlo estar,
en lugar de pensar que tenemos que hacer algo con ello. Simplemente reconocer
que está ahí, sean cuáles sean las fantasías, los pensamientos, los
sentimientos, las sensaciones o las percepciones que tengamos. Debemos aceptar
la tal y como son. No tienen que gustarnos, simplemente debemos aceptar lo que nos
sucede, seamos quiénes seamos en lo más profundo de nuestro ser, debemos darnos
permiso para ser así”
Al
final, advierte O´hanlon, no se podría negar la influencia que el pasado ejerce
en nosotros, pero nos invita a “no dejar que el pasado escriba la historia de
nuestro futuro, ni que nos haga actuar de ningún modo concreto en el presente. Si reconocemos lo que nos sucedió en el
pasado, podemos afrontarlo sin dejar que domine en nuestro presente y en nuestro
futuro.”
Nos
ofrece además un modelo de reconocimiento compuesto de cuatro niveles:
1) Reconocimiento: darse cuenta de que hay un sentimiento, un
pensamiento, otra persona, una injusticia social por reconocer.
2) Incluir: hacer sitio a esos sentimientos, a las personas
que son diferentes a nosotros, a nuestras contradicciones y otras cosas que
forman parte de nuestras vidas.
3) Valoración: reconocer el valor de los sentimientos, los
pensamientos, las personas, es decir, poder encontrar lo bueno y lo que aportan
a nuestra vida.
4) Adopción: Dar a la bienvenida a os sentimientos,
pensamientos y personas que antes detestábamos o evitábamos. No nos resistimos
a fracasar, por ejemplo, porque si no fracasamos no podremos aprender nada
nuevo ni tener éxito.
Lo
irregular
La
regularidad es un rasgo esencial del gusto tradicional japonés. Las cosas Wabi-sabi son indiferentes al buen gusto convencional, nos ofrecen otro tipo de
soluciones. A menudo las cosas Wabi-sabi son de formas raras desiguales,
muestran los efectos de un accidente como un cuenco roto pegado de nuevo o
puede mostrar resultado de dejar que las cosas ocurran por casualidad, no se
buscan formas geométricas perfectas. Las leyes de la forma y la configuración
son más diversas, como decía el matemático Benoit Mandelbront en 1980: “la
geometría fractal de la naturaleza aporta otra geometría para describir las
formas y texturas irregulares como tenue, granulado, enmarañado, rugoso
arrugado, etc.”
La
preferencia por la asimetría constituye uno de los principios de la expresión
artística japonesa según estas normas estéticas la simetría es una invención de
la cultura contra la naturaleza donde nada es regular.
Al
igual que el maestro zen que se queda perplejo ante la forma irregular de una
rama, el terapeuta centrado en soluciones es capaz de contemplar lo irregular
en el discurso del consultante. Si la realidad es el lenguaje y el lenguaje es
la realidad, entonces el lenguaje, al igual que la realidad se nos presenta
siempre de manera incompleta. El lenguaje o la narrativa está sujeta a cambio
mediante el intercambio y acuerdo en nuestras interacciones debido a este
carácter incompleto de lenguaje y de la realidad.
Steve
de shazer comenta que “en términos sencillos nada ocurre siempre nada es
siempre lo mismo”. Eve Lipchik, por su
parte, describe que los clientes por lo general perciben su situación como totalmente
negativa y no tienen conciencia de las excepciones y de sus propios recursos.
De
Shazer nos recuerda que toda regla tiene su excepción: nada es regular. “En
términos sencillos- reflexiona- nada ocurre siempre nada es siempre lo mismo,
pero puesto que los clientes ven a las quejas con ese carácter consideran que
las excepciones son hechas totalmente exteriores al motivo de la queja y no
soluciones potenciales el terapeuta tiene que advertir cada una y todas las
excepciones que puedan ser útiles para la construcción de tareas”
A
demás nada es completamente negativo. Lipchik (2004) advierte que:
“Por
lo general nuestros clientes perciben su situación como totalmente negativa y
no tienen conciencia de las excepciones ni de sus propios recursos. Dicen cosas
como «Tengo que librarme de mi angustia», sin darse cuenta de que sentir un poco
de angustia es ventajoso en muchas situaciones. Como terapeutas, también
nosotros solemos pensar las cosas en términos excluyentes entre sí. De este
modo, cuando los clientes nos plantean situaciones que implican al mismo tiempo
pérdidas personales, mala salud, dificultades económicas y problemas legales,
como a veces sucede, este supuesto nos lleva a pensar: «Sí, pero ¿qué les ha permitido
seguir adelante y cómo podemos preservarlo y tomarlo como base?».”
El
terapeuta orientado a soluciones se aleja de adoptar un enfoque centrado en lo
normativo o lo regular. Se inclina por un método “naturalista” ya que considera
firmemente que las personas tienen en su propio interior o en su sistema social
las capacidades naturales necesarias para superar dificultades y resolver
problemas. Por ende, el profesional no intenta “enseñar” algo a los pacientes o
proponerles “maneras” adecuadas de comportarse, si no que se interesa en suscitar
capacidades naturales.
Otra
forma de apreciar o irregular en el modelo centrado en soluciones es a través
del supuesto de que "problema" y "solución" son categorías
discontinuas. Sobre esto comenta Beyebach (1999):
“Es
decir, dos personas que acuden a terapia con una queja similar (y que por
ejemplo podrían ser diagnosticadas por un psiquiatra como depresivas) pueden
generar soluciones muy diferentes al final de la terapia (por ejemplo, una
dedicándose más al trabajo y ampliando su círculo de amistades; otra
centrándose más en la familia y siendo más selectiva con sus amigos). Y a la
inversa: puede haber soluciones muy similares para "casos" muy
distintos (p.ej. una familia que acude con un miembro que sufre una enfermedad
física crónica puede plantear objetivos y desarrollar líneas de acción muy
similares a los que propone una chica tartamuda).”
Al respecto, Steve de Shazer (1988) ha usado
una metáfora: “para abrir una puerta no es necesario tener una llave que se
corresponda exactamente con la forma de la cerradura, sino que es suficiente
con usar una ganzúa que abra el mecanismo”
Lo
simple
La
simplicidad está en la esencia de las cosas Wabi-Sabi. Según Leonar Koren (2020),
lo simple queda mejor definido como el estado de gracia al que llega una
inteligencia sobre modesta y sinceramente sensible. Henry David Thoreau (en Unzaga, 2018) menciona
que “a medida que simplifiques tu vida las leyes del universo serán más
sencillas, la soledad no será la soledad, la pobreza no será la pobreza, ni la
debilidad será la debilidad.”
Wabi
sabi significa deshacerse de los superficial, de lo innecesario, de lo
decorativo. La simplicidad permite descubrir y mostrar la verdadera esencia de
una cosa. Las cualidades de una cosa son el medio para transmitir su razón de
ser, es decir, su esencia. Por ello cuánto más sencillo es el medio mejor se
percibe su verdadero significado.
De
la terapia centrada en soluciones se ha dicho que es un enfoque minimalista
debido a su inclinación por la simplicidad. A respecto, Steve de Shazer (1994) puntualiza:
“Hemos
descubierto que la idea de que solo se necesita un cambio pequeño y de que por
lo tanto solo es necesaria una meta pequeña y razonable, facilita el desarrollo
de una relación cooperativa entre terapeuta y cliente. Una diferencia principal
entre la terapia breve y otros modelos reside en la idea de que por más
tremenda o compleja que sea la situación, un pequeño cambio en la conducta de
una persona puede generar diferencias profundas y de largo alcance en la
conducta de todas las personas involucradas”
Debido
a que las partes de un sistema están interconectadas, los pequeños cambios
desencadenan otros mayores tal como si fuera un efecto avalancha o efecto
dominó. Por tanto, es preferible que el terapeuta “mantenga simple” el proceso
de terapia. Al respecto Beyebach (2007) comenta:
“Que
tratemos de intervenir de forma terapéutica desde el primer momento no
significa que desde el principio pretendamos provocar grandes cambios. Al
contrario, en terapia breve tendemos a utilizar la «navaja de Ockham» (De
Shazer, 1991), eligiendo siempre la opción más simple a la hora de interpretar
la conducta de nuestros consultantes y a la hora de elegir cómo intervenir. Es
más sencillo pensar que alguien no ha venido a la entrevista concertada porque
se le ha olvidado que interpretar que está boicoteando la terapia o intentando
controlar el encuadre terapéutico. Es más simple proponer una tarea al final de
la sesión que proponer dos; dar una sugerencia directa que proponer un ritual paradójico;
aprovechar lo que los clientes ya hacen bien que intentar enseñarles nuevas habilidades,
etcétera.”
Lipchik
(2004) cree que, aún en problemas atemorizantes, la estrategia del mínimo
cambio resulta preponderante. Acerca de esto escribe:
“La
conciencia de la certeza respecto de esta incertidumbre combinada con la
confianza en los recursos intrínsecos de los clientes ayuda al terapeuta
centrado en la solución a mantener una actitud esperanzada a pesar de las
dificultades que estos mencionan. Así cuando nos sentimos abrumados por el
relato de un cliente y tan dubitativos como éste respecto de lo que se debe
hacer, el primer paso es tener en cuenta que el cambio es inevitable y el
segundo comprometerse con el cliente a hacer algo, por pequeño que sea, que a
su juicio marque la diferencia en una situación que parece irremediable
abrumadora. Un pequeño pasó puede generar una sensación de control hasta
entonces ausente. La decisión de tomar medidas, aunque se trate de algo de poca
importancia, puede percibirse como el fin de un estancamiento total o difundir
esperanza”
Conclusiones
Se
han revisado en este escrito algunas de las principales características del
modelo de terapia breve centrado en soluciones a la luz de la perspectiva
filosófica Wabi Sabi. Se concluye que el enfoque orientado a soluciones puede apreciarse
y fundamentar su práctica desde valores espirituales (la idea del cambio
constante, la aceptación de la imperfección y la búsqueda de lo incompleto) y
cualidades materiales (la tendencia a lo vulnerable, lo irregular y lo simple)
propios de este sistema oriental.
Fuentes:
Ayala, Jorge (año desconocido) https://www.yumpu.com/es/document/read/14405240/manifiesto-del
terapeuta-estupido
Beyebach, Mark (1999) en en Navarro Góngora, A. Fuertes y T. Ugidos, ed.
Intervención y Prevención en Salud Mental. Salamanca: Amarú
Beyebach, Mark (2007) 24 ideas
para una psicoterapia breve. Herder.
Charles, Ruperto (2007) Terapia breve sistémica en soluciones para parejas
y padres. Cree-Ser.
de
Shazer, Steve. (1994) Claves para la
solución en terapia breve. Paidós. Barcelona
de Shazer, Steve (1999) En un origen las palabras eran magia. Gedisa,
Barcelona.
Koren,
Leonard
(2020) Wabi Sabi para Artistas, Diseñadores, Poetas y Filósofos. SD Edicions.
Lipchik,
Eve (2004)
Terapia centrada en la solución: más allá de la técnica. Amorrortu. Buenos
Aires.
Navarro,
Tomás
(2019) Wabi Sabi: aprender a aceptar la imperfección. Planeta. Barcelona.
O´hanlon,
Bill (2003)
Pequeños grandes cambios. Paidós. Barceona
O´hanlon,
Bill (1990)
En Busca De Soluciones. Un Nuevo Enfoque En Psicoterapia. Paidós.
Barcelona.
Selekman,
M. (1996) Abrir caminos
para el cambio. Gedisa, Barcelona.
Unzaga, Leire (2018) Wabi Sabi. La estética de lo evanescente. Escuela
técnica superior de Arquitectura de Madrid.