En
esta entrada se aborda el tema de la pertinencia del uso de rituales terapéuticos
en el modelo de Terapia Breve centrada en Soluciones. En primer lugar, se
conceptualizan de manera breve ambas variables y se justifica su posible
integración. A continuación, se describe una propuesta para la elaboración para
la elaboración de rituales y su inclusión en las prácticas centradas en soluciones
a través de 5 formas básicas que adoptan estos rituales terapéuticos.
EL
MODELO DE TERAPIA BREVE CENTRADA EN SOLUCIONES
La
terapia breve centrada en soluciones (De Shazer, 1986; Berg y Dolan, 2001) es
un modelo que se fundamenta epistemológicamente desde la teoría general de
sistemas, la cibernética, el constructivismo y el construccionismo social.
Sus
procedimientos técnicos se han desarrollado a partir de los trabajos del equipo
del MRI en Palo Alto, California y del equipo del Centro de Terapia Breve
Familiar (BFTC) de Milwaukee. Estas técnicas están diseñadas para que la
familia pueda enfocarse menos en el problema y más en las soluciones, lados
fuertes y recursos personales y familiares.
El
conjunto de técnicas incluyen: el trabajo con las excepciones al problema
(aquellos momentos en los que el problema no está presente o lo está en menor
intensidad); preguntas de proyección a futuro (lo que el cliente va a estar
haciendo cuando el problema deje de dominar su vida); definición de metas
manejables; y preguntas de escala (“en una escala del 0 al 10, en donde el 0 representa
el peor momento del problema y el 10 que ya lo has solucionado
satisfactoriamente, ¿En qué número se ubican actualmente?”) Destaca además la
postura de “no saber” que adopta el terapeuta orientado a soluciones y que
parece estar basada en la sentencia Zen que reza: “En la mente del principiante
hay muchas posibilidades; en la mente del experto hay pocas”.
Esta
actitud lleva al profesional a “ir detrás” de los clientes al considerarlos
como los verdaderos expertos en sus vidas y problemas que presentan en la
terapia.
O’
Hanlon (1990) sostiene que los objetivos de la Terapia Breve Centrada en
Soluciones son 3: a) Cambiar la “forma de actuar” en la situación percibida
como problemática, b) Cambiar la “forma de ver” la situación percibida como
problemática y c) Evocar recursos y capacidades que se pueden aplicar a la
situación que se percibe como problemática. Para lograr estos objetivos, los
consultantes y el terapeuta emprenden juntos una aventura por las diferentes
etapas del proceso de la mejoría y el cambio.
El
proceso terapéutico, tal y como se desarrolla con base en el modelo de la
Terapia Breve centrada en Soluciones, tiene una serie de tareas clínicas o
etapas diferenciadas que, aunque pueden solaparse, permiten explicar el trabajo
con los consultantes. Cabe mencionar que la distinción que se establece entre
las diferentes etapas del proceso es solo explicativa, ya que en la práctica en
ocasiones resulta poco nítida la distinción entre las fases y sus efectos. Para
comprender mejor el desarrollo del proceso de la TBSo se invita al lector a una
entrada anterior (ver aquí )
LOS RITUALES EN EL CONTEXTO DE LA TERAPIA.
Los rituales como técnica de intervención terapéutica se
pueden ubicar en la historia de la terapia sistémica a partir del trabajo del
grupo de Milán, en la mitad de los años 70, y es descrita en su importante obra
“paradoja y contraparadoja” Más adelante Van der Hart (1983) apoya su
trabajo terapéutico en la antropología al incorporar elementos presentes en los
ritos que son empleados por diversos pueblos y familias.
Son, sin embargo, los trabajos de Imber-Black, Roberts y
Whiting los que aportan una conceptualización, tipología y un modelo para la
elaboración de rituales terapéuticos en su obra “Rituales terapéuticos y ritos
en la familia”
Laso (2015) revisa las
definiciones más representativas de “ritual” en la literatura de la terapia
familiar y las encuentra precisas pero inapropiadas, o bien apropiadas pero
vagas y propone entender al “ritual terapéutico” sobre la base de su
utilidad para transformar o sostener las emociones de los participantes.
Para los fines del presente escrito se toma en
cuenta la definición de ritual terapéutico propuesta por este autor (Laso, 2015).
Se define al ritual como “una secuencia de acciones simbólicas, engarzadas en
una metáfora fundacional y realizadas en una atmósfera pregnante, que sirve
para evocar y canalizar un conjunto complejo de emociones de modo que pervivan
en la vida cotidiana (más allá del espacio y tiempo rituales) y modifiquen la
experiencia emocional de sus participantes y, a través de ello, su conducta y
cognición en relación con un problema o tema determinado.”
El
uso de rituales en Terapia Breve Centrada en Soluciones se justifica, al menos,
de 4 maneras:
1. Incluye al sistema más amplio para aumentar las
posibilidades de cambio:
Dado
que los problemas se enmarcan en un contexto de relación, en el modelo de Terapia
Breve Centrado en Soluciones se asume una visión sistémica que permita idear
intervenciones tomando en cuenta los contextos primarios a los que pertenecen
los consultantes. El ritual es una intervención que cumple con tales criterios.
Su realización impacta en la vida de las sociedades, familias e individuos.
Ochoa
de Alda (1995), señala al menos 4 funciones de los rituales en la vida
familiar: a) regular su funcionamiento y permitir una evolución poco
conflictiva, b) transmitir cultura, valores y normas de una generación a otra,
c) coordinar pasado, presente y futuro y d) señalar y respaldar las
transiciones del ciclo vital.
Por
su parte, Boscolo (1996) menciona que uno de los aspectos fundamentales del
ritual es el de poner a todos los miembros de la familia en el mismo plano al
realizarlo. Comenta que “la participación de todos los miembros de la familia
en estas circunstancias ofrece la posibilidad de que aparezca una visión nueva
de sí mismo y de los otros: introduce…una visión circular…”
2. Modifica la experiencia emocional de los participantes:
Eve
Lipchik (2007) advierte que “tradicionalmente, los terapeutas centrados en la
solución han inducido a los clientes a hacer descripciones conductuales de sus
metas a fin de poder seguir mejor sus progresos, aun cuando la mayoría de
aquellos se refieren a sus motivos de queja en términos de sentimientos.”
Sugiere
trabajar no sólo a nivel cognitivo, sino a nivel emocional. El ritual puede
ayudar a alcanzar ese fin ya que sirve para modificar la manera en que las
personas significan una experiencia no sólo cognitiva (verbal), sino
corpóreamente, para crear y sostener una perspectiva amplia ante sus
dificultades de modo que no se dejen atrapar en la “narrativa del problema”” y
construyan alternativas de solución.
3. Logra un mejor ajuste con el sistema consultante:
El
ritual puede representar una estrategia que permite al terapeuta unirse a los
clientes y establecer con ellos una relación terapéutica. Al emplear una
metáfora que se construye a partir del lenguaje y/o de las aportaciones
iniciales de los clientes se fomenta un mejor ajuste entre el sistema
terapéutico y el sistema consultante.
Además,
se puede mencionar que el ritual, al igual que la metáfora, al ser una
estrategia que opera a un nivel analógico, más que en lo digital de la
comunicación, permite evitar las resistencias de los miembros de la familia.
4. Brevedad mediante la búsqueda de atajos:
El
ritual es una intervención terapéutica poderosa que promueve cambios en las
personas y familias en un tiempo breve. Debido a que es una técnica que
privilegia el trabajo a nivel del hemisferio derecho y que según Watzlawick “es
el lenguaje que se presenta en consecuencia como llave natural que abre los
dominios del espíritu en donde sólo pueden producirse los cambios terapéuticos”
resulta una estrategia importante para la búsqueda de atajos en el proceso de
terapia.
Además,
como sugiere Laso (2015) “una metáfora es potente porque es polifacética:
simboliza y cristaliza, a la vez, varios planos de la experiencia emotiva de
los circunstantes y les permite hacerse cargo de ellos y conducirlos a un mismo
destino”
Por
sí misma, también es una intervención que optimiza recursos: se puede llevar a
cabo en una sola sesión y en la mayoría de los casos no se requiere preparación
previa ni seguimiento prolongado.
ELABORACIÓN
DE RITUALES
Para
los fines del trabajo presentado se utiliza la metodología propuesta por
Richard A. Whiting (1999) en la cual el ritual se elabora llevando a cabo 3
pasos: a) seleccionar el símbolo, b) Determinar aspectos abiertos o cerrados
del ritual y c) determinar el tiempo y el espacio. A continuación, se describe
cómo se desarrollan cada uno de ellos en el modelo de TBSo:
a) Seleccionar
el símbolo
El
símbolo es la unidad de construcción de los rituales. Incluyen los objetos y/o
las palabras que representan la posibilidad de modificar creencias, relaciones
o significados de los acontecimientos.
Se
elige al símbolo sobre el que se elaborará el ritual de 3 maneras posibles:
1.
Del lenguaje del paciente: atendiendo a las palabras o frases clave, del discurso de los
consultantes, que tengan el potencial de representar el elemento simbólico.
2.
Por dirección del terapeuta: apelando a su experiencia profesional y al conocimiento
de símbolos universales y metáforas que aluden a los procesos de la terapia
breve centrada en soluciones: “un futuro sin el problema”, “mejores
esperanzas”, “excepciones al problema”, “un milagro en tu vida”, etc.
3.
Por elección del paciente: al preguntar directamente, por ejemplo “si te
pidiera representar (tus mejores esperanzas, el milagro, el 10 en la escala de
mejoría), ¿Qué símbolo usarías?, ¿Cómo lo harías?
b) Determinar aspectos abiertos o cerrados
del ritual
Ochoa
de Alda aclara que los aspectos cerrados de un ritual se caracterizan por una
mayor rigidez y proporcionan la estructura necesaria para contener la expresión
emocional, transmitir valores importantes y dar forma concreta a las acciones.
Los aspectos abiertos, continúa la autora, dejan espacio a la improvisación y
creatividad y proporcionan flexibilidad para que los participantes den
significado privado a la experiencia.
c) Determinar
el tiempo y espacio
Se
pueden proponen para llevarlos a cabo dentro de la sesión o fuera de él según
resulte más pertinente para los fines del proceso terapéutico.
TÉCNICAS
Y TIPOS DE RITUALES EN TBSo
Con
el fin de adentrar al lector en los procedimientos técnicos del ritual se
utilizará la tipología propuesta por Whiting (1999) que clasifica los rituales
en: a) rituales de liberación, b) rituales de dar y recibir, c) rituales de
utilización de las diferencias, d) rituales de prescripción del síntoma o el
juego familiar y e) rituales mediante documentación. A continuación, se
presentan cada uno de ellos.
Rituales de liberación
Son
acciones simbólicas que facilitan el proceso de depuración y curación en las
personas que las realizan. Estos rituales contemplan maniobras como quemar,
congelar, enterrar y/o enviar en globo variedad de elementos simbólicos. Se
utilizan cuando las personas tienen necesidad de superar acontecimientos y
significados traumáticos que interfieren en sus vidas presentes.
Un
ejemplo de este tipo de ritual se observa en la “llave maestra” escribir, leer y quemar en la cual se
pide a la persona que durante 30 minutos al día escriba todo lo negativo que
hay en su vida para después leer las notas y quemarlas o tirarlas a la basura.
Se le sugiere al consultante que si esos pensamientos indeseados vuelven en
otro horario deberá decirse a sí mismo “Ahora tengo otras cosas sobre las que
pensar; pensaré sobre esto en el horario que corresponde”
Para
muchos consultantes conversar sobre soluciones o posibilidades resulta
complicado si se sienten atrapados por el problema. En la mente de los
pacientes, liberarse del problema
puede ser un asunto previo al comienzo de la construcción de un futuro deseado.
El terapeuta invita a los miembros de la familia a que elijan un objeto o a que
por medio del arte (una pintura, una foto, un poema, una canción, etc.)
simbolicen “el problema”. En presencia del símbolo del problema, el terapeuta
ayudará a los consultantes a reflexionar sobre los efectos de éste en sus vidas
y sobre la pertinencia de superarlo. Por último, los miembros de la familia
podrán decidir si queman, tiran o entierran al símbolo.
Otro
recurso que facilita este ritual son las cartas. El terapeuta solicita al
consultante que escriba una carta de
despedida su problema en la que, después de agradecer su “función” en su
vida, detalle las razones por las que quiere prescindir de él.
Rituales de dar y recibir
Son
acciones simbólicas que inciden en las interacciones familiares modificando los
vínculos y formas de expresar los afectos. Se incluyen en ellas intercambios de
objetos (regalos, comida, tarjetas, etc.) y de afectos (reconocimiento, perdón,
agradecimiento, etc.) Se utilizan cuando los miembros de la familia
experimentan desgaste o deterioro de sus relaciones y cuando se desea generar
intensidad en las intervenciones.
Este
ritual se puede utilizar de forma temprana en la primera sesión. El terapeuta
invita a los miembros de la familia a ayudarle a elaborar un familiograma de recursos al sugerir que
se presenten unos a otros desde sus cualidades, fortalezas y habilidades que
los caracterizan.
Avanzado
el proceso, el terapeuta puede proponer rituales
de agradecimiento en donde los miembros de la familia, unos a otros,
reconozcan sus esfuerzos en los avances y mejorías.
Ejemplos
de rituales de este tipo son variados. La caja de caricias es un buzón en el
cuál los miembros de la familia introducen elogios y reconocimiento del
comportamiento de los demás durante el periodo entre una sesión y otra para
después leerlas en la entrevista. La tarea de la sorpresa (preparar una
sorpresa para los demás) es otra forma de promover intercambios positivos.
Además, se puede plantear a los miembros de la familia o de la pareja que
elijan un objeto cuya presencia despierte los sentimientos positivos que el uno
tiene por el otro, como por ejemplo algo que les recuerde sus mejores épocas.
En
la terapia individual, el consultante puede celebrar intercambios consigo
mismo, por ejemplo, procurándose agradecimiento, apoyo en los momentos
difíciles (mediante una carta con buenos consejos) o motivación para el cambio
(pedir que elabore un amuleto que le recuerde la nueva persona que quiere ser).
Rituales de utilización de diferencias
Son
acciones simbólicas que abordan creencias opuestas y escaladas simétricas de
los conflictos. Se utilizan cuando en un sistema se presentan diferencias respecto
de las soluciones, roles o concepciones del mundo. Su efecto es con frecuencia
un mejor aprecio del punto de vista del otro y la consiguiente modificación de
la propia conducta. Una acción común son las inversiones que resultan
útiles en situaciones en donde se negocian diferencias. Las inversiones
consisten en pedirle a una persona que piense o actué como la otra durante
períodos específicos.
En
terapia breve centrada en soluciones las conversaciones acerca de diferencias
son cruciales. Las preguntas circulares representan un puente para pasar del
problema a las soluciones, de déficit a los recursos y de la patología a la
salud. En este sentido, el ritual puede brindar la oportunidad de una
experiencia significativa capaz de modificar la perspectiva de los
consultantes.
La carta desde el futuro resulta un buen
ejemplo de este tipo de ritual. El terapeuta propone a los miembros de la
familia que se escriban a sí mismos una carta desde el futuro, unos años más
delante, cuando han superado los problemas que les han traído a terapia. En esa
carta animan a las personas actuales y les cuentan cómo lograron resolver las
dificultades y qué recursos y cualidades es ayudaron.
Otro ritual de este tipo es el denominado la línea de cambio.
Se pide a los miembros de la familia imaginar una línea divisoria entre dos
espacios del lugar en donde se consulta. Uno de los espacios representa el momento actual en el que se encuentra la problemática familiar. Situados en
este lugar, los miembros de la familia son invitados por el terapeuta a
comentar sobre las dificultades, desventajas y efectos negativos que les
acarrea el problema en el momento actual de su vida. Acto seguido, el terapeuta
les incita a proyectar en el otro espacio sus vidas una vez que el problema se
haya resuelto.
De
los rituales basados en inversiones se pueden mencionar 3. La primera es la de lanzar una moneda por las mañanas (si
sala cara, hará algo que esté relacionado con las excepciones al problema o las
soluciones hipotéticas a partir del trabajo de proyección a futuro). La segunda
es la de simular el milagro (previamente
el consultante imagina su futuro preferido mediante la pregunta por el milagro).
El tercero es el de simular un punto más
en la escala (sugerencia a partir del trabajo con las preguntas de escala).
Rituales de prescripción del síntoma o
juego familiar
Se
trata de una acción simbólica que tiene el objetivo de modificar un esquema de
conducta sintomático o rígido mediante la representación y traslado al absurdo
de la conducta pautada. El efecto que experimentan las personas que participan
en el ritual es la sensación de confusión, el humor y una percepción de lo
absurdo de la situación capaz de modificar el esquema y su significado. Se
utiliza en casos en donde la persona o la familia presentan patrones de
interacción rígidos.
Eve
Lipchik advierte que “los terapeutas centrados en la solución están habituados a
pensar en lo que van a preguntar a los clientes, pero no a pensar en lo que
estos sienten… A veces, los clientes están muy alterados emocionalmente y
no son capaces de explicar lo que sienten. Es posible que tengamos que ayudarlos
a ver más claro antes de que puedan fijarse metas y hallar soluciones”
Los
rituales de prescripción del síntoma pueden aportar la claridad propuesta por
Lipchik y representar un preámbulo para las conversaciones centradas en
posibilidades, alternativas y soluciones.
Dos
ejemplos darán claridad con respecto a su uso:
En
una familia la madre y el hijo mayor experimentaban una relación amalgamada de
tales proporciones que el joven de 17 años se sentía incapaz de tomar por si
solo el transporte público para regresar a su casa terminada la jornada
escolar. El terapeuta prescribió el patrón interaccional rígido entre ambos,
pidiendo a la madre abrazar al hijo como símbolo de la protección que otorga al
joven. Sugirió a la madre intensificar la fuerza del abrazo hasta impedir el
movimiento de su hijo. A este último, el terapeuta motivó a que intentara
caminar hacia delante. Fue imposible para él dar paso alguno. El terapeuta
limitó la participación del padre al rol de espectador. Al final del ritual, el
padre brindó sus observaciones.
*
El
terapeuta prescribió a una pareja el siguiente ritual: Pidió a ambos que se ubicaran
de espaldas con respecto al otro. La esposa tendría que decir en voz alta las
necesidades sentidas con respecto a su relación de pareja. El esposo, por su
parte, repetiría “estoy intentando ayudarte” mientras ambos darían pasos hacía
al frente alejándose poco a poco uno del otro. Este ritual representaba de
manera simbólica la interacción y frustración conyugal. Ambos tenían buenas intenciones
de mejorar su relación, pero llevaban a cabo acciones que los distanciaban cada
día más.
Rituales mediante documentación
Es
una acción ritual que consiste en señalar o marcar los acontecimientos como
oficiales dotándoles de un significado prestigioso y serio. Se distinguen en
ellos al menos 3 fines: 1) aumentar el compromiso de los participantes, 2)
modificar esquemas de interacción mediante el registro y 3) consolidar el
cambio.
En un
modelo de terapia breve centrada en soluciones los rituales de documentación se
pueden llevar a cabo mediante dos intervenciones: 1) La entrega de diplomas y
certificados y 2) La elaboración de cartas terapéuticas.
De
la primera intervención se desprende la acción de elaborar documentos que
certifiquen a los miembros de la familia o a la familia en general. El terapeuta
puede cualificar a los consultantes mediante el reporte de valoración, el reporte
de resumen clínico o los diplomas que reconocen sus lados fuertes y recursos y
dan cuenta de los logros y avances en el proceso terapéutico.
De la
segunda intervención se ha escrito mucho. La siguiente tabla representa un
esfuerzo por compilar algunos usos terapéuticos de estas cartas:
Carta
|
Descripción
|
Carta de despedida al
problema.
|
Se le pide a la
persona que elabore una carta dirigida al problema, en la que relate su
experiencia y en la que ponga punto final a la relación entre ambos.
|
Carta de Bienvenida
al Yo nuevo.
|
Se le pide a la
persona que elabore una carta dirigida a su Yo renovado, luego de la
experiencia de haber superado el problema. En ella podrá darle la bienvenida,
expresar sus expectativas y/o sellar compromisos.
|
Carta testimonio o
consejo de experto
|
Se le pide a la
persona que redacte una carta dirigida a “una persona que esté pasando por la
misma dificultad que ella ya ha superado” en donde de testimonio de su cambio
y/o comparta algunos consejos.
|
Carta desde el futuro
|
Se propone que se
escriban a sí mismos una carta desde el futuro, unos años más delante, cuando
han superado los problemas que les han traído a terapia
|
Carta de
agradecimiento
|
Se pide al
consultante que escriba un agradecimiento a alguien de su pasado que le brindó
apoyo, visitarlo y leerle la carta.
|
CONCLUSIONES
Hasta
aquí se ha presentado una propuesta para incluir el ritual terapéutico en la
práctica centrada en soluciones de contextos clínicos. Además de las razones
para la inclusión del ritual en la terapia señaladas en este escrito, se agrega
en esta conclusión una relacionada con el carácter cultural de nuestros pueblos
latinoamericanos rico en metáforas, ritos y rituales capaces de nutrir y de
estimular la creatividad del terapeuta y los miembros de la familia.
Se
concluye este esta entrada con el consejo de Selvini Pazoli y su equipo(1988):
“La invención de un ritual requiere siempre un
gran esfuerzo a los terapeutas. Previamente un esfuerzo de observación y luego
un esfuerzo creativo. Es impensable que un ritual que ha resultado eficaz para
una familia lo sea para otra. Puede ser sólo rigurosamente específico, peculiar
de una familia dada, así como ciertas reglas (y por lo tanto cierto juego) son
peculiares de cada familia en un determinado hic et nunc de su curriculum
vitae, comprendido el terapéutico.”
Referencias
bibliográficas
Beyebach,
Mark (2006) 24 ideas para una
psicoterapia breve. Editorial Herder, Barcelona.
Beyebach,
Mark y Herrero, M. (2010) 200 tareas en
terapia breve. Herder. Barcelona.
Boscolo,
L. y Bertrando, P. (1996). Los tiempos del tiempo.
Barcelona: Paidós.
Eliade,
M. (2001). El mito del eterno retorno. Arquetipos y repetición.
Buenos Aires: Emecé editores.
Imber-Black,
E. (1997). Rituales terapéuticos y ritos en la familia.
Barcelona: Gedisa.
Laso,
E. (2015). Los rituales terapéuticos familiares: una propuesta teórica en clave
emocional. Redes, 32, 21-34. Recuperado
de: http://redesdigital.com.mx/index.php/redes/article/view/60
Selvini
Palazzoli, M.; Boscolo, L.; Cecchin, G; Prata, G. (1988). Paradoja y
contraparadoja: Un nuevo modelo en la terapia de la familia de transacción
esquizofrénica. Barcelona: Paidós.
Ochoa
de Alda, I. (1995). Rituales sociales, familiares y terapéuticos. En J.
Navarro, y M. Beyebach (comp.) Avances en terapia familiar
sistémica. Barcelona: Paidós.
Van
der Hart, O. (1992). Mitos y rituales. Perspectivas antropológicas y su
aplicación en terapia familiar estratégica. Sistemas Familiares,
8, (1), 1-16. Recuperdo de:
http://www.onnovdhart.nl/articles.html
Watzlawick,
P. (1992). El Lenguaje del Cambio. Barcelona: Herder.