En
esta entrada se presenta una propuesta para el uso de la metáfora en el modelo
de la terapia breve sistémica. Se da una definición del concepto de metáfora y
se describen sus diferentes formas. Se describen los propósitos de su inclusión
en la terapia y el modo de empleo descritos en una serie de pasos.
La metáfora
La
palabra metáfora deriva del griego meta,
“sobre” y phorein que significa “transportar
o llevar de un lugar a otro” La metáfora transporta el significado de un campo
semántico a otro. Según Casula (2006) “suple una deficiencia, una carencia en
el lenguaje, ampliando el significado de las palabras más allá del campo de
acción a través de un traslado del significado universal, denotativo, a uno
subjetivo connotativo”.
En
el campo terapéutico, la metáfora es una historia estratégicamente preparada
para el consultante con propósito de provocar en él cambios evolutivos en su
persona y sus relaciones y en su profesión. Casula (2006) sugiere que esta historia
“facilita una regresión al servicio al Yo que motiva al sujeto para que haga
surgir sus recursos adormecidos y deje de lado los frenos y limitaciones que ya
no necesita”.
En
terapia se pueden usar diferentes tipos de metáforas, por ejemplo:
Tipo |
¿Qué es? |
Ejemplo |
Analogías |
Metáforas cortas que
se usan a menudo en las conversaciones cotidianas. |
Explicar a una pareja
que nosotros, como terapeutas, no vamos a ser árbitros de sus disputas, sino
más bien entrenadores para que trabajen mejor en equipo |
Anécdotas e historias
cortas |
Se trata de contar
alguna historia no muy larga |
El cuento de “el
patito feo” |
Historias largas y
elaboradas. |
Requiere normalmente
una elaboración considerable y bastante tiempo para ser transmitidas. Es recomendable
darlo durante el mensaje final, cerrando la sesión. |
En el apartado de “modo
de empleo” se dará un ejemplo ilustrativo. |
Tareas metafóricas |
Se sugiere a los
consultantes que realicen, fuera de la sesión, alguna actividad con un
sentido metafórico. |
Proponer a una pareja
que pongan, por las noches, alguna canción de las que les gustaba bailar como
novios, que represente todo lo bueno de su relación que quieren recuperar. |
En
conclusión, utilizar metáforas y comparaciones es una buena manera de aumentar
la eficacia de la comunicación y por consiguiente puede ser un recurso
sumamente útil en la terapia breve sistémica.
Objetivos
·
Aumentar la relación
terapéutica y colaborar mejor con los consultantes
·
Aumentar la eficacia de
nuestra comunicación terapéutica, transmitir de forma más rápida y con mejores
resultados un mensaje determinado (la información se recuerda con mayor
facilidad, permite conquistar un campo nuevo desde conocimientos previos y son
fuente de ricas asociaciones, que permiten generar nuevas soluciones)
·
Promover la elaboración
simbólica, por parte de los consultantes, de algunos elementos de su
experiencia vital.
Modo de empleo
Recopilar
información: del caso, de las imágenes que nos dan los clientes, como parte del
proceso de utilización de su lenguaje.
Transformar
las informaciones en metáfora: es conveniente dejarse llevar por la propia
creatividad, pero encauzándola de forma terapéutica. El proceso puede seguir cinco pasos (Beyebach, 2007):
1. Decidir qué mensaje terapéutico queremos transmitir o qué
objetivo conseguir. Por ejemplo “incrementar la motivación del consultante”
2. Observar el lenguaje y la postura de nuestros
interlocutores. Por ejemplo, el consultante manifiesta desánimo, baja de energía
y dificultad para dar continuidad a los cambios.
3. Aprovechar su lenguaje y su postura para crear una imagen
que transmita ese mensaje o lleve a ese objetivo. Por ejemplo, el consultante
refiere que se siente “sobrecargado” y eso le impide encontrar motivación para
el cambio.
4. «Pulir» la imagen, verificando posibles asociaciones
indeseadas o efectos negativos. Por ejemplo, la elaboración de la historia
quedó:
Había una vez un joven que quería escalar una montaña. Él
sabe muy bien que el viaje puede ser largo y para no ir muy cargado se lleva lo
mínimo indispensable del equipaje. Durante el largo viaje encuentra numerosas
dificultades, pero sabe que tiene que vencerlas para llegar a la meta. Para él
superar los obstáculos significa aprender cosas nuevas y por eso decide qué
cada vez que supere algo para acordarse mete en la mochila una piedra.
Al final cuando llega a la cumbre de la montaña vacía la
mochila, toma las piedras que ha recogido, hace una pirámide y la llama “la
pirámide del éxito. Éxito que ha obtenido Gracias haber superado las
dificultades.
5. Transmitirla adecuadamente, con un ritmo pausado y
atendiendo al feedback de los consultantes.
Se
entiende que la imagen que se está creando será una buena metáfora no sólo en
función de su originalidad o de su carácter más o menos impactante. Hace falta,
además, que aproveche en lo posible el lenguaje, las creencias, las aficiones,
etcétera, de los consultantes, y que abra perspectivas de cambio.
Conclusiones
Hasta
aquí se ha abordado la metáfora y su inclusión en el contexto clínico desde el
modelo de la terapia breve sistémica. Se han descrito los tipos de metáfora,
los objetivos de su uso en la terapia y una propuesta para su empleo.
Concluimos que los mensajes terapéuticos entremezclados en la metáfora resultan
menos amenazantes y provocadores. Las ideas se presentan en sistemas y lugares
comunes y familiares, son capaces de ser evocados fácil y rápidamente por los
consultantes.
Fuentes:
Beyebach,
Mark (2007) 24 ideas para una psicoterapia breve. Herder, Barcelona
Casula,
Consuelo (2006) Jardineros, princesas y puerco espines. Alom Editores, México.
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