viernes, 27 de septiembre de 2024

El uso de metáforas en Terapia Breve Sistémica

 


En esta entrada se presenta una propuesta para el uso de la metáfora en el modelo de la terapia breve sistémica. Se da una definición del concepto de metáfora y se describen sus diferentes formas. Se describen los propósitos de su inclusión en la terapia y el modo de empleo descritos en una serie de pasos.

 

La metáfora

 

La palabra metáfora deriva del griego meta, “sobre” y phorein que significa “transportar o llevar de un lugar a otro” La metáfora transporta el significado de un campo semántico a otro. Según Casula (2006) “suple una deficiencia, una carencia en el lenguaje, ampliando el significado de las palabras más allá del campo de acción a través de un traslado del significado universal, denotativo, a uno subjetivo connotativo”.

 

En el campo terapéutico, la metáfora es una historia estratégicamente preparada para el consultante con propósito de provocar en él cambios evolutivos en su persona y sus relaciones y en su profesión. Casula (2006) sugiere que esta historia “facilita una regresión al servicio al Yo que motiva al sujeto para que haga surgir sus recursos adormecidos y deje de lado los frenos y limitaciones que ya no necesita”.

 

En terapia se pueden usar diferentes tipos de metáforas, por ejemplo:

 

Tipo

¿Qué es?

Ejemplo

 

 

Analogías

 

Metáforas cortas que se usan a menudo en las conversaciones cotidianas.

Explicar a una pareja que nosotros, como terapeutas, no vamos a ser árbitros de sus disputas, sino más bien entrenadores para que trabajen mejor en equipo

 

Anécdotas e historias cortas

 

 

Se trata de contar alguna historia no muy larga

 

El cuento de “el patito feo”

 

Historias largas y elaboradas.

 

Requiere normalmente una elaboración considerable y bastante tiempo para ser transmitidas. Es recomendable darlo durante el mensaje final, cerrando la sesión.

 

 

En el apartado de “modo de empleo” se dará un ejemplo ilustrativo.

 

 

Tareas metafóricas

 

Se sugiere a los consultantes que realicen, fuera de la sesión, alguna actividad con un sentido metafórico.

 

 

Proponer a una pareja que pongan, por las noches, alguna canción de las que les gustaba bailar como novios, que represente todo lo bueno de su relación que quieren recuperar.

 

 

En conclusión, utilizar metáforas y comparaciones es una buena manera de aumentar la eficacia de la comunicación y por consiguiente puede ser un recurso sumamente útil en la terapia breve sistémica.

 

Objetivos

 

·         Aumentar la relación terapéutica y colaborar mejor con los consultantes

·         Aumentar la eficacia de nuestra comunicación terapéutica, transmitir de forma más rápida y con mejores resultados un mensaje determinado (la información se recuerda con mayor facilidad, permite conquistar un campo nuevo desde conocimientos previos y son fuente de ricas asociaciones, que permiten generar nuevas soluciones)

·         Promover la elaboración simbólica, por parte de los consultantes, de algunos elementos de su experiencia vital.

 

Modo de empleo

 

Recopilar información: del caso, de las imágenes que nos dan los clientes, como parte del proceso de utilización de su lenguaje.

Transformar las informaciones en metáfora: es conveniente dejarse llevar por la propia creatividad, pero encauzándola de forma terapéutica. El proceso puede  seguir cinco pasos (Beyebach, 2007):

 

1.    Decidir qué mensaje terapéutico queremos transmitir o qué objetivo conseguir. Por ejemplo “incrementar la motivación del consultante”

 

2.    Observar el lenguaje y la postura de nuestros interlocutores. Por ejemplo, el consultante manifiesta desánimo, baja de energía y dificultad para dar continuidad a los cambios.   

 

 

3.    Aprovechar su lenguaje y su postura para crear una imagen que transmita ese mensaje o lleve a ese objetivo. Por ejemplo, el consultante refiere que se siente “sobrecargado” y eso le impide encontrar motivación para el cambio.

 

4.    «Pulir» la imagen, verificando posibles asociaciones indeseadas o efectos negativos. Por ejemplo, la elaboración de la historia quedó:

 

Había una vez un joven que quería escalar una montaña. Él sabe muy bien que el viaje puede ser largo y para no ir muy cargado se lleva lo mínimo indispensable del equipaje. Durante el largo viaje encuentra numerosas dificultades, pero sabe que tiene que vencerlas para llegar a la meta. Para él superar los obstáculos significa aprender cosas nuevas y por eso decide qué cada vez que supere algo para acordarse mete en la mochila una piedra.

Al final cuando llega a la cumbre de la montaña vacía la mochila, toma las piedras que ha recogido, hace una pirámide y la llama “la pirámide del éxito. Éxito que ha obtenido Gracias haber superado las dificultades.

 

5.    Transmitirla adecuadamente, con un ritmo pausado y atendiendo al feedback de los consultantes.

 

Se entiende que la imagen que se está creando será una buena metáfora no sólo en función de su originalidad o de su carácter más o menos impactante. Hace falta, además, que aproveche en lo posible el lenguaje, las creencias, las aficiones, etcétera, de los consultantes, y que abra perspectivas de cambio.

 

Conclusiones

 

Hasta aquí se ha abordado la metáfora y su inclusión en el contexto clínico desde el modelo de la terapia breve sistémica. Se han descrito los tipos de metáfora, los objetivos de su uso en la terapia y una propuesta para su empleo. Concluimos que los mensajes terapéuticos entremezclados en la metáfora resultan menos amenazantes y provocadores. Las ideas se presentan en sistemas y lugares comunes y familiares, son capaces de ser evocados fácil y rápidamente por los consultantes.   


Fuentes:

 

Beyebach, Mark (2007) 24 ideas para una psicoterapia breve. Herder, Barcelona

Casula, Consuelo (2006) Jardineros, princesas y puerco espines. Alom Editores, México. 


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