jueves, 30 de octubre de 2025

La educación emocional como recurso integrativo en la Terapia Breve Centrada en Soluciones

 


La Terapia Breve Centrada en Soluciones (TBCS), desarrollada por Steve de Shazer e Insoo Kim Berg, parte del supuesto de que el cambio no depende del análisis del problema, sino de la identificación y ampliación de recursos, excepciones y posibilidades. Sin embargo, en la práctica clínica contemporánea se observa que muchas de las dificultades que presentan los consultantes se relacionan con déficits en la comprensión, expresión o regulación emocional, lo cual abre la posibilidad de incorporar elementos de la educación emocional como una herramienta complementaria dentro del marco de la TBCS.

 

El modelo de inteligencia emocional propuesto por Mayer y Salovey (1997) define la educación emocional como el desarrollo de cuatro habilidades: percibir, usar, comprender y regular las emociones. Estas competencias pueden integrarse de manera funcional al proceso terapéutico breve, sin alterar su filosofía constructivista ni su orientación hacia el futuro preferido. En este escrito se desarrollan una serie de ideas para su integración. También se revisan algunas intervenciones provenientes de otros modelos o enfoques (cómo por ejemplo la terapia cognitivo conductual o la terapia dialéctico conductual) que pueden incorporarse a la terapia breve centrada en soluciones para enriquecer el proceso de los consultantes.

 

En esta entrada se abordarán primero los conceptos de Educación Emocional y de Regulación Emocional. En segunda instancia se revisará la manera en que el modelo centrado en soluciones se ha aproximado al tema de las emociones, los retos que se perciben al tratar de incluir la Educación Emocional y las ventajas que puede representar esta integración. Para concluir con la aportación de 5 ideas que pueden facilitar la integración de la Educación Emocional en las prácticas centradas en soluciones sobre todo en contextos clínicos.

 

Educación Emocional

 

Slovey y Mayer (1997) definen la Educación Emocional como el desarrollo de la conciencia, comprensión y regulación de las emociones. Para estos autores una persona con inteligencia emocional es aquella que cuenta con “la capacidad para percibir, valorar y expresar emociones con precisión; acceder y generar sentimientos que faciliten el pensamiento; comprender emociones y el conocimiento emocional, y regular emociones para promover el crecimiento emocional e intelectual."

 

Su enfoque sobre la Educación Emocional se estructura como un modelo de cuatro ramas interrelacionadas, a saber: percibir, usar, comprender y regular las emociones. La siguiente ilustración describe cada una de las ramas y las competencias y habilidades que se desprenden de cada una de ellas.

 



 

Su planteamiento se inserta dentro de la tradición de la psicología cognitiva y la teoría de las inteligencias múltiples, pero con una visión que integra procesos afectivos y cognitivos como parte de una misma función adaptativa.

 

A diferencia de modelos mixtos (como el de Goleman, más cercano a rasgos de personalidad), Mayer y Salovey conciben la IE como una inteligencia genuina y entrenable, basada en procesos mentales de procesamiento emocional.

 

El modelo de Mayer y Salovey ha sido aplicado en múltiples ámbitos: desde lo educativo, hasta lo clínico y psicoterapéutico, pasando por lo organizacional y la intervención comunitaria.

 

El modelo de Salovey y Mayer actúa como marco de comprensión y desarrollo de habilidades que pueden prevenir o corregir la disregulación emocional, no como control coercitivo de la emoción, sino como alfabetización afectiva y metacognición emocional.

 

La disregulación emocional se entiende como “la incapacidad, incluso cuando se lo intenta seriamente, para cambiar o regular las claves, las acciones, las respuestas verbales y no verbales emocionales, cuando esto es necesario” (Linehan, Bohus y Lynch, 2007 en Boggiano y Gagliesi, 2018). Es importante enfatizar que la disregulación emocional representa un fenómeno central en muchos cuadros clínicos (p. ej., TDAH, trastornos del estado de ánimo, trastornos de personalidad, trauma complejo).

 

Hervás y Vázquez (2006) describen lo que podría interpretarse cómo Intentos de Solución Fallidos con respecto a la regulación emocional: 1) Déficit de regulación por ausencia de activación, 2) Déficit de regulación por ausencia de eficacia y 3) Déficit de regulación por empleo de estrategias disfuncionales de regulación emocional. Además, proponen un modelo de regulación emocional eficaz que podría representar un patrón intrapersonal satisfactorio de procesamiento emocional que se describe en la siguiente ilustración:

 



 

Las emociones en la Terapia Breve Centrada en Soluciones.

 

En sus orígenes, la TBCS se caracterizó por una postura pragmática y deliberadamente neutral respecto al contenido emocional. La prioridad era detectar excepciones, construir el futuro preferido y activar conductas orientadas al cambio.

Si bien es cierto que las emociones no se ignoraban; tampoco se conceptualizaban como clave para el cambio. La premisa era: “el cambio ocurre por hacer algo diferente, no por explorar el mundo emocional”.

 

Eve Lipchik, cofundadora del Brief Family Therapy Center, fue la gran promotora de integrar las emociones al proceso de construcción de soluciones.
Su libro “Terapia centrada en la solución: más allá de la técnica” marca el giro para poner en el centro de la discusión lo emocional.
Lipchik plantea que las emociones son información, no la meta. Es decir, se permite hablar de emociones, pero no se patologizan ni se exploran causalmente.

 

La siguiente tabla recoge las aportaciones clave de Lipchik (1997)

 

Aportación

Implicaciones en la práctica clínica

 

Las emociones son parte de la experiencia del cliente, no un obstáculo.

 

 

El terapeuta valida y nombra emociones antes de construir soluciones.

 

El cambio ocurre mediante un trinomio: pensamiento – emoción – acción.

 

 

Se reconoce que no hay solución sostenible sin experiencia emocional integrada.

 

La relación terapéutica es el vehículo del cambio.

 

 

Se usa la empatía activa como intervención.

 

Las emociones del terapeuta son importantes para el proceso de terapéutico.

 

 

Se usa un pensamiento de dos carriles. Por uno de ellos se cuidan las metas, el futuro preferido y por el otro las emociones experimentadas.

 

Retos y ventajas de integrar la Educación Emocional a la Terapia Breve Centrada en Soluciones

 

Con respecto a los retos de la integración se exploran 3:

 

1)    Diferencias epistemológicas y de lenguaje clínico

 

La Terapia Breve Centrada en Soluciones parte de una mirada propia del constructivismo social y el postmodernismo, donde las emociones son parte del discurso y de las narrativas posibles, no entidades internas estables. En contraste, la Educación Emocional (particularmente en modelos como el de Mayer y Salovey, 1997) se apoya en una perspectiva psicológica cognitivo-emocional, que asume que las emociones pueden identificarse, medirse y entrenarse. El reto, por tanto, es integrar sin perder la riqueza narrativa ni imponer una visión psicométrica de la emoción.

 

2) Riesgo de psicologizar la emoción y descentrar la agencia

 

En Terapia Breve Centrada en Soluciones, el poder del cambio está en las conversaciones generativas y los recursos del cliente. Incorporar técnicas de Educación Emocional puede correr el riesgo de convertir la emoción en un problema interno del individuo (“debo aprender a controlar mis emociones”) en lugar de una interacción relacional y contextual. El desafío terapéutico sería encontrar un equilibrio entre trabajar con habilidades emocionales sin convertir al consultante en un sujeto deficitario, sino en un agente capaz.

 

3)    Adaptación de técnicas y temporalidad

 

La Educación Emocional suele implicar procesos de entrenamiento prolongado (por ejemplo, programas educativos). En Terapia Breve Centrada en Soluciones, el cambio ocurre en una o pocas sesiones, por lo que las intervenciones deben ser breves, experienciales y conversacionales, no programas formales.

 

En cuanto a las ventajas de una integración como la que se propone en este escrito, se describen a continuación 3:

 

1)    Profundización del trabajo con la experiencia emocional

La Terapia Breve Centrada en Soluciones, aunque eficaz en promover el cambio conductual y narrativo, ha sido criticada por trabajar poco con la experiencia emocional. Incorporar principios de Educación Emocional permite validar, nombrar y modular emociones dentro del proceso de construcción de soluciones, favoreciendo una coherencia emocional del cambio narrativo.

 

2)    Mejora en la autorregulación y prevención de recaídas

 

El aprendizaje emocional potencia la autoobservación y autorregulación, recursos útiles para sostener el cambio más allá de la sesión. En casos de trastornos de ansiedad, depresión o conductas impulsivas, integrar estrategias de mindfulness breve o validación emocional (tomadas de DBT) permite anclar los cambios narrativos en habilidades prácticas.

 

3)    Congruencia con la perspectiva de agencia y resiliencia

 

Tanto la Educación Emocional como la Terapia Breve Centrada en Soluciones comparten una visión de competencia emocional y crecimiento humano. La integración no solo busca aliviar síntomas, sino fortalecer capacidades de afrontamiento, lo que la hace particularmente útil en prevención y promoción de salud mental comunitaria.

 

5 ideas para integrar la Educación Emocional a la Terapia Breve Centrada en Soluciones.

 

1)    De la emoción al recurso.

 

Se coincide con Lipchik (1997) al considerar a la emoción cómo oportunidad para construir posibilidades.  Por ejemplo, identificar emociones puede convertirse en un acto de reconocimiento de excepciones (“¿cuándo lograste sentir enojo sin perder el control?”). Además, en la Terapia Breve Centrada en Soluciones no se busca analizar el origen de la emoción, sino ampliar el repertorio de respuestas posibles ante ella (¿Qué te ha ayudado a lidiar con la tristeza?)

 

Ejemplo: Definir objetivos

 

Terapeuta: “Si bien te entiendo, tú estás aquí para aprender a manejar tus emociones en lugar de que las emociones te manejen a ti, ¿Cómo te vas a dar cuenta de que lo estás comenzando a aprender?”

 

Ejemplo: De la emoción a la excepción

 

Terapeuta: ¿Cuándo fue la vez más reciente en que lograste experimentar el enojo sin perder el control?

 

2)    Competencias emocionales como catalizadores del cambio en la Terapia Breve Centrada en Soluciones

 

Las cuatro competencias de la educación emocional (según Mayer y Salovey) pueden alinearse con las estrategias del enfoque centrado en soluciones. La siguiente tabla describe la relación entre ambas:

 



 

De igual manera, el patrón intrapersonal satisfactorio que representa el proceso emocional (Hervas, 2011) puede servir de guía en la búsqueda de excepciones, lados fuertes y recursos:

 



 Por ejemplo, ¿Cuándo fue la vez más reciente en que en lugar de cerrarte, tuviste apertura frente a la tristeza? o ¿Cuándo fue la vez más reciente en que en lugar de evitar la situación que te producía temor lograste analizar si estabas ante un riesgo real o imaginario?

 

3)    El diálogo como espacio de educación emocional

 

En la Terapia Breve Centrada en Soluciones, cada conversación puede funcionar como una experiencia emocional correctiva, donde el terapeuta modela validación, curiosidad y regulación. Además, la educación emocional no se enseña de forma explícita, sino que se experimenta en el diálogo terapéutico.

 

A continuación, algunos ejemplos:

 

Ejemplo: la emoción como guía

 

Consultante: “No sé qué me pasa, solo siento que todo me irrita últimamente.”

Terapeuta: “¿Podrías contarme un momento reciente en que notaste esa irritación?”

      C: “Ayer, cuando mi hijo me pidió ayuda con la tarea, y yo estaba agotada.”

      T: “Si esa irritación tuviera una voz, ¿qué crees que diría?”

      C: “Diría algo como ‘¡no puedo más, necesito que alguien me ayude a mí también!’”

 

Ejemplo: regulación emocional

 

Terapeuta: “¿Ha habido alguna vez en que sentiste el mismo enojo, pero lograste no romper nada?”

Adolescente: “Sí… una vez, porque estaba en casa de mi abuela y no quería asustarla.”

T: “¿Qué hiciste diferente en ese momento?”

A: “Me salí al patio y pateé una piedra.”

T: “¿Y qué te dijo tu cuerpo después de eso?”

A: “Como que se me bajó un poco.”

 

Ejemplo: comprensión emocional

 

Consultante: “Estoy cansada de sentir tristeza todo el tiempo.”

Terapeuta: “Si la tristeza tuviera una intención positiva hacia ti, ¿cuál crees que sería?”

      C: “Tal vez… recordarme lo que extraño o lo que me importa.”

      T: “Entonces no es solo tristeza, también hay amor escondido ahí.”

 

Ejemplo: validación y modelo

 

Consultante: “¡Odio cuando me gritan, quiero irme de la escuela!”

Terapeuta: “Tiene sentido que te dé ganas de irte si te gritan, a veces el cuerpo solo quiere escapar. A mí también me pasa cuando me siento incómodo.” (pausa breve, tono calmado) “¿Qué te ayuda a ti cuando estás así, además de irte?”

 

4)    Alfabetización emocional como construcción de significado

 

Nombrar las emociones es un acto de significado, y en la TBCS todo significado puede reconstruirse. El terapeuta ayuda al consultante a pasar de “no sé qué me pasa” a “entiendo lo que siento y puedo decidir qué hacer con ello”. Desde esta perspectiva, la educación emocional se convierte en un proceso narrativo de empoderamiento más que en un entrenamiento técnico.

 

A continuación, algunos ejemplos:

 

Ejemplo: resignificar el enojo

 

Consultante: “Me enojo por todo, ya no me soporto.”

Terapeuta: “Cuando dices ‘enojo’, ¿cómo se siente eso en tu cuerpo?”

C: “Como presión, como si me apretara el pecho.”

T: “Si esa presión pudiera hablar, ¿qué te diría?”

C: “Diría: ‘quiero que me escuchen’.”

T: “Entonces, más que enojo, suena a una emoción que pide ser reconocida.”

 

Ejemplo: resignificar la tristeza

 

Se trata de una adolescente con síntomas depresivos tras ruptura amorosa

Consultante: “Solo me siento triste todo el tiempo, y odio sentirme así.”

Terapeuta: “Si esa tristeza fuera una visitante, ¿qué vendría a decirte?”

C: “Que lo que tuvimos fue importante.”

T: “Entonces la tristeza no solo está por lo que perdiste, también por lo que valoraste.”

 

Ejemplo: resignificar la ansiedad

 

Consultante: “Siento ansiedad desde que me despierto.”

Terapeuta: “¿Cómo sabes que es ansiedad?”

C: “Porque el corazón me late rápido, me cuesta respirar.”

T: “¿Alguna vez ese mismo sentir te ha servido para algo?”

C: “Sí… cuando tengo que presentar algo importante, me pone alerta.”

T: “Entonces, ¿podríamos decir que a veces tu ansiedad también te prepara?”

 

Ejemplo: resignificar en la relación de pareja.

 

P1: “Siempre que discutimos, él se pone frío. Es como si no le importara.”

Terapeuta: “Y cuando se pone frío, ¿qué crees que está sintiendo él?”

P1: “Supongo que enojo.”

T: (dirigiéndose al otro) “¿Eso es enojo?”

P2: “No… es miedo. Miedo a decir algo que la lastime más.”

5)    Injertar intervenciones

 

Así como podemos unir dos partes de plantas o tejidos de diferentes organismos para que crezcan juntos como un solo individuo, también podemos injertar intervenciones de otros modelos de terapia en nuestro modelo de Terapia Breve Centrada en Soluciones.

 

La siguiente tabla describe diferentes ideas de intervención:

 

 

Intervención

 

Consiste en

 

Proviene de

 

 

Rueda de las emociones

 

 

Es un mapa emocional que facilita trabajar con una comprensión más rica y matizada de lo que sentimos.

 

 

Psicología de las emociones de Robert Plutchik

 

 

 

 

Diario de emociones

 

 

Es una herramienta para el registro personal y sistemático de las experiencias emocionales. Facilita la percepción y la comprensión.

 

 

 

Terapia cognitivo conductual

 

 

 

Diario de furias

 

 

Consiste en escribir en un diario personal sobre los episodios de ira que se experimentan. El objetivo es identificar los detonantes y patrones de comportamiento para gestionar mejor las emociones, en lugar de reaccionar impulsivamente.

 

 

 

Terapia Estratégica evolucionada de Nardone

 

Externalización de la emoción

Práctica lingüística que separa a la persona del problema, logrando que la emoción o el problema se conviertan en una entidad externa con la que se puede interactuar.

 

Terapia Narrativa

 

Reestructuración cognitiva

 

Estrategia para reconocer los patrones de pensamiento negativos y reemplazarlos por ideas más realistas y equilibradas.

 

 

 

Terapia cognitiva conductual

 

 

 

Atención plena

 

Prestar atención intencionalmente al momento presente sin juzgar. Se puede practicar a través de la meditación enfocándose en la respiración o las sensaciones, o integrándola en actividades cotidianas como comer o caminar.

 

 

 

 

Terapias contextuales

 

 

 

 

Cambio de temperatura

 

Herramienta de control emocional rápido y eficaz, basada en el "reflejo de inmersión" mamífero. Al someter el rostro a agua muy fría, se activa este reflejo, que disminuye el ritmo cardíaco y activa el sistema nervioso parasimpático, el cual ayuda a calmar el cuerpo y la mente ante una crisis emocional.

 

 

 

Terapia Dialéctico Conductual

 

 

 

Anclaje sensorial

 

Conectar con el entorno a través de los sentidos para gestionar estados de ansiedad o estrés. Se basa en asociar un estímulo sensorial (un gesto, un sonido, un olor, etc.) con un estado emocional específico (calma, confianza, etc.) 

 

 

 

 

Terapias contextuales

 

Validación emocional radical

 

Proceso de dos partes que implica primero aceptar radicalmente la emoción en el momento presente, sin juzgarla ni intentar cambiarla, y luego validarla reconociendo su legitimidad y entendimiento. 

 

 

Terapia Dialéctico Conductual

 

 

Metáfora de la mente sabia

 

 

Metáfora que favorece la unión de la mente racional y emocional para tomar decisiones equilibradas, en lugar de reaccionar impulsivamente o basarse solo en la lógica.

 

 

 

Terapia Dialéctico Conductual


Conclusiones

 

La integración de la Educación Emocional al modelo de Terapia Breve Centrada en Soluciones representa una evolución natural del enfoque, no una ruptura con sus fundamentos. Al incorporar la comprensión y la regulación emocional (desde aportes como el modelo de inteligencia emocional de Mayer y Salovey y las intervenciones provenientes de otros modelos de trabajo) la práctica mantiene su esencia orientada al futuro, pero amplía su alcance al fortalecer la agencia emocional del consultante. Esta integración permite reconocer las emociones como información valiosa para el cambio, sin convertirlas en el centro del problema. La conversación terapéutica se transforma en un espacio donde la persona puede nombrar lo que siente, identificar recursos y actuar de manera intencional, construyendo soluciones emocionalmente sostenibles. En síntesis, la educación emocional potencia el corazón del modelo: ayuda a que el consultante descubra que no solo puede pensar en soluciones, sino también sentirse capaz de hacerlas realidad.


Bibliografía

 

Berrocal, P. F., & Pacheco, N. E. (2005). La Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el Modelo de Mayer y Salovey. Revista Interuniversitaria de Formación del profesorado, 19(3), 63-93.

Beyebach, M. (2014). 24 ideas para una psicoterapia breve. Herder Editorial.

Beyebach, M. (2015). La Terapia Sistémica Breve como terapia de tercera generación. Prólogo a (García, FE y Schaefer, H.) Manual de técnicas de psicoterapia breve. Santiago de Chile: Mediterráneo, 13-23.

Bisquerra, R. (2012). De la inteligencia emocional a la educación emocional. Cómo educar las emociones, 1, 24-35.

Bisquerra, R., & Mateo, J. (2019). Competencias emocionales para un cambio de paradigma en educación.

Hervás, G. (2011). Psicopatología de la regulación emocional: el papel de los déficit emocionales en los trastornos clínicos. Behavioral Psychology= Psicología Conductual, 19(2), 347.

Lipchik, E. (2004). Terapia centrada en la solución. Más allá de la técnica. Buenos Aires: Amorrortu.  

Mayer, J., & Salovey, P. (1993). La Educación de la Inteligencia Emocional desde el.

Mayer, J., & Salovey, P. (1997) “Emotional attention, clarity, and repair: exploring emotional intelligence using the Trait MetaMood Scale”. En J. W. Pennebaker (Ed.), Emotion, Disclosure, & Health (pp. 125- 154). Washington: American Psychological Association

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