viernes, 28 de abril de 2023

Intervenciones familiares basadas en el Modelo Mcmaster de Funcionamiento familiar

 


En esta entrada se presenta un modelo de intervención basado en el modelo Mcmaster de funcionamiento familiar. Se describen las 6 dimensiones que componen el modelo seguido de algunas pautas para su intervención. La propuesta se compone de 3 líneas acción. La primera es incluir en la entrevista una serie de preguntas para evaluar cada una de las dimensiones. La segunda corresponde a la construcción de una serie de indicadores de funcionamiento que faciliten la evaluación. La tercera consiste en una serie de actividades terapéuticas para cada dimensión.      

 

¿Qué es el modelo Mcmaster?

 

Para Epstein, Balvin y Bishop (2005) toda familia funciona solo que pueden hacerlo de un modo óptimo, medio y otras que representan severas dificultades en su funcionamiento. Proponen utilizar el concepto sano para referirse aquellas familias que en su funcionamiento cotidiano tienden a generar las funciones necesarias para mantener la naturaleza del sistema en todos sus niveles de realización y autorrealización de cada uno de sus miembros. Para ello tienen en cuenta las siguientes 5 dimensiones de funcionamiento familiar: Resolución de problemas, Comunicación, Roles, Respuestas afectivas, Involucramiento afectivo y Control de conducta.

 

  


La escala presentada por los autores llamada MMFF (Mcmaster Model of family functioning) no evalúa todos los aspectos del funcionamiento familiar, sino que tiene en cuenta aquellas dimensiones que sean observado que tienen un mayor impacto en la salud física cívica emocional de los miembros de la familia.

 

A continuación, se presenta un resumen de cada una de las dimensiones, tomando en cuenta sus propósitos y algunos conceptos claves para entenderla.  

 

DIMENSIÓN: Resolución de problemas

 

OBJETIVO: Logro exitoso de habilidades básicas, tareas de desarrollo y de crisis

CONCEPTOS CLAVE:

• Dos tipos de problemas: Instrumental y afectivo

 

• Siete Etapas en Proceso de Resolución de problemas:

1. Identificación del problema

2. Comunicación del problema a la(s) persona(s) adecuada(s)

3. Desarrollo de alternativas de acción

4. Decisión de una alternativa

5. Acción

6. Seguimiento de la acción

7. Evaluación del éxito

 

Más efectivo: Cuando las siete etapas están llevado a cabo.

Menos eficaz: cuando no se puede identificar problema

 

DIMENSIÓN: Comunicación

 

OBJETIVO: Entendimiento mutuo

 

CONCEPTOS CLAVE:

 

• Dos tipos de comunicación: Instrumental y Afectiva

 

• Dos dimensiones independientes:

1. Comunicación clara versus Comunicación Enmascarada

2. Comunicación Directa versus Comunicación Indirecta

 

• Más de 2 dimensiones producen 4 patrones de comunicación:

1. Claro y Directo

2. Claro e indirecto

3. Enmascarado y Directo

4. Enmascarado e indirecto

 

Más efectivo: claro y directo

Menos efectivo: enmascarado e indirecto

 

DIMENSIÓN: Roles

 

META: Integración exitosa de roles

 

CONCEPTOS CLAVE

• Dos tipos de funciones familiares: Necesario y otras

• Dos áreas de funciones familiares: Instrumental y Afectiva

 

Agrupaciones necesarias para el funcionamiento familiar:

A. Instrumental- Provisión de recursos

B. Afectivo—Cuidado y apoyo—gratificación sexual para adultos

C. Mixto—Desarrollo de habilidades para la vida— Mantenimiento y gestión de sistemas

Otras funciones familiares: Adaptativo y desadaptativo

 

• El funcionamiento del rol se evalúa considerando cómo la familia asignó responsabilidades y maneja la capacidad de rendir cuentas por ellas.

 

Más eficaz: cuando todos los miembros de la familia tienen una asignación de roles clara y razonable y se incorpora la rendición de cuentas.

Menos eficaz: Cuando en la familia no se abordan las funciones y/o no se mantiene la asignación y la rendición de cuentas.

 

DIMENSIÓN: Capacidad de respuesta afectiva

 

CONCEPTOS CLAVE:

 

• Dos grupos de emociones: Bienestar y Emergencia

 

Más eficaz: cuando la gama completa de respuestas es apropiada en cantidad y calidad al estímulo.

Menos efectivo: cuando el rango es muy estrecho de respuestas existe (1–2 solamente) y/o cantidad y calidad se distorsiona, dada el contexto.

 

DIMENSIÓN: Implicación Afectiva

 

OBJETIVO: Seguridad y autonomía

 

CONCEPTOS CLAVE:

 

• Una gama de participación con seis estilos identificado:

1. Ausencia de implicación

2. Implicación desprovista de sentimientos

3. Implicación narcisista

4. Implicación empática

5. Participación excesiva

6. Participación simbiótica

 

Más eficaz: implicación empática

Menos eficaz: Simbiótico y Ausencia de intervención

 

DIMENSIÓN: Control de conducta

OBJETIVO: Mantenimiento y adecuación

CONCEPTOS CLAVE:

 

• Se aplica a tres situaciones:

1. Situaciones peligrosas

2. Satisfacer y expresar necesidades e impulsos psicobiológicos (comer, beber, dormir, eliminar, sexo y agresión).

3. Comportamiento de socialización interpersonal dentro y fuera de la familia.

 

• Estándar y latitud de aceptable

El control de comportamiento tiene cuatro estilos:

1. Rígido

2. flexibles

3. Laissez-fair

4. caótico

• Para mantener el estilo, se utilizan e implementan diversas técnicas.

 

Más eficaz: control de comportamiento flexible

Menos efectivo: Control de comportamiento caótico

 

Propuesta de Intervención

 

La propuesta siguiente contempla 3 líneas a tomar en cuenta: 1) pautas para la evaluación, 2) indicadores de funcionamiento y 3) pautas de intervención de cada una de las dimensiones. La tabla siguiente categoriza las intervenciones con respecto a la dimensión de funcionamiento familiar al que pertenece.

 

 


 

Consideraciones para el uso de las intervenciones

 

Epstein, Balvin y Bishop (2005 sugieren enmarcar las intervenciones en un proceso de cuatro etapas a saber: (1) Evaluación, (2) Contratación, (3) Tratamiento, y (4) Cierre. Cada etapa contiene una secuencia de subetapas todas ellas basadas en un modelo clínico de terapia.

 

Se sugiere el siguiente esquema:

 

1. Etapa de Evaluación

A. Orientación

B. Recopilación de datos

C. Descripción del problema

D. Aclaración del problema

 

2. Etapa de contrato o encuadre

A. Orientación

B. Esbozar opciones

C. Negociación de expectativas

D. Firma del contrato

 

3. Etapa de tratamiento

A. Orientación

B. Clarificación de prioridades

C. Establecer tareas

D. Evaluación de tareas

 

4. Etapa de cierre

A. Orientación

B. Resumen del tratamiento

C. Metas a largo plazo

D. Seguimiento

 

Intervención por cada una de las dimensiones del FF

 

-       Resolución de problemas

 

Evaluación de la dimensión de Resolución de problemas.

 

Se pide a los miembros de la familia que identifiquen los problemas familiares que han surgido dentro las últimas dos o tres semanas a fin de poder explorar la capacidad de resolución de la familia.

 

Se indica que todas las familias tienen problemas y que se está interesado ​​en los problemas que han resuelto y aquellos en los que han tenido dificultad. Después de identificar un problema, se les pide que lo describan con cierto detalle. Se exploran los intentos de la familia para resolver el problema, usando las etapas del modelo de resolución de problemas descritas arriba. A medida que se explora lo que la familia hizo o dejó de hacer en cada etapa, se retroalimenta nuestra comprensión a los miembros de la familia para asegurarnos de que han identificado correctamente cómo manejaron la etapa en cuestión.

 

1)    Preguntas sobre Identificación

 

 Cuando surgió ese problema, ¿Qué pensaste que estaba pasando? ¿Sintió que algo más estaba involucrado?

¿Todos vieron el problema de la misma manera? (Aquí se exploraría diferencias, así como profundizar en los componentes instrumentales y afectivos de un problema dado.) ¿Quién notó primero el problema?

¿Quién suele fijarse en esas cosas? ¿Quién más nota problemas así?

 

2)    Las preguntas relacionadas con la comunicación del problema  

 

Cuando notó el problema por primera vez, ¿qué sucedió? ¿A quién decidiste contarlo?, ¿Es a quien normalmente le dirías? ¿Cuándo les dijiste?

¿Alguno de ustedes notó el problema, pero no se lo dijo a nadie? ¿Qué te detuvo? ¿Es así como lo ven los demás?

 

3)    Preguntas para evaluar el paso de desarrollo de alternativas

 

¿Qué piensas hacer sobre el problema en ese momento? ¿Pensaste en algunas otras alternativas? ¿Quién pensó en el plan? ¿Alguna otra persona tuvo ideas? ¿Los compartiste?

 

4)    Preguntas sobre las decisiones y acciones

 

¿Cómo decidió qué hacer?, ¿Quién decidió? ¿Cómo te decidiste por esa alternativa?

Comprobamos el seguimiento de la acción con preguntas como: ¿Cuándo decidiste tu elección de acción, ¿seguiste adelante?, ¿Quién hizo qué?, ¿Suele controlar que las cosas se hagan después de haberlo decidido?, ¿Quién suele comprobar?

 

5)     Preguntas sobre la evaluación del éxito de la acción

 

 ¿Cómo crees que hiciste con ese problema? Como familia, ¿alguna vez discuten cómo crees que hiciste en el manejo de problemas? ¿Repasas alguna vez los problemas y ¿qué pasó?

 

Finalmente, se hacen preguntas generales y de resumen como: ¿Es esa la forma generalmente manejaría problemas como este? ¿Qué es parecido a tu patrón habitual? ¿Qué es diferente?, ¿Problemas como ese hacen que sea difícil para ustedes como familia para funcionar bien?, ¿Qué otras áreas consideran que crean problemas?

 

Indicadores de Funcionamiento.

 

En general, cuantos menos problemas sin resolver, más sana la familia. Además, cuantos más pasos de resolución de problemas se lleven a cabo por una familia en la búsqueda de una solución a un problema, más saludable será la familia. Si una familia difiere mucho en su capacidad para resolver problemas, el terapeuta determina qué problemas están causando más dificultades para el funcionamiento de la familia. Las dificultades con los problemas instrumentales reciben una valoración más negativa calificación que las dificultades con los problemas afectivos.

 

Cuando los miembros de la familia se encuentran con una nueva situación problemática, se acercan el problema sistemáticamente y evaluar el resultado de su intento de resolver el problema. En el extremo más perturbado de la dimensión, las familias consistentemente niegan o etiquetan incorrectamente los problemas, tienen problemas sin resolver desde hace mucho tiempo y los problemas tienden a generar mucho conflicto dentro del sistema familiar.

 

Pautas de intervención

 

Se proponen 3 intervenciones para esta dimensión: 1) Reencuadres sobre problemas, 2) entrenamiento en resolución de problemas y 3) entrenamiento en negociación y acuerdos.

 

Los reencuadres son una intervención por medio de la cual el terapeuta ofrece a la familia una forma alternativa de entender lo que les sucede. En este apartado el terapeuta ayuda a resignificar la actitud frente a los problemas para acompañar a los miembros de la familia en su paso de visión pesimista y negativa a una visión de oportunidad de crecimiento.

 

El entrenamiento en resolución de problemas se centra en los pasos del modelo de resolución de problemas en familia descritos con anterioridad. El terapeuta puede centrarse en cualquiera de los pasos que se considere hace falta reforzar.

 

Además, debido a que son comunes los desacuerdos y conflictos en el proceso de resolución de problemas, se sugiere incluir en el tratamiento un entrenamiento en negociación y acuerdos que permita a los miembros de la familia abordan las diferencias con respecto a temas sensibles.  

 

 

-       Comunicación

 

Evaluación de la dimensión de Comunicación

 

 Se observan patrones de comunicación que ocurren durante el proceso de evaluación. Deliberadamente se estimula la discusión y la interacción entre los miembros para producir un comportamiento observable. Se observa cómo manejan la información que les devolvemos.

Ejemplos de preguntas para evaluar esta dimensión serían:

¿Las personas de esta familia hablan entre sí? ¿Quién habla más en la familia? Preguntamos a las personas con quién hablan y trate de precisar la frecuencia, la regularidad y el patrón: ¿Se siente puede contar las cosas libremente a otros en la familia o tiene que tener cuidado con lo que dices?

Para evaluar el aspecto claro-enmascarado o directo/indirecto de esta dimensión, se puede preguntar:

¿Cómo te hizo saber eso?, ¿Cómo recibes el mensaje?, ¿Qué es lo que ella te está diciendo?, ¿Qué dijo “María” hace un momento?, ¿Qué hiciste de eso? ¿Puedes decir cómo se siente “Juan” al respecto?, ¿Ella te deja saber cosas de esa manera todo el tiempo o solo alrededor de los sentimientos?, ¿Sabes que han entendido lo que estás tratando de decir?, ¿cómo hacen eso? ¿Sientes que puedes transmitir tus ideas a otros miembros de la familia?, ¿Sientes que los demás te entienden? ¿Qué pasa si no lo hacen?, ¿Qué pasa cuando tratas de decirles cosas a otros?, ¿Qué pasa cuando intentas decirle a otros sobre tus sentimientos?

 

Indicadores de Funcionamiento

o   Comunicación clara versus enmascarada:

La claridad óptima se logra cuando la información transmitida es relevante, concisa y consistente con otras comunicaciones. La comunicación se enmascara cuando una secuencia de mensajes contiene información contradictoria (por ejemplo, un mensaje es dado y luego inmediatamente contradicho), cuando los mensajes contradictorios se dan en diferentes niveles (por ejemplo, el mensaje no verbal contradice mensaje verbal), y cuando la comunicación simplemente no hace sentido porque está fuera de contexto, vago, confuso o nublado.

 

o   Directo versus indirecto:

Para una comunicación efectiva, el mensaje debe estar claramente dirigida, tanto verbal como no verbalmente, al receptor previsto. La comunicación es indirecta cuando está dirigida a una persona inapropiada o dirigida a nadie en particular.

 

Pautas de intervención

 

Se proponen 2 intervenciones en esta dimensión: 1) El entrenamiento en comunicación y 2) el entrenamiento en asertividad.

El entrenamiento en comunicación consiste en una serie de ejercicios basados en la comunicación efectiva y la escucha empática que se lleva a cabo mediante sesiones de simulación de roles con la guía de un terapeuta que va retroalimentando las interferencias de comunicación, las pautas problemáticas y las satisfactorias.

 

La asertividad es la habilidad que permite a las personas expresar de manera adecuada, sin hostilidad ni agresividad, sus emociones frente a otra persona. Por tanto, se sugiere en el entrenamiento en comunicación introducir pautas de comunicación asertiva que permitan a los miembros de la familia desarrollar la cualidad de expresar de manera directa sus opiniones y sentimientos, tanto positivos como negativos.

  

-       Roles

 

Evaluación de la dimensión de roles

 

Las preguntas sobre la provisión de recursos incluyen: ¿Quién aporta el dinero?, ¿Hay cuentas bancarias separadas?, ¿Existe una cuenta corriente común?, ¿Quién hace las compras y prepara/planifica las comidas?, ¿Es siempre la misma persona? ¿Quién compra la ropa para los miembros de la familia?, ¿Cómo llegan al trabajo, la escuela y otras actividades?

 

Las preguntas sobre crianza y apoyo pueden ser: ¿A quién acude cuando necesitas hablar con alguien? ¿A quién acudes cuando las cosas te afectan o cuando estás molesto? ¿Es útil cuando hablas con ellos? Si hay niños pequeños, se pregunta cuál de los padres suele consolar a los niños. ¿Cómo lo manejan cuando un niño se enfada?, ¿Qué hacen?, ¿Hacen la madre y el padre hacen cosas parecidas o diferentes?, ¿Cómo madre y padre dividen su disponibilidad a los hijos?, ¿Suelen apoyarse mutuamente y estar disponibles para consolar a los niños?

 

Preguntas sobre la gratificación sexual adulta pueden ser: ¿Qué sientes acerca de los aspectos afectivos y sexuales de tu relación?, ¿Ambos están satisfechos con todos los aspectos de su vida sexual? ¿cambiarías algún aspecto de tu vida sexual si pudieras? ¿Cómo? (Si los hallazgos iniciales indican la necesidad, podrían estar indicadas evaluaciones más completas del funcionamiento sexual.) ¿Quién inicia los contactos sexuales? ¿Tu vida sexual siempre ha sido como es ahora?, ¿Era mejor o peor antes?, ¿Con qué frecuencia tiene relaciones sexuales?, ¿Es satisfactorio para cada uno de ustedes? ¿Sientes que satisfaces a tu pareja?, ¿Sientes que sabes lo que es más placentero y satisfactorio para tu pareja? ¿Te sientes personalmente satisfecho con tu pareja?, ¿Cómo se dice “no” cuando quieres? ¿Puedes hacer eso fácilmente?

Ejemplos de preguntas sobre el desarrollo de habilidades para la vida son: ¿Quién suele supervisar qué está pasando con la educación de los niños? ¿Quién suele ayudar a los niños con tarea? ¿Quién suele tratar con la escuela?, ¿Cómo manejan las etapas por las que pasan los niños?, ¿Con quién suele involucrarse problemas que enfrentan los niños al crecer?, ¿Quién es el responsable de enseñar modales?, ¿Quién se involucra en la educación sexual de los niños? ¿Quién es responsable de tratar a los niños en su relación con los demás?, ¿Quién discute sus elecciones vocacionales?

Otras preguntas pueden ser: ¿Quién es involucrado en las decisiones importantes?, ¿Quién tiene la última palabra?, ¿Has decidido el tamaño de tu familia?, ¿Quién decidió eso? ¿Quién realiza un seguimiento de la salud de los miembros de la familia? ¿Quién decide cuando ves el ¿doctor? ¿Quién maneja el dinero o las facturas mensuales?, ¿Quién se involucra en grandes compras? ¿Quién limpia la casa? ¿Cómo se manejan las reparaciones de la casa? ¿Cómo se toma la decisión de pintar o remodelar la casa?,¿Cuán eficientemente y efectivamente se hacen estas cosas?, ¿Quién maneja la disciplina de los niños?

Las preguntas sobre la asignación incluyen: ¿Cómo decide quién hace los trabajos?, ¿Hablan de eso?, ¿Le gustaría que las decisiones sobre quién maneja los trabajos se discutieran?, ¿Crees que algunas personas tienen demasiados trabajos?, ¿Alguno de ustedes se siente sobrecargado por sus trabajos?, ¿Crees que es razonable esperar que las personas hagan los labores o cree que algunas personas están haciendo labores no pueden manejar?, ¿Qué tienen los trabajos o las personas que te hacen pensar eso?

Las preguntas sobre la rendición de cuentas pueden ser: ¿Cómo se verifica que se realiza una labor?, ¿Quién hace eso?, ¿Qué haces si no se hace?

 

Indicadores de funcionamiento

Se considera lo siguiente:

·         ¿Se están cumpliendo todas las funciones necesarias?

·         ¿Están satisfechos o insatisfechos los miembros de la familia con la forma en que se comparten las responsabilidades?

·         ¿La familia ha llegado a un consenso sobre la asignación de roles? Si no se ha llegado a un consenso, es posible que uno o más roles las funciones serán mal cumplidas.

·         ¿Es adecuada la asignación de funciones a los miembros de la familia? una familia puede errar al esperar que alguien cumpla una función que él no es capaz de hacer llevando a cabo, o sobrecargando a un individuo en particular con demasiadas funciones

·         ¿Ha habido una asignación adecuada de autoridad (poder) para ir junto con la asignación de una función particular? Por ejemplo, una familia no puede pedirle a un niño mayor que cuide a un niño y luego no proporcionarle con la facultad de mantener un control razonable.

·         ¿Existe un procedimiento dentro de la familia para asegurarse de que los trabajos sean ¿llevado a cabo?

·         ¿Hay cooperación y colaboración dentro de la familia para cumplir funciones de rol?

 

Pautas de intervención

 

 Se proponen 4 intervenciones en esta dimensión: 1) Canasta de los roles, 2) Inversión de roles, 3) Clarificación de reglas (Escudo familiar, contratos) y 4) Ritual del control de hábito.

 

La canasta de los roles es una actividad que permite a los miembros de la familia dar cuenta de cuáles son los deberes del hogar y quién es el miembro de la familia al que se le ha asignado esa tarea. De forma visual, los miembros de la familia pueden darse cuenta de sobrecarga, bajo involucramiento y roles que no han sido delegados.

 

Cuando existe duda con respecto al desempeño adecuado de los roles y acerca de quién sería el miembro de la familia idóneo para su ejecución, se puede incluir en el tratamiento la técnica de inversión de roles.

 

Para ayudar a los miembros de la familia a integrar los roles a su sentido de identidad y su sistema de valores se puede utilizar la técnica del escudo familiar y para clarificar las reglas y motivar el compromiso de la familia con la ejecución de las labores se pueden usar los contratos conductuales.  

 

 La estrategia del ritual del control de hábito consiste en invitar a los miembros de la familia a reunirse un día a la semana con el fin de revisar los avances en su meta terapéutica, los obstáculos a los que se pueden enfrentar y generar ideas para superarlos y mejorar.

 

-       Involucramiento afectivo

 

Evaluación de la dimensión de Involucramiento afectivo

 

Algunas preguntas que sirven de ejemplo son:

 

Para cualquier miembro de la familia. ¿A quién le importa lo que es importante para ti? ¿Por qué crees que les importa? ¿Cómo te hacen saber que están preocupados por ti? ¿Alguna vez muestran demasiado interés? Cuando “Carlos” habla de eso, ¿qué efecto tiene en ti? ¿qué estabas pensando (o sintiendo) mientras ellos hablaban de sus intereses? ¿Qué actividades, intereses o áreas son importantes para usted de forma individual o personal? ¿Cómo responde el resto de su familia a esto?

 

¿Están interesados? ¿Están demasiado interesados? ¿Sientes que están interesados ​​porque es importante para ti o por su propio bien?, ¿Sientes que los demás miembros de la familia siguen su propio camino y no te importa o notas lo que te pasa?, ¿Están otros en la familia realmente interesado en lo que haces o solo responden mínimamente?

 

Para padres e hijos, se pueden hacer preguntas a los niños como: ¿Quién te molesta más en la familia? ¿Sientes que las personas de la familia son sobreprotectoras o se involucran demasiado en tu vida? ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo lo manejan? ¿Cómo consigues que lo detengan? Si un niño responde de una manera que indica problemas, se pregunta a los padres cómo lo ven y qué creen que está pasando. También se explora esta área con hermanos. Le hacemos, a los padres, preguntas como: ¿Cómo te relacionas con cada uno de los niños? ¿Los escuchas? ¿El niño hace que sea fácil o difícil relacionarse con él o ella? ¿Sientes que tu relación con el niño es cercana?, ¿Es suficiente? Si hay dificultades, se hace que los padres expliquen los problemas y los pasos que han tomado para mejorarlos.

 

Indicadores de funcionamiento

 

·         Interés y preocupación entre sí, ya sea que estén demasiado absortos el uno en el otro, o si su participación se restringe a compartir entornos y funciones físicas/instrumentales.

 

·         Los miembros de la familia participan, dan de sí mismos e invierten en comprender y ser solidarios de otros miembros de la familia.

 

·         La implicación empática se caracteriza por un interés positivo, pero sin entrometerse mucho.

 

Pautas de intervención

 

Se proponen 6 intervenciones en esta dimensión: 1) Entrenamiento en empatía, 2) Entrevista con el otro internalizado, 3) Estrategias para fortalecer la relación, 4) Reencuadres, 5) Fijación de fronteras, 6) Fomentar autonomía.

 

Para el estilo de involucramiento ausente y/o narcisista se propone un entrenamiento en empatía (rituales de conexión, reconocimiento de emociones, reforzamiento de conductas de solidaridad). Para evocar empatía puede resultar útil el ejercicio de la entrevista con el otro internalizado (ECOI) y para fortalecer los vínculos pueden usarse las tareas de “5 minutos de oro molido”, “la caja de los elogios” y los rituales de “perdón” y de “hoy me gusto de ti”.

 

Para el estilo de sobreinvolucramiento se propone el reencuadre de la ayuda que no ayuda (“cada vez que le ayudas le das 2 mensajes: el primero es te amo bastante y el segundo es tú no eres capaz de hacerlo por ti mismo”

 

Además, se puede trabajar con la fijación de fronteras con estrategias como “un respiro como pareja”, “inversión de roles” y “el equipo de alianza parental”  

 

Por último, se sugiere trabajar para fomentar la autonomía de los miembros de la familia, sobre todo los más pequeños. Se pide a las figuras de autoridad que realicen una lista de responsabilidades que se puedan asignar y de ideas para alimentar la confianza al realizarlas.   

 

-       Respuestas afectivas

 

Evaluación de la dimensión de respuestas afectivas

 

Para obtener información sobre las respuestas emocionales se puede preguntar: ¿Cuál fue su respuesta a eso?, ¿Cómo te sentiste entonces?, ¿Qué sentiste además de eso?, ¿El resto de ustedes se siente así?, ¿Qué tiene de parecido tu respuesta?, ¿Qué es diferente?, ¿Has sentido alguna vez que no experimentas sentimientos que deberías sentir, o que crees que otros sienten?, ¿Hay algunos sentimientos que experimenta más intensamente de lo que cree que es razonable dada la situación?, ¿Son una familia que responde con muchos sentimientos?, ¿A qué sentimientos no respondes o expresas?, ¿Qué emociones sientes que respondes de forma insuficiente?

 

Se puede discutir con la familia y con cada individuo miembro, sus experiencias con respecto a las siguientes emociones: amor, amabilidad, afecto, ternura, ira, depresión, tristeza, dolor, miedo y tensión, y rabia u odio.


A medida que evaluamos a cada individuo, verificamos si él o ella o la familia siente que su respuesta es insuficiente o excesiva en cada área. Mientras se hace esta valoración, podemos obtener más información sobre la comunicación afectiva preguntando al resto de la familia cómo la persona les hace saber su sentimiento.

 

Indicadores de funcionamiento

 

·         La respuesta es apropiada en intensidad y duración en un estímulo particular situación.

·         Uno o más miembros que pueden no ser capaces de responder emocionalmente con toda la gama de afectos.

·         Ocasionalmente responden con afecto inapropiado o experimentar episodios ocasionales de respuesta afectiva insuficiente o excesiva.

 

Pautas de intervención

 

Se propone un entrenamiento en inteligencia emocional basado en el modelo de Salover y Mayer (1990) de 4 dimensiones, a saber: 1) Identificar las emociones (Identificar emociones propias, Identificar emociones en los demás, precisar la expresión de las emociones, discriminar emociones), 2) Usar las emociones (Redirección de los pensamientos en base a las emociones, usar las emociones para favorecer toma de decisiones, usar los estados emocionales para facilitar la solución de problemas), 3) Comprender las emociones (Comprender cómo se relacionan las emociones, Conocer causas y consecuencias de las emociones, interpretación de sentimientos completos) y 4) Regular/manejar las emociones (Apertura a sentimientos, canalizar emociones, dirección de las emociones propias, dirección de las emociones de los demás)

Los ejemplos de actividades son variados:

*         La lotería de las emociones

*         La ronda de las emociones

*         La nube de las emociones familiares

*         El ritual para cazar miedos

*         El rincón de la tristeza

*         Tiempo fuera

*         Matar de hambre a los enojos/tristeza

*         Relajación

*         El diario de emociones

*         El termómetro de las emociones 

 

Además, pueden resultar útil el trabajo con rituales familiares especialmente los del tipo de “Dar y recibir” (dar y recibir perdón, reconocimiento, agradecimiento, etc.)

-        

-       Control de conducta

 

Evaluación de la dimensión de Control de conducta

 

Esta dimensión se explora con afirmaciones y preguntas como las siguientes: Todas las familias tienen reglas. También tienen formas de manejar el comportamiento en ciertas situaciones. ¿En qué áreas son más importantes las reglas en su familia?, ¿Son claras las reglas?, ¿Cómo manejas las situaciones peligrosas?, ¿Puede darme un ejemplo de tal situación y las reglas que tiene para ello?, ¿Son lo mismo para todos o varía de persona a persona?, ¿Si es así, cómo?,¿Tiene reglas para los modales en la mesa, acostarse, vestirse, bañarse? ¿Son consistentes en cada área o varían?, ¿Qué tan fijas son las reglas?, ¿Las reglas son las mismas para todos?, ¿Esperas que todos en la familia coman juntos?

¿Son claras las reglas sobre cómo se relacionan entre ustedes?, ¿Puedes darme un ejemplo?, ¿Permiten que se peguen o se griten?, ¿Varían las reglas?, ¿La regla es la misma para todos?, ¿cuánta libertad te permiten? ¿Puedes discutir las reglas? ¿Sabes lo que se espera de ti en términos de comportarse con personas fuera de la familia? ¿Es igual que comportarse entre ellos dentro de la familia o diferente?

¿Hay alguna regla en particular que alguien en la familia sienta que es injusta?, Mamá y papá, ¿están de acuerdo con todas las reglas?, ¿En cuáles difieren y cómo?, ¿Saben ustedes, niños, que mamá y papá están de acuerdo, o sienten que no están de acuerdo?, ¿Cómo sabes que están de acuerdo o en desacuerdo?, ¿Cuéntame cómo haces cumplir las reglas?, ¿Varía dependiendo de quién?, ¿Sabes qué esperar si rompes una regla?, ¿Quién es más duro en términos de castigo y consecuencias?, ¿Son constantes o se rinden después?, Mamá y papá, ¿alguna vez sintieron que el otro no te respalda?

 

Indicadores de funcionamiento

 

·         Existe un patrón de interacción suficientemente estable entre los miembros de la familia para identificar las reglas familiares y las consecuencias por la infracción de estas reglas.

·         Las reglas son claras y entendidas por todos los miembros de la familia.

·         Ha llegado la familia a un consenso con respecto a estas reglas familiares y las consecuencias de las infracciones.

·         Son los estándares de comportamiento apropiados para la edad (madurez) de cada miembro de la familia dentro de cada una de las áreas descritas.

·         Flexibilidad dentro del sistema familiar para permitir la modificación de las reglas cuando surgen circunstancias especiales.

·         Las consecuencias por la infracción de las reglas claras son entendidas, apropiadas y flexibles

·         Las respuestas a infracciones son aplicadas de manera consistente

 

Pautas de intervención

 

La propuesta contempla en primera instancia las tareas para fomentar alianza entre las figuras de autoridad a fin de consolidar un frente en común con respecto a los hijos.   

 

Se distinguen las actividades para estilos de control conductual rígidos de las actividades para estilos de control conductual laxo. De las primeras se destacan las estrategias de mano de hierro con guante de seda, ofrecer alternativas de comportamiento mediante la negociación y acuerdos, así como las pertenecientes al modelo de disciplina positiva.

 

De las estrategias para estilos de control conductual laxos se sugieren las técnicas disciplinarias (tiempo fuera, aplicar consecuencias, retirada de privilegios, etc.) y la modificación de conducta (reforzamiento de conductas deseables)  

 

Conclusiones

 

Hasta aquí se ha presentado una propuesta de intervención familiar basado en un modelo de funcionamiento familiar. Este modelo de trabajo ha recibido el nombre de “Terapia de Sistemas Centrada en el Problema de la Familia (PCSTF)”, que representa un enfoque de tratamiento basado en el MMFF (modelo Mcmaster de Funcionamiento Familiar) de Epstein, N y Bishop, D. (2005) que incluye pasos específicos a seguir cuando se utiliza el enfoque de McMaster en terapia familiar.

 

Bibliografía

 

      Beavers, W. R. y Hampson, R. B. (1995). Familias exitosas. Evaluación, tratamiento e intervención. Barcelona: Paidós

      Beyebach, Mark. (2010)  200 tareas en terapia breve. Herder

      Friedgerg.(2005) Práctica clínica de terapia coginitiva con niños y adolescentes. Paidós

      Domínguez, Jorge. (2007)  Preparando a los hijos para el éxito. Ed. CreeSer.

      Epstein, N y Bishop, D. (2005).Evaluating and treating families: the Mcmaster approach. Routledge, N.Y.,

      Madanes, Cloe. (2000). Violencia Masculina. Granica. Buenos Aires,

      Vázquez, Carmelo (2008). Psicología positiva aplicada. Desclee de Brouwer. Bilbao,

viernes, 31 de marzo de 2023

Conversaciones sobre terapia sistémica: Claves para la Solución en Terapia Breve (8)

 




En esta entrada se presenta la clase 11 del módulo de Claves para la Solución en Terapia Breve del curso de terapia sistémica del proyecto de formación continua del Equipo de Terapia Familiar Zoquipan. Se revisa el trabajo de Steve de Shazer sobre el concepto de Llaves maestras.  Se recuerda al lector que las actividades formativas se pueden seguir en vivo desde Facebook.  Las reuniones son los miércoles alrededor de las 20:00 en la página de Conversaciones Sistémicas.










Modelo de Coterapia en la Terapia breve sistémica

 



En esta entrada compartimos el modelo de coterapia y cómo incluirla en el enfoque de la terapia breve sistémica. Se propone una definición del concepto de coterapia seguida de una revisión de los criterios, los beneficios, los obstáculos a superar en la práctica de la coterapia. Al finalizar, se enumeran una serie de intervenciones basadas en el modelo de la Coterapia.   

Cabe señalar que este escrito está basado en las experiencias del autor en la coordinación de equipos de Coterapia en el programa de “Terapia Familiar en las Comunidades” de Oxigene Servicios Múltiples para la Familia A.C.   


¿Qué es la Coterapia?

La Coterapia es una práctica psicoterapéutica caracterizada por la presencia de dos terapeutas coordinando un grupo terapéutico, una sesión familiar, una terapia de pareja o una terapia individual.

 

Consiste en una relación cooperativa, que brinda una mutua supervisión continuada del tratamiento, posibilita el acuerdo y el mutuo enriquecimiento proporcionando apoyo mutuo.

 

Criterios para la Coterapia

 

Compartir un modelo de terapia

 

Arbenoiz y Justine (2006), recomiendan que “exista una congruencia entre los enfoques en la medida que todos los enfoques, espistemológicamente, no responden a los mismos paradigmas y tienen visiones e interpretaciones particulares de cómo se logra el cambio de cómo ven y manejan las resistencias o “cegueras”, e incluso, el modo particular en que “confrontan” a los clientes.

 

Compartir un modelo de terapia les brinda a los terapeutas la oportunidad de “hablar en el mismo idioma” y asimilar los aspectos epistemológicos del enfoque en un proceso de aprendizaje continuo.  

 

Tener un nivel de desarrollo homogéneo

 

Esteban Laso (2020) menciona que “para convertirse en terapeuta no basta con que el aprendiz aprenda a actuar como tal; ha de pensar como terapeuta, relacionarse con los consultantes como terapeuta –y, eventualmente y merced al esfuerzo y la experiencia, experimentarse como un terapeuta. De modo que es posible observar que el terapeuta se desarrolla a través de niveles de expertise, definidos por la complejidad relativa del concepto con el que entiende el proceso de hacer terapia. Laso propone 5 niveles a saber: principiante, practicante, terapeuta, experto y maestro.

 

Que los miembros de la pareja de coterapia se encuentren en el mismo peldaño en la escalera de desarrollo del terapeuta facilitará el proceso de aprendizaje cooperativo en el cual los terapeutas desarrollan nuevas ideas y conocimientos del modelo de terapia mediante la construcción colectiva del conocimiento común propiciando el desarrollo de competencias personales e interpersonales.

 

Además, se coincide con Arbenoiz y Justine (2006) en lo que respecta a su interés de “que el tema del poder y su ejercicio en la terapia esté resuelto y no sea la sesión de terapia con la familia o pareja, el sitio en el que el tema del poder se venga a resolver”

 

Tener el mismo poder de decisión y las mismas atribuciones y responsabilidades en el proceso de la terapia fomentará relaciones de tipo horizontal. Entendiendo por horizontalidad “una situación psíquica y social, interior y exterior al sujeto, en la cual ningún hombre anula la libre expresión de otro, de manera que todos pueden manifestarse sin hallar un obstáculo en el otro, sino más bien un apoyo para el propio crecimiento” (Santos, 2006) 

 

Compromiso

 

El ejercicio de la coterapia implica para los terapeutas contar con un nivel de compromiso en la práctica. La disposición de tiempo extra para tratar los casos antes y después de cada sesión para poder ponerse de acuerdo sobre qué metas se trabajarán o qué otra herramienta se utilizará.

 

Arbenoiz y Justine (2006) advierten que esta disposición es de particular importancia, ya que la misma determinará y exigirá, en la medida de lo necesario, que los terapeutas escojan movilizar los objetivos hacia otras direcciones o elijan moverse de un determinado enfoque hacia otro que mejor acoja las necesidades de los clientes.

 

Elección por afinidad

 

Se basa en la evidencia de que la afinidad se caracteriza por altos niveles de intimidad y convivencia, generalmente en grupos cercanos, también conocidos como grupos de afinidad y de que el antagonismo o la no afinidad de intereses u opiniones, dificultan las relaciones entre los seres humanos.

 

Además, coincidimos “puede ser importante elegir a un compañero con el que haya un equilibrio razonable entre los aspectos que se comparten y los que diferencian. De esta forma, hay un entendimiento de base sobre el que resulta posible desarrollar una complementariedad” (Ruiz y Palacios, 2019)

 

Beneficios de la Coterapia

 

Relatividad: posibilidad de ver con “varios ojos” los mismos fenómenos

 

Cuando ambas terapeutas observan el mismo caso cada una de ellas aporta sus propios conocimientos sobre situaciones perturbadoras y sobre soluciones, basándose en resultados previos.

 

La coterapia hace posible una visión poliocular del proceso de terapia. Las diferencias entre descripciones de los terapeutas dan lugar al surgimiento de ideas. Menciona De Shazer (1994) que:

 

“Metafóricamente, este proceso es semejante al de la visión en profundidad. El ojo derecho ve las cosas a su modo, y al mismo tiempo el ojo izquierdo las percibe de modo distinto. La diferencia entre las visiones de ambos ojos conduce al logro de la percepción de la profundidad. No queda duda de que no se trata de que el ojo derecho esté en lo correcto mientras que el izquierdo se equivoca, o viceversa”.

 

 Es importante enfatizar que de ninguna manera la construcción de un terapeuta es "correcta" mientras que las ideas del otro son "erróneas". Sus puntos de vista son sólo diferentes; esas diferencias son útiles y alientan la creatividad.

 

Aemás, se coincide con Pedrals et all (2007) cuando menciona que “el trabajo conjunto hace posible que los terapeutas puedan rescatarse de actuaciones antiterapéuticas o aportar otra mirada al caso en el cual están trabajando”

 

Apoyo mutuo y contención de las emociones del terapeuta

 

Para los terapeutas principiantes la angustia de los primeros casos, los abandonos y emancipaciones del proceso terapéutico constituyen importantes retos en el desarrollo de su formación como profesionales de la salud mental.

 

La coterapia puede funcionar como estrategia de autocuidado, apoyo mutuo y contención emocional. Trabajar en coterapia brinda a los terapeutas la oportunidad de compartir la responsabilidad de un caso y disminuir el estrés asociado que puede significar ser responsable único del tratamiento de un paciente de mayor complejidad (Pedrals et all, 2007)

 

Además, el trabajo en binas supone cierta delegación mutua, ambos terapeutas confían en que lo que uno no pueda entender lo entenderá el otro y esto produce una sensación de sentirse acompañado, que facilita enormemente el trabajo en la sesión (Laudo, 2016)

 

En conclusión, la coterapia fortalece el sistema terapéutico para los clientes y sus metas y ofrece confort y sostén también para los terapeutas ante el impacto de las realidades que se van develando en el mismo proceso de estar en terapia. Por tanto, la coterapia también representa un modo eficaz de prevenir el desgaste emocional y profesional del terapeuta.

 

Aprender a trabajar en equipo: respetar las diferencias, llegar a acuerdos, comunicarse efectivamente, etc.

 

Laudo (2016) advierte que “el trabajo en coterapia permite que la contratransferencia pueda hacerse más consciente ya que puede verbalizarse en un espacio compartido después de la sesión, lo cual ayuda a su elaboración, disminuyendo los riesgos de colusión con la familia, o de contra actuación por parte de los terapeutas”

 

La coterapia representa un espacio privilegiado para el desarrollo de habilidades de trabajo en equipo. En este espacio, los terapeutas dirigen “sesiones conjuntamente sin que ello implique repartir las intervenciones al cincuenta por ciento, ni distribuir tareas. Las aportaciones más bien hay que sentirlas en el alma, en la necesidad del grupo y en la complementariedad con el otro. Para trabajar juntos hace falta encuentro y renuncia. Codirigir idealmente, aunque en la práctica no sea del todo posible” (Ruiz y Palacios, 2019)

 

Pedrals et all (2007) refiere que, entre estas habilidades está el respeto que “es un elemento vital en el trabajo en equipo, si éste existe no puede haber un terapeuta que esté en lo correcto y el otro equivocado, son diferencias de mirada, incluso de paradigma cuya resolución depende de los profesionales sin involucrar al paciente”

 

Modelo de función de equipo para la familia

 

Por isomorfismo, la presencia de los dos terapeutas en las sesiones de terapia conjunta determina una dinámica diferente que recrea el grupo familiar. Los miembros del sistema familiar se pueden comportar de forma semejante al modelo de equipo de coterapeuta.  

 

Evidentemente, como sucede con los padres en la familia, la coterapia es un trabajo en equipo basado en la cooperación. Laudo (2016) refiere que la coterapia “ofrece un modelo de pareja de terapeutas que asume funciones de pensamiento y contención para atender las funciones parentales dañadas. Una pareja que dialoga, que afronta los conflictos y no los evita.”

 

Arbenoiz y Justine (2006) puntualizan la importancia del modelado de roles:

 

“La posibilidad de que la familia sea testigo de los ajustes y diferencias entre los terapeutas y la posibilidad, con este hecho de que los terapeutas se hagan vulnerables ante la familia; constituye un elemento práctico para utilizar la coterapia como herramienta de intervención.”

 

Permite moverse con facilidad desde una posición cercana, intermedia o distante con respecto a la familia

 

Para Minuchin (1981) resulta esencial que el terapeuta se sienta cómodo en diferentes niveles de participación. “Cualquier técnica puede resultar útil, según el terapeuta, la familia y el momento”. A veces deseará desprenderse de la familia; otras veces adoptará una postura intermedia y obrará como un instructor; en otros momentos se enzarzará en la contienda haciendo alianza con algún miembro de la familia.    

 

En este sentido Arbenoiz y Justine (2006) exponen que “Los coterapeutas deben estar dispuestos a ejercer algunos niveles de coparticipación de manera más activa con los clientes. Deben estar dispuestos a establecer límites claros, a circunscribir las respuestas a las preguntas y a poder confrontar amorosamente al otro, sin que estas posiciones mermen la calidez, la contención y sostén que brindamos; que en última instancia no deja de ser una situación ideal de maternaje o paternaje simbólico, en la que aceptamos al otro tal como es e invitamos al otro a que nos acepte tal como somos.”

 

Para Whitaker (1992), la coterapia ofrece a los terapeutas una posición de mayor seguridad frente a las resistencias del caso. Varios son los ejemplos: evita que la postura de los terapeutas se vea comprometida, evita que el terapeuta tome parte con algún miembro de la familia, evita que se distraiga con transferencias que le activen argumentos de su propia familia de origen, también ayuda a evitar que el terapeuta se aleje de la familia para adoptar mayor distancia emocional de sus conflictos.

 

Por último, la coterapia puede ser una herramienta que facilite el desarrollo de la dimensión de la seguridad dentro del sistema terapéutico.  Ayudar a los miembros de la familia a tener la sensación de que se puede manejar el conflicto familiar sin daños y que no es necesario estar a la defensiva. En este sentido Laudo (2016) subraya que “cuando existe miedo al descontrol de la agresividad, la familia necesita confiar en la fortaleza de los terapeutas, que resultará más fácil siendo dos”

 

 

Dificultades a superar

 

         La lucha por el liderazgo y sentimiento de desplazamiento.

 

Ruiz y Palacios (2019) abordan el tema de las rivalidades en la coterapia:

 

 “En todas las relaciones horizontales surgen aspectos competitivos y rivalidades que en algunas ocasiones terminan con la relación. Entre colegas pueden comprometer incluso la tarea. La relación de coterapia precisa de admiración que no es lo mismo que idealización. Entendemos la idealización como una emoción más próxima al enamoramiento de fases iniciales y le atribuimos a la admiración un elemento de realidad que supone el aprecio de las cualidades del otro sin menospreciar las propias”

 

Los terapeutas, a través de la confianza y la convivencia sana, van logrando una relación en la que predomine la colaboración sobre la competición. El diálogo entre los terapeutas es clave ya que disminuye el miedo, favorece la apertura y la confianza en el otro.

 

En espacios de supervisión y acompañamiento a los terapeutas puede ser importante promover el reconocimiento de los recursos y lados fuertes del compañero de coterapia y la escucha empática. El aprecio mutuo junto a la comunicación son antídotos y recursos que permite neutralizar rivalidades y agresividades, de las cuales nunca estamos exentos”

 

“El reparto de roles entre los terapeutas resulta especialmente interesante y eficaz cuando es flexible y dinámico”

 

         Confusión y poca claridad en la comunicación

 

Un reto importante cuando se practica la coterapia resulta la comunicación entre los miembros del equipo. Los errores en la comunicación más comunes suelen darse por falta de tiempo para retroalimentar y planear las sesiones del proceso de terapia y suponer lo que el otro está pensado.

Ruiz y Palacios (2019) comparten sus experiencias en el uso de la comunicación en el modelo de coterapia:

 

“Durante la gestión y posterior desarrollo del grupo de formación, nos hemos reunido una hora a la semana para compartir análisis, ideas y aspectos técnicos relacionados con este proyecto. En este sentido, tiene un aspecto de intervisión. También, a veces, incluye compartir aspectos emocionales y personales relacionados con el trabajo. Cuando comenzamos con las sesiones grupales, establecimos lo que quedamos en llamar nuestro tiempo pre y postsesión. Nos reunimos unos veinte minutos antes y después de la sesión de grupo para revisar nuestros análisis y expectativas”

 

         Falta de congruencia entre los terapeutas

 

Los miembros de la pareja de coterapia actúan como un equipo con funciones compartidas y coordinadas. La práctica los compromete a llegar a acuerdos y a mostrarse congruentes con la información que se comparte a los miembros de la familia.

 

Con respecto a esto, Arbenoiz y Justine (2006) mencionan que “así como la “química” es importante también es importante lo que se hace para que el sistema funcione, la responsabilidad, el estar formándose continuamente, el compromiso hacia la terapia, etc. No resulta mágico, detrás de un sistema coterapéutico exitoso hay esfuerzo, respeto y dedicación.”

 

La pareja de terapeutas necesita ponerse de acuerdo sobre el tipo de cambio que se quiere promover o el tipo de cambio que los clientes están dispuestos a realizar o aquellos que sus realidades y recursos les permiten. También se ponen de acuerdo con respecto a las estrategias que se utilizarán para lograr estos cambios esperados, la forma de venta de la intervención y el rol que jugará cada uno en el proceso terapéutico.  

 

         Es más costosa económicamente

 

Resulta evidente que el tener un terapeuta más para los casos que se atienden en una institución o en un contexto privado aumenta los costos de forma considerable. La mayoría de las instituciones y los centros privados privilegian el aumento de la productividad de los profesionales de salud.

 

 Sin embargo, contrario a lo que se podría pensar, Goldman (1998) comparó los costos de una terapia integrada, donde un psiquiatra se hacía cargo del tratamiento farmacológico y psicoterapéutico, y un trabajo en coterapia donde dos profesionales trabajaban en conjunto con un mismo paciente, llegando a concluir que el tratamiento en coterapia no era más oneroso que el tratamiento efectuado por un mismo profesional.

 

Algunas intervenciones

 

         Hacer una pausa para elaborar juntos la devolución

 

         Comentar lo que sucede durante la sesión que sirva de mensaje indirecto para la familia (La técnica de “Te lo digo Juan, para que me escuches Pedro”)

 

         Intercambiar hipótesis para conceptualizar el caso

 

·         Expresar su mutuo desacuerdo para que la división de opiniones motive a la familia a tomar decisiones (con la técnica del equipo terapéutico dividido)

 

·         Trabajar simultáneamente con diferentes miembros o subsistemas de la familia

 

 La coterapia también ofrece una ventaja cuando la atención, ya sea a nivel familiar o en pareja, en algún momento demanda la atención de algún o algunos miembros a nivel individual, el sistema terapéutico se puede dividir para realizar tales intervenciones.

 

Conclusiones

 

Hasta aquí hemos revisado una serie de pautas para el uso de la coterapia desde un modelo de terapia breve sistémica. Se concluye que es posible implementar programas de entrenamiento en el trabajo co-terapeútico, lo que es enriquecedor tanto para el paciente como para los mismos terapeutas. En este sentido, se coincide con Ruiz y Palacios (2019) en lo que respecta a que “la coterapia tiene un potencial de crecimiento y aprendizaje muy poderoso para los terapeutas y para el resto de los componentes del grupo”.

 

Además, la coterapia es una modalidad terapéutica utilizada con alguna frecuencia por distintos terapeutas en situaciones especiales, particularmente álgidas o con familias multiestresadas de tal manera que pueda representar una estrategia de supervivencia capaz de prevenir el desgaste emocional en el terapeuta.

 

Referencias bibliográficas

 

Adriana Pedrals et all (2007) Práctica psicoterapéutica: el desafío de la coterapia. Rev Gaceta de Psiquiatría Universitaria. 2007; 3; 3: 327-330

 Arbenoiz, Carmen y Justine, R. (2006) Aplicabilidad y sistematización del proceso terapéutico de la coterapia utilizando modelos postmodernos: heterogeneidad, sinergía y recursividad.

De Shazer, Steve (1995) Claves para solución en terapia breve. Paidós. Barcelona.

 Laudo, Isabel (2016) La coterapia: una adaptación técnica en psicoterapias con familias de riesgo. Cuadernos de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente, 2016;62, 55-57

 Ruiz, Mónica y Palacios, L (2019) La coterapia, el contigo en el grupo. En Norte de salud mental, 2019, vol. XVI, nº 60: 13-20.

 Santos Gómez, Marcos. (2006). La horizontalidad de las relaciones humanas y la tolerancia. Utopìa y Praxis Latinoamericana11(34), 79-90.

 Urrutia, Jorge (2017) Adaptación de las Intervenciones Terapéuticas para su uso en la Terapia de Parejas Constructivista Cognitiva. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Carrera de Psicología.

 Whitaker, Carl (1992) Meditaciones nocturnas de un terapeuta familiar. Paidós. Barcelona.



lunes, 6 de marzo de 2023

Conversaciones sobre terapia sistémica: Claves para la Solución en Terapia Breve (7)

 




En esta entrada se presenta la clase 10 del módulo de Claves para la Solución en Terapia Breve del curso de terapia sistémica del proyecto de formación continua del Equipo de Terapia Familiar Zoquipan. Se revisa el trabajo de Steve de Shazer sobre el concepto de Totalismo.  Se recuerda al lector que las actividades formativas se pueden seguir en vivo desde Facebook.  Las reuniones son los miércoles alrededor de las 20:00 en la página de Conversaciones Sistémicas.