Con el fin de ejemplificar el modelo de Terapia
Breve Sistémica (¿Qué es?), en esta entrada se presenta el análisis de un caso. Se trata
de describir la conceptualización e intervención paso a paso del proceso
terapéutico de una familia con una hija adolescente que presentaba sintomatología
depresiva y conducta autolesiva. Por tanto, antes de presentar el caso, resulta
preciso detenerse brevemente en algunos conceptos.
El primero es el referente a las autolesiones que
son todas aquellas conductas que implican la provocación deliberada de lesiones
en el propio cuerpo sin finalidad suicida como por ejemplo cortes en la piel,
quemaduras, golpes, arrancarse el cabello, punciones, arañazos, pellizcos entre
otros comportamientos anómalos.
Las conductas autolesivas representan un problema
de salud pública. Desde finales del siglo pasado se ha observado un aumento en
el número de adolescentes que se autolesionan. Santos (2011) sostiene que la
prevalencia en México es de 1 de cada 10 adolescentes y que, aunque estas
conductas pueden aparecer por si solas, es común que estén relacionadas con
depresión y ansiedad.
El segundo concepto es el de depresión. Se utiliza
el término de depresión para referir todos aquellos casos donde el adolescente
experimenta síntomas como quejas somáticas, distanciamiento social,
desesperanza e irritabilidad. También es común del cuadro la baja autoestima,
la mala imagen corporal, el alto nivel de autocrítica, fallos en el
afrontamiento de las emociones y conflicto con los padres.
La depresión es un fenómeno multifactorial. A
nivel biológico, existe una desregulación en los niveles de serotonina y
dopamina que se relaciona, a nivel comportamental, a un bajo nivel de actividad
y de intercambios reforzantes con el entorno. Por otro lado, a un nivel
cognitivo están presentes una serie de pensamientos negativos sobre sí mismo,
el mundo y el futuro y, a un nivel relacional, respuestas del entorno que
contribuyen a mantener y agravar la depresión.
Con respecto al tratamiento de la depresión es
importante mencionar que cuando la depresión es leve o moderada la psicoterapia
puede ser una intervención indicada. Si embargo en depresiones graves resulta
más efectivo combinar los tratamientos farmacológicos con la psicoterapia.
Por último, el concepto de la Terapia Breve
Sistémica que se refiere a un modelo integrativo que, como afirma García (2013)
cuenta entre sus influencias procedimientos técnicos originados en tres
escuelas de terapia familiar: La terapia centrada en el problema del grupo del
MRI, la terapia breve centrada en soluciones y la terapia narrativa. García sostiene que “estas tres escuelas de
psicoterapia, si bien cuentan con características distintivas, tienen muchos
elementos en común que les permiten integrarse cómodamente en procesos
psicoterapéuticos reales”.
Además, continúa García, La TBS “reconoce por un
lado la herencia de la epistemología sistémica-cibernética batesoniana como
origen y fundamento de estas escuelas y, por otro lado, se enfatiza su opción
ericksoniana de promover intervenciones breves y eficaces por medio de la
movilización de los recursos de los clientes para alcanzar sus objetivos en el
menor tiempo posible”.
Antes de presentar el análisis de caso, es
importante señalar que, con la intención de proteger la confidencialidad e
identidad de los integrantes de la familia se han cambiado los nombres y otros
datos de los integrantes y de la situación familiar.
Datos generales del paciente identificado (PI)
Se trata de Ailín, una adolescente originaria y
residente de Zapopan, Jalisco, de 12 años de edad, que cursa el primer grado de
secundaria. Va a clases en el turno vespertino y por las mañanas le gusta
practicar guitarra y dibujo.
Motivo de consulta
La madre solicita atención para su hija mayor por
voluntad propia, recomendados por una amistad que conoce los servicios que
ofrece la asociación en donde se llevó a cabo el proceso de terapia. En la
llamada telefónica refiere estar preocupada “por el comportamiento de Ailín. Se
corta en los brazos y en ocasiones ha mencionado que no desea vivir”
Familiograma
Se trata de una familia en proceso de ruptura
conyugal desde hace 18 meses. La custodia la tiene la madre (Jade de 35 años)
con quien viven las dos hijas, Ailín de 12 años (PI) y Melina de 7 años. El
padre (Jaime de 33 años) vive en la ciudad de Puebla y mantiene contacto con
sus hijas por vía telefónica y de forma presencial sólo en temporada de
vacaciones. Ambos padres trabajan, el padre es militar y la madre enfermera con
jornada nocturna. Mientras su madre trabaja, Ailín se queda a cargo de su
hermana. A partir de la separación de sus padres, Ailín ha apoyado con
funciones que anteriormente realizaban sus padres en casa.
Quejas
Desde hace un año PI presenta aislamiento, irritabilidad, dificultad para
concentrarse en las actividades escolares, hipofagia, insomnio de conciliación,
llanto fácil, apatía, conductas autolesivas, ideas de muerte (sin riesgo de
tentativa suicida), problemas de conducta en la escuela (pintas), relación
distante con ambos padres.
Intentos de solución
Ambos padres intentan motivarla a convivir, creen que esto puede ayudarle a
cambiar su estado de ánimo.
Metas
Los objetivos del proceso terapéutica se definieron de manera conjunta con
los miembros de la familia y se describieron de la siguiente manera:
-
Disminuir los síntomas afectivos y el autodaño (en
palabras de los miembros de la familia “que conviva con la familia en lugar de
aislarse”, “que ya no se corte”, “aprender a cuidar mi cuerpo”
-
Desarrollar (desplegar) habilidades de afrontamiento de
las emociones (en palabras de los miembros de la familia “tener un mejor manejo
de la tristeza y enojo”, “ser más valiente”)
-
Mejorar la relación paternofilial (en términos de los
miembros de la familia, “llevarnos mejor”, “escucharla y hacernos escuchar por
ella”, “comunicarnos más”, “Confiar más en mis papás”, “hacer actividades
divertidas juntos”
-
Reordenar jerarquía y organización familiar (“ya no
cargarle a Ailín responsabilidades que no le corresponden”, “que mis papás
tengan tiempo para mí, no solo para mi hermana”)
El plan de tratamiento incluía como elementos claves la alianza estratégica
con los padres, combinar sesiones conjuntas e individuales, estrategias
dirigidas a reestablecer el vínculo de PI con ambos padres y cambiar el enfoque
en los síntomas por un enfoque hacía lo positivo de la relación.
Relación terapeuta- cliente
Al principio la relación con la madre se podía describir de tipo
“demandante”. Es el miembro de la familia que llama para hacer la cita,
identifica que hay un problema pero que este se encuentra en la persona de
la PI. Las preguntas circulares y las
intervenciones con foco en la relación fueron modificando la relación hasta
convertirla en una relación de tipo “comprador”.
La relación con ambas hijas se describía de tipo “visitante” ya que en la
primera cita no entendían bien el propósito de las sesiones y fue necesario hacerlo
explícito. Ailín era capaz de identificar molestias e incomodidad por los
síntomas, pero no lo percibía como un problema que se pudiera solucionar. Las
estrategias terapéuticas que se llevaron a cabo en las sesiones y en casa a
través de las directivas permitieron una implicación activa (una relación de
tipo comprador) de Ailín en el proceso terapéutico. Su hermana, sin embargo,
mantuvo una relación de tipo “visitante” en todo el proceso.
Con el padre, en un inició se pensó en una relación de tipo “demandante”.
En la primera sesión, a pesar de que no se veía como parte de la solución, se
mostraba preocupado por los síntomas de la PI. Conforme avanzaba la terapia, la
distancia y el poco interés mostrado hicieron difícil concretar su
participación en las sesiones. La estrategia terapéutica se ideó con el
propósito de generar de manera indirecta (mediante acciones llevadas a cabo por
mamá y PI) una conexión con sus hijas.
¿Qué mantiene el problema?
Ciclo del síntoma.
Por mucho tiempo, ambos padres, se mostraron distantes con PI. Los
conflictos y las dificultades del proceso de separación de la pareja absorbían
considerablemente su atención. El impacto de los problemas conyugales y la
eventual separación parecían estar relacionado con los síntomas de PI. En
respuesta a ellos la madre se enfoca en eliminar la sintomatología sin
extrañarnos que, luego de un tiempo de intentos infructuosos, terminará por
percibir a Ailín como “el problema” mientras que Ailín se generaba sentimientos
de incomprensión y se aislaba. Se desgastan y descuidan las relaciones con sus
padres (uno distante y otro centrado en la problemática). Como es de esperarse,
los síntomas se intensifican y retroalimentan la postura de los padres.
Conexión del síntoma para el sistema.
Los síntomas de PI se enmarcan dentro de un evento paranormativo de proceso
de ruptura marital. La familia atravesaba por la fase de “custodia compartida
después del divorcio” en la conceptualización realizada por Navarro, José
(2009). En esta etapa, describe el autor, surge la necesidad de aprender el rol
de padres dejando de ser pareja y compartiendo la función parental a pesar de
la distancia. En este sentido, a los papás de Ailín se les presentaba el reto
de mantener, después de la ruptura de pareja, la conexión emocional con sus
hijas.
Por otro lado, una lectura de la posición que PI jugaba en la relación
entre sus padres ayudó a tener una mayor comprensión de los síntomas. Ailín se
mostraba como una “niña edredón”, es decir una hija parentalizada que trata de
proteger y consolar al cónyuge más débil mientras asume tareas domésticas
inapropiadas para su edad. De manera alterna, también aparecía como una “niña
invisible” ignorada por ambos progenitores absortos en las dificultades
post-divorcio.
PIP del autodaño
La forma en que PI hacía frente a ese desamparo resultaba a su vez
problemático habiendo consolidado al paso del tiempo una pauta que la situaba
en constante estado de riesgo.
Al experimentar desamparo y consiguientes emociones incontrolables, Ailín
recurría a la autolesión con cortes infringidos en brazos y piernas. Tales
conductas de autodaño tenían un efecto sedativo capaz de proporcionarle un
momentáneo estado de calma. La acción posterior de lavar y curar sus heridas le
brindaba, por un lado, una sensación de seguridad mediante el autocuidado y la
autoprotección. Sin embargo, por otro lado, estos actos autolesivos le
generaban sentimientos de culpa y vergüenza que acrecentaban las acciones
clandestinas y el constante aislamiento.
¿Qué se hizo?
La intervención se llevó a cabo siguiendo el modelo de terapia breve
sistémica. Se realizaron en total seis sesiones con una duración de entre 60 y
90 minutos cada una. En la primera sesión participaron todos los miembros de la
familia y en las subsecuentes sólo la mamá y las hijas alternando el formato
conjunto e individual en cada una de ellas.
A continuación, se enumeran las intervenciones clave que para fines de
claridad en su explicación se han clasificado en tres grandes grupos:
1)
Intervenciones para redefinir el problema
2)
Intervenciones para mejorar la relación con los padres
3)
Intervenciones para aumentar capacidad de afrontamiento
de las emociones.
Intervenciones para redefinir el problema
La redefinición del problema constituyó un asunto clave en la planeación de
la intervención debido a su contribución en el establecimiento de un marco de
referencia diferente al presentado por la familia (saturado del problema,
patologizante y culpabilizador) que permitió explorar y practicar nuevas
conductas entre los miembros de la familia.
El interrogatorio circular cruzado para padres e hijos (Charles, 2007) fue
una de las estrategias empleadas para redefinir el problema.
Terapeuta: - ¿Cuáles son las cosas que aprecian de Ailín?
Los padres hacen un silencio largo, miran uno al otro como esperando que el
otro comience.
Terapeuta: ¿No esperaban que les preguntara eso?
Papá: La verdad no…
Mamá: Bueno, la verdad es que no sabíamos lo que nos ibas a preguntar… pero
yo aprecio muchas cosas de Ailín, sólo que hemos estado preocupados por ella.
Terapeuta: Entiendo su preocupación y creo que podremos hablar sobre ello
en algún momento de la sesión, pero como les he comentado antes me sirve mucho
poder conocerlos, en un inicio, al margen del problema (dirigiéndose a la mamá)
¿Cuáles son todas esas cosas que aprecias de Ailín?
Mamá: Ailín era una niña muy tranquila, muy obediente… (hace una pausa,
parece que se percata de que está hablando en términos de pasado y corrige)
bueno, ya es una adolescente y bueno, aunque ha tenido sus malos momentos,
sigue siendo tranquila y es buena alumna.
Papá: y ¡es creativa! Le gusta mucho dibujar.
Mamá: y la música (dirigiéndose a Ailín) ¿Cómo se llama el grupo que te
gusta?
Ailín (al unísono de su hermana): My Chemical Romance!
Mamá: Ah si, ese… y hubo un tiempo en que practicó guitarra, pero ya casi
no la toca.
Ailín (dirigiéndose a su mamá): si la toco, lo que pasa es que no me has
visto.
Destinamos un tiempo de la sesión para seguir hablando en términos de
recursos y lados fuertes de cada uno de los miembros de la familia en los
diferentes contextos en donde se desenvuelven. Luego les invita el terapeuta a
platicar acerca de lo que quieren lograr.
Terapeuta (dirigiéndose a Ailín): ¿Qué les preocupa a tus papás?
Ailín: Que me corto y que ya casi no convivo con ellos
Terapeuta: ¿Qué les gustaría a ellos que tú mejorarás?, ¿Qué te han pedido
que mejores?
Ailín: Ellos quieren que ya no me corte, umm que ya no me enoje con mi
hermana y que conviva más con ellos.
Terapeuta: ¿Quieren que no te enojes o que aprendas a expresar mejor el
enojo?
Ailín: Si, eso… más bien que aprenda a manejar el enojo.
Terapeuta (a Ailín): ¿Cómo se van a dar cuenta ellos de que ya estás
manejando mejor el enojo?
Ailín: van a ver que soy más paciente con Melina, que la ayudo cuando lo
necesite, que no le grite…
Terapeuta: En lugar de gritarle, ¿Cómo esperan ellos que te comuniques con
tu hermana?
Ailín: No sé, tal vez que le pida las cosas con voz baja…
Terapeuta (continúa con Ailín): Independientemente de lo que quieran tus papás
que mejoren, ¿Tú que quisieras lograr?
Ailín: Umm, creo que si estoy de acuerdo con ellos.
Terapeuta: ¿En qué de todo lo que quieren para ti?
Ailín: ¡En todo!
Terapeuta: ¿Todo?
Ailín: Si, bueno, en eso de aprender a expresar mejor mis emociones.
Hasta este punto se ha pasado de una conversación centrada en el problema
de PI a una conversación centrada en las habilidades que le gustaría a PI
desarrollar. Ailín pudo hablar de las ventajas de consolidar la habilidad del
manejo de las emociones y el impacto que podía tener en los demás y en los
diferentes contextos en donde se desenvuelve.
Terapeuta (dirigiéndose al padre): ¿Qué dirían Ailín y Melina que les
gustaría que mejoraras como papá?
Papá: Este año ha sido muy difícil para mí con ellas. Me refiero a que se
dio la separación y yo tuve que mudarme a otra ciudad por mi trabajo y creo que
he estado lejos de ellas. Yo diría que me ha costado trabajo conectarme con
ellas. Sobre todo con Ailín que ya es adolescente y a veces no sé cómo
comunicarme con ella.
A la mamá se le hizo la misma pregunta.
Mamá: Creo que a Ailín le gustaría que fuera más paciente y tal vez más
atenta. Seguido me reprocha que no le pongo atención, que solo le hago caso a
Melina, pero le digo que ella es pequeña y que necesita más…bueno es
diferente…pero creo que por el trabajo que ahora he tenido más he descuidado y
ella me ha ayudado mucho con Melina.
El terapeuta pregunto a ambos por indicadores de logro, por efectos
positivos y por otras cosas que les gustaría mejorar como papás. Después de
eso, la conversación había girado de estar centrada en el problema individual a
las relaciones. Hasta este punto se podría replantear que: No es que Ailín sea
una “adolescente problema” sino que era una adolescente que se había planteado
aprender a “expresar” o “manejar” mejor sus emociones y que sus papás han
buscado ayudarle a lograrlo pero aún no lo consiguen porque la relación con
Ailín es a veces distante y otras conflictiva.
Intervenciones para mejorar la relación con los padres
Varias fueron las intervenciones que se
consideran claves para mejorar la relación entre Ailín y sus papás. Una de
ellas fue la prescripción del ritual de Hoy me gusto de ti que se basa
en la estrategia del reconocimiento de lo positivo en los hijos. Este ritual lo
realizaron ambos papás, la madre de forma presencial y el papá de manera
virtual cuando se comunicaba por teléfono o por videollamada.
Resultó clave, también, la tarea de Observar
las excepciones. Primero, se le pidió a Ailín “cachar” (descubrir) a mamá
comportándose atenta. Después se sugirió una variable: Se le pidió a la mamá
comportarse atenta de forma velada para sorprender a su hija diariamente,
mientras que Ailín al final del día trataba de adivinar cual había sido la
sorpresa.
Otra intervención clave fue el Ritual del
perdón con la madre. Para prepararlo se le pidió a la mamá redactar una
carta dirigida a sus hijas con la estructura de 3 elementos como contenido:
reconocimiento de lo positivo, perdón por las fallas y compromiso. En sesión
individual la madre presentó al terapeuta el borrador de la carta y su lectura
resultó una pieza clave para la facilitación emocional. En una sesión posterior
comentó que se había dado de forma natural la plática de los 3 puntos de la
carta con cada una de sus hijas.
Para mejorar la relación con el padre resultó
clave la Proyección a futuro. Para lograrlo se llevó a cabo el
experimento de la máquina del tiempo: se le invitó a Ailín a imaginar un
viaje en la máquina del tiempo hacía el futuro en el que, una vez resuelto el
problema, ha mejorado la relación con su papá. Al relatar su viaje al futuro,
Ailín pudo comentar como había perdonado a su papá y “había hecho las paces con
él”.
Continuación de la intervención de proyección a
futuro fue la Tarea del cómo si, que en este caso consistió en pedirle a
Ailín que realizará algo del futuro imaginado en el presente. Es importante
señalar que se hizo énfasis en la estrategia del mínimo cambio posible, es
decir, que las acciones que se proponía realizar tendrían que ser pequeñitas.
Intervenciones para aumentar capacidad de
afrontamiento de las emociones.
Una de las intervenciones clave para el
afrontamiento de las emociones fue la tarea de Escribir, leer y romper lo
negativo. Esta tarea, forma parte de las llaves maestras en el
modelo de terapia breve centrada en soluciones y en este caso operó como una
herramienta de facilitación emocional.
También resultó clave la intervención de Excepciones
de experiencias exitosas que se llevó a cabo mediante el experimento de la
máquina del tiempo: se invitó a Ailín a viajar hacía el pasado a momentos en
donde su estado de ánimo se encontraba en un nivel satisfactorio. Al relatar su
viaje, Ailín fue capaz de identificar actividades relacionadas estados de ánimo
positivos. En la sesión, Ailín utilizó una escala del 0 al 10 para
evaluar el efecto de esas actividades en su estado de ánimo, de tal manera que
0 representa que la actividad tiene un nulo efecto y el 10 el máximo efecto positivo
en su estado de ánimo.
El Diario de emociones fue otra
intervención clave para la mejoría del afrontamiento de las emociones. Se
sugirió a Ailín llevar el registro de sus emociones en una libreta que iba y
regresaba de su casa al consultorio. En las sesiones fue capaz de identificar,
nombrar y buscar alternativas para su manejo.
Resultó fundamental la actividad del Árbol de
las cualidades y talentos. Se invitó a Ailín a dibujar un árbol. Se le
explico que las raíces simbolizan las cosas importantes que ha aprendido de su
familia, el tronco lo que más le gusta de su persona, las ramas sus cualidades
y talentos y los frutos sus mayores logros.
Evolución de la queja
La queja presentada por la familia al inicio del
proceso terapéutico tuvo una evolución tal como se representa en la ilustración
de abajo. En la primera sesión, los miembros de la familia evaluaron su
situación en el número 2 de acuerdo a una escala del 0 al 10 relacionada con la
consecución de meta. La intervención clave de esta primera sesión fue la
redefinición del problema y al final se dio la tarea de “hoy me gustó de ti”.
En la segunda sesión, los miembros de la familia
coincidieron en que su situación se encontraba en un 4 con respecto a la escala
de consecución de meta. En la sesión destacaron las preguntas de “búsqueda de
excepciones” y se dio inicio a la estrategia del ritual de perdón. En la
devolución se prescribió la tarea de “Escribir, leer y romper lo negativo”.
Los miembros de la familia refirieron mejoría
significativa en la tercera sesión. Evaluaron la situación en un 7 con respecto
a la escala de consecución de la meta acordada. En esta sesión se realizó el
experimento de “la máquina del tiempo” que permitió que Ailín pudiera
proyectarse a futuro y construir soluciones. Al cierre de la sesión se dio la
sugerencia de “cómo sí”.
En la quinta sesión la familia evaluó su
situación en un 9 con respecto a la escala de consecución de meta. En la sesión
se trabajó con el ejercicio del “árbol de cualidades y talentos” y con
preguntas de prevención de recaídas para ayudar a los miembros de la familia en
el reto del mantenimiento de los cambios. En la sesión seis se corrobora que
las mejorías se mantuvieron y se llevaron a cabo preguntas de sesión de cierre.
A los seis meses de haber concluido la terapia se
realizó una llamada de seguimiento para monitorear los cambios y revisar
efectos posteriores al proceso. La madre refirió que se mantenían los cambios y
mejorías logradas a partir de la intervención. Comentó que, posterior a la
terapia, lo que ha mejorado es su desempeño laboral.
Resultados Obtenidos
Remisión de
las conductas de autodaño y los síntomas afectivos
Mejoría en su
estado de animo
Mejoría en el
desempeño académico
Mejoría en las
relaciones familiares
Mejoría en
funcionamiento familiar
Menor estrés
en la madre
Mayor
rendimiento laboral de la madre.
Conclusiones
La terapia breve sistémica centrada en
soluciones, lados fuertes y recursos resultó una intervención eficaz y
eficiente para el caso presentado. Se puede concluir que el proceso terapéutico
fue eficaz a razón de que disminuyó significativamente la queja inicial de los
miembros de la familia y las mejorías y cambios alcanzados se mantuvieron luego
de 6 meses de haberse llevado a cabo la intervención. Además, tuvo la
característica de ser eficiente porque las mejorías y la consecución de las
metas se lograron en un tiempo breve.
Las intervenciones se realizaron siguiendo un
plan de tratamiento enmarcado en una perspectiva sistémica y construccionista.
La estrategia global contemplaba modificar los patrones interpersonales e
intrapersonales problemáticos y aumentar patrones interpersonales e
intrapersonales de solución y/o satisfactorios. Para conseguirlo se combinó el
formato conjunto y el individual con el fin de trabajar con el sistema familiar
a la par del trabajo con la adolescente.
En la conceptualización del caso destacan 3
elementos: 1) la descripción del ciclo sintomático que amplió la perspectiva
del síntoma al contexto, 2) la conexión del problema con el proceso de divorcio
por el que atravesaba la familia y 3) el Patrón intrapersonal problemático del
autodaño que permitió una redescripción circular de la conducta.
En lo que respecta a las intervenciones claves y
sus efectos en el proceso terapéutico, es preciso señalar que la redefinición
del problema contribuyó a que Ailín se liberara del rol de paciente
identificado y que los miembros de su familia tomarán un papel activo en el
proceso de cambio. Además, las intervenciones para mejorar la relación con sus
padres modificaron el ciclo sintomático y permitieron a padres e hijas
desarrollar nuevos y satisfactorias pautas.
Por último, las intervenciones para aumentar capacidad de afrontamiento
de las emociones resultaron clave para modificar el PIP del autodaño y
permitieron que Ailín desarrollara conductas y pensamientos alternativos para
el manejo emocional.
Se coincide con Micucci (1998) cuando sostiene
que un patrón interpersonal común en familias con adolescentes con depresión u
otros síntomas es aquel que se caracteriza por la aceptación condicional y los
intentos por controlar al otro. Comenta de este ciclo que “mientras los
integrantes de la familia se empeñan en eliminar o controlar los síntomas, la
preocupación que estos suscitan los lleva a pasar por alto aspectos importantes
de la relación que mantienen entre sí”. Se deterioran las relaciones y los
miembros de la familia experimentan una sensación de aislamiento. En el caso
presentado, esta sensación de aislamiento se veía incrementada por elementos
del proceso de separación conyugal por el que atravesaba la familia.
Por último, se considera que la intervención
encuentra correspondencia con dos ideas de Nardone y Selekman (2013). La
primera es la importancia de distinguir entre dos tipos de comportamiento
autolesivo, uno basado en el placer y otro en los efectos sedativos o
compensatorios (en el caso presentado se identificó el último tipo). La segunda
es la idea de que los puntos fuertes, la iniciativa y la experiencia de los
clientes son elementos fundamentales para la construcción conjunta de
soluciones adaptadas a sus dificultades.
Bibliografía consultada para el
análisis del caso
Beyebach,
Mark. (2006) 24 ideas para una psicoterapia breve. Herder,
Barcelona.
De
Shazer, Steve (1998) Claves para la solución en terapia breve. Paidós. Barcelona
García, Felipe (2013) Terapia Sistémica Breve. Rilce Editores, Santiago de
Chile.
Micucci,
Joseph. (2006) El adolescente en la terapia Familiar. Amorrortu,
Buenos Áires.
Navarro,
José. (2009) Parejas en situaciones especiales. Paidós,
Barcelona,
Nardone,
Giorgio y Selekman, M. (2013) Hartarse, vomitar, torturarse. Herder,
Barcelona.
Pittman, Frank. (1999) Momentos
decisivos. Tratamiento de familias en situaciones de crisis. Paidós,
Barcelona
Santos,
Dora. (2011) Autolesión. Qué es y cómo ayudar. Ficticia, México,
Familias en proceso de divorcio:
http://laspalabrastienenmagia.blogspot.mx/2012/11/patrones-interpersonales-problematicos.html
http://laspalabrastienenmagia.blogspot.mx/2012/11/etapas-del-proceso-de-divorcio.html