En
esta entrada se presenta una propuesta para la intervención de los problemas
infantiles basada en los principios de las prácticas narrativas. El escrito se
compone de tres apartados. En el primero se describe la manera en que se forman y mantienen los problemas infantiles que suelen presentar las familias en el consultorio.
En el segundo se describe el modelo narrativo que fundamenta la propuesta. En
el tercero se presenta el método de intervención descrito paso a paso. Se
concluye con la presentación de 2 casos que ejemplifican el proceso.
Formación de los problemas infantiles
La
conducta se da en un contexto de relación. El contexto inmediato en el que está
inmerso el niño es la familia, por ello el terapeuta sistémico no aborda el
comportamiento del niño de manera aislada sino en su medio ambiente natural. Cuando
se convoca a los padres a asistir y participan en la terapia no es sólo porque
forman parte del sistema sino, sobre todo, porque representan la principal
influencia en el infante y por ende una contribución valiosa en la promoción
del cambio.
Por
otra parte, se sabe que los problemas se mantienen por los intentos de solución
que llevan a cabo los adultos a cargo. Los progenitores, en su afán por ayudar a
sus hijos en su desarrollo establecen pautas de interacción que con frecuencias
se vuelven rígidas y producen dificultades. De modo tal que la forma en que los
padres intentan resolver las dificultades (ya sea minimizándolas, negándolas,
interviniendo en un nivel lógico equivocado, haciendo más de lo que no
funciona, etc.) mantienen pautas de interacción recurrentes que, en lugar de
dar solución satisfactoria al problema, lo perpetuan y/o intensifican.
A
diferencia del terapeuta, que ha entrenado su visión a fin de tener una
perspectiva sistémica o recurrente, los miembros de la familia suelen tener una
visión lineal. Esta perspectiva opera como unos lentes que limitan ver la
sintomatología o conducta problemática exclusivamente en el niño que es el
motivo principal del contacto inicial de la familia con el terapeuta. Los
padres piensan que el niño es el “problema”, que algo no funciona en él y bajo
esta premisa interactúan con el menor. Esta relación luego de un tiempo se
vuelve rígida y convierte al niño en el miembro sintomático de la familia, en
el chivo expiatorio: el problema internalizado comenzará a permear la identidad
del menor. Los padres, además, acuden al terapeuta con la esperanza de que éste
arregle lo que no funciona en el infante. Son capaces de ver el síntoma,
pero incapaces de identificar las acciones propias que retroalimentan y a su
vez son retroalimentadas por el problema.
No
es raro que el niño, al ser constantemente señalado (abierta o encubiertamente)
por los demás miembros de la familia, acuda al consultorio experimentando
culpa, vergüenza o una franca aversión a la terapia. Los padres, en cambio,
acuden la mayoría de las veces con un sentimiento importante de incapacidad:
“hemos intentado todo”, “ya no podemos más”, etc. son algunas de las frases que
se suelen escuchar en la primera consulta.
Los
progenitores en la mayoría de las ocasiones establecen un tipo de relación con
el terapeuta que Steve de Shazer ha denominado de tipo cliente
demandante, es decir, se presentan con el terapeuta como conocedores
de que hay un problema por resolver, que el problema está en el niño pero que
no está en sus manos resolverlo y por tanto mostrarán en un inicio poco
involucramiento con respecto al cambio. El menor, en contraste con la
postura de los adultos, establece una relación de tipo cliente
visitante desde la cual, aunque pueda ser capaz de experimentar los
efectos del rol de chivo expiatorio, ignora cuál es el problema a resolver y
por tanto acude con cara de “a mí me trajeron”.
Prácticas narrativas
Las
prácticas narrativas se inspiran en el trabajo de Michel White, terapeuta
familiar que vivió en Adeline, Australia y de David Epston de Auckland, Nueva
Zelanda. Estos autores retomaron a Foucaut y a Derrida para su propuesta
explicativa de que los síntomas estarían vinculados a ciertas narraciones
evocadoras del discurso social del poder y desaparecerían en el trabajo de externalización
cuyo lugar fuera ocupado por nuevas narraciones no relacionadas con el problema.
Uno de los presupuestos principales del modelo es el referente al concepto de analogía del texto que indica que la manera en que narramos nuestra vida y el significado que le atribuimos a los hechos determinan nuestro comportamiento. En este sentido, un consultante presentará una narrativa dominante saturada del problema, de desilusión resentimiento y tristeza. El terapeuta explora relatos alternativos partiendo de la metáfora de "la vida como un libro" y “la persona como autor capaz de reescribir su vida”.
Otro
concepto importante es el de externalización
de problema que es una práctica qué consiste en ayudar a las personas y los
grupos a que no se vean como “el problema” y en su lugar perciban “el problema”
como una entidad separada que los atrapa y los domina.
La
externalización del problema es la
utilización del lenguaje para convertir los problemas que afectan a las
personas y a sus relaciones en enemigos externos contra los que es posible
luchar. Básicamente, es un proceso mediante el cual se separa lingüísticamente
al problema de la identidad personal del consultante.
En
el proceso, el terapeuta, invita a los participantes a ser creativos en el
abordaje de sus dificultades en lugar de perpetuar la creencia de que un miembro
de la familia (o la familia en su totalidad) es el problema. Ejemplo de ello son los personajes de la “caca taimada”, la “pipí traicionera” o “la ira que
ataca” que representan una metáfora efectiva para ayudar a los niños a
liberarse de la vergüenza, la culpa, y el miedo y a sus familias a colaborar
como equipo para vencer al problema.
Además
de esta estrategia de externalización, las prácticas narrativas contemplan el
uso de cartas, documentos y el empleo de los cuentos y las metáforas. Las cartas
representan el medio ideal para invitar a los miembros ausentes, para predecir
comportamientos, para dar recomendaciones, para despedirse de los problemas y
de los seres queridos, para dar felicitación y dar ánimos para seguir adelante.
Los
documentos, por su parte, acreditan nuevas actitudes y relatos. Ejemplos de
ellos son los certificados de concentración, los certificados de huida de las rabietas, de manejo de la culpa, de huida de sufrimiento, diplomas de
Victoria sobre los malos hábitos, etcétera.
Referente
al uso del cuento, se puede decir que se inscribe en la tradición oral milenaria
de contar historias. Lo terapéutico de esta práctica se encuentra en el empleo
del lenguaje indirecto que implica múltiples niveles de comunicación que
desprenda la búsqueda de significados relevantes para la persona que escucha.
En el niño genera un proceso creativo de nuevas conexiones y reediciones de la
historia que conllevan hacia la resolución de la manera de ver, sentir o pensar
el problema o dificultad que presenta.
La propuesta
Esta
propuesta está basada en el modelo de las prácticas narrativas. Su propósito
general consiste en ayudar al niño y a los miembros de su familia a que
aumenten su agencia personal al posicionarse de manera proactiva frente a las dificultades
que les aquejan mediante el empleo de herramientas narrativas.
Procedimiento
1) Planteamiento del problema.
El niño y su familia
plantean sus quejas al terapeuta que escucha activamente asegurándose de que
cada uno de los participantes se sienta comprendido y tomado en cuenta. Es
importante que en esta etapa describan las dificultades de forma somera, sin
profundizar aún, y que se trabaje con el rapport y la relación terapéutica.
2) Mapa de los efectos del problema
El terapeuta
investiga la influencia que el problema planteado ha tenido sobre la vida del
niño de su familia. Para ello el profesional puede apoyarse de la práctica de
la externalización del problema. Ejemplo de ello son las siguientes preguntas:
¿Qué consecuencias negativas ha traído a la vida de
Juanito el enojo?
¿Qué ha limitado el enojo?, ¿en qué forma ha afectado su
relación?
¿De qué manera lo ha perjudicado en su escuela?,
etcétera.
3) Definición de objetivos.
El terapeuta ayuda al
niño y a su familia a concretar metas en el proceso de terapia. Para lograrlo
se puede llevar a cabo una o ambas rutas siguientes:
3.1 Descripción del futuro preferido.
“Imagina que sucede un milagro…"
“Imagina que tuvieras una varita mágica…”
“imagina que se resuelve el problema...”
“¿qué va a ser diferente cuando Juanito vencer problema?”
3.2 Re-significación del problema en términos de
habilidades.
¿Qué habilidades le hace falta platicar a Juanito para vencer al problema?
Imagina que en el mercado vendieran habilidades para vencer
a este problema, ¿cuáles comprarías? (ver Ben Furman)
4) Cuento del puntito.
Una vez definidos los
objetivos de la terapia se relata el niño ya su familia la historia del cuento
del puntito que presentamos a continuación:
5) Testimonios y rituales.
Se pide a los
participantes que acompañan al niño realizar una carta testimonio de como ellos
en su infancia, han resuelto un problema que para ellos era difícil. Se realiza
también un ritual en dónde el padre y la madre le dan simbólicamente la fuerza
al niño para emprender el viaje hacia la resolución del problema.
6) Plan de acción.
Se trata en esta
etapa de invitar al niño a practicar y exteriorizar la habilidad una y otra vez
con el propósito de que la desarrolle y perfeccione. Pueden resultar útiles
para la práctica los juegos de rol o los ejercicios en la sesión.
7) Seguimiento de los avances y terminación.
Los indicadores de que se
han logrado los objetivos pueden ser dos: a) que el niño de cuenta de las habilidades a
las que se comprometió aprender y b) que existe una percepción de avances en el
niño y en la familia.
Casos que ilustran el uso de la técnica
Caso
1: El niño que aprendió a leer
Familiograma
o sistema familiar
Queja
Problemas
en la escuela relacionados con la falta de adquisición de la lectura. Su
maestra lo notaba confundido y aburrido en clase. Constantemente pide permiso
para salir al baño. Evita las tareas y actividades que tienen que ver con la
lectura. En casa presenta crisis de llanto cuando su mamá le pide que realice
sus deberes escolares.
Objetivos.
Ayudar
al paciente identificado en el proceso de la adquisición de la lectura.
¿Qué
se hizo?
Se
llevó a cabo el método de las prácticas narrativas en un proceso que duró 5
sesiones con una periodicidad de 15 días entre cada una de ellas.
Intervenciones
Intervención |
¿Cómo se llevó a
cabo? |
Planteamiento del problema |
Antes de preguntar
sobre la queja el terapeuta destinó un tiempo para conocer al niño al margen
del problema. Se supo que le gustaban las caricaturas y que era fan de Gokú.
Esto ayudó para que la tensión bajara y el PI pudiera hablar abiertamente de
sus dificultades. |
Mapa de los efectos
del problema |
El problema había
afectado en la escuela y en el hogar. Comenzaba a afectar a la relación con
su mamá, quién era la que acompañaba sus deberes escolares. |
Definición de
objetivos |
Se trabajó con una
redescripción del problema en términos de adquisición de habilidades para
leer. |
Metáfora del
puntito |
El niño escucho con
atención el cuento y al finalizar comentó que lo que había aprendido de él
era que “con esfuerzo todo se puede lograr”. |
Testimonios y
rituales |
Sus padres le
relataron historias de cuando eran niños y de cómo habían aprendido a leer.
Su papá le regaló una gorra propia para que la usara como amuleto cuando
hiciera sus tareas escolares. |
Plan de acción |
Se ensayaba la
lectura en las sesiones y se dejaba de tarea leer todo lo que se encontrara
en la calle (espectaculares, anuncios, rótulos de tienda, etc.) |
Seguimiento |
El PI presentó
mejorías en cada una de las sesiones. El terapeuta invitaba a los miembros de
la familia a celebrar los logros y mostrar su apoyo al niño. |
Resultados
Adquisición
del proceso de la lectoesrcritura.
Mejoría
en su estado de ánimo.
Entrega
de deberes escolares.
Aumento
en la percepción de autoeficacia.
Caso
2: Una niña valiente
Familiograma
o sistema familiar
Queja
Desde
hace 3 meses presenta pesadillas, calificaciones bajas, pérdida de interés en
las actividades escolares al punto de negarse en ocasiones a ir a la escuela.
En la escuela la notan aislada, retraída y evita las situaciones sociales.
Revela que la molestan 2 compañeros.
Objetivos.
Ayudar
a la paciente identificada a aprender a relacionarse asertivamente con sus
compañeros y enfrentar de manera adecuada las situaciones de acoso.
¿Qué
se hizo?
Se
llevó a cabo el método de las prácticas narrativas en un proceso que duró 7
sesiones con una periodicidad de 15 días entre cada una de ellas.
Intervenciones
Intervención |
¿Cómo
se llevó a cabo? |
Planteamiento
del problema |
El terapeuta
destinó un tiempo para conocer a la niña al margen del problema. Hablaron de
sus mascotas y de que le gustaba mucho dibujar. La PI reveló desde la primera
sesión que dos de sus compañeros la molestaban y que por eso en ocasiones no
quería ir a la escuela. |
Mapa
de los efectos del problema |
El problema había
afectado su estado de ánimo. Tenía pesadillas y miedos. Le afectaba también
en la escuela y la hacía parecer una mala alumna. |
Definición
de objetivos |
Se realizó una
pregunta por el milagro. PI fue capaz de describir su futuro preferido. En él
se veía enfrentado a sus compañeros de forma valiente y asertiva. |
Metáfora
del puntito |
Leyó el cuento
atentamente y se identificó con el personaje principal de la historia.
Comentó que lo que más le había gustado del cuento fue que “el puntito mostró
coraje para lograr lo que quería” |
Testimonios
y rituales |
Sus papás le
escribieron una carta muy amorosa en donde le relataban las cosas que
apreciaban de ella y le explicaban cómo en propia infancia habían resuelto
algunos problemas. El padre relató cómo fue que desde pequeño tuvo que
trabajar para ayudar a su familia. La madre relató una historia chistosa de
cómo enfrentó el miedo a la oscuridad. |
Plan
de acción |
Se ensaya en las
sesiones por medio de juegos de simulación habilidades de comunicación
asertiva y de establecimiento de límites. |
Seguimiento |
Se trabajó con
preguntas de mejoría. En la sesión número 5 se realizó una intervención para
aprender de recaída. |
Resultados
Mejora
su estado de ánimo
Mejora
su rendimiento escolar
Fue
capaz de enfrentar y poner límites a sus compañeros
Conclusiones.
Se
ha presentado hasta aquí una propuesta de intervención basada en el modelo
narrativo para los problemas infantiles. Se concluye que el cuento terapéutico,
acompañado de otras prácticas narrativas, puede representar una estrategia con
muchas posibilidades de aplicación y con gran efectividad en la resolución de
los problemas psicológicos infantiles.
Bibliografía.
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sistémica en soluciones para parejas y padres. Editorial Cree-ser
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Eguiluz, Luz (2004) Terapia
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Epston, David (2013) Terapia
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Gutierréz,
Felipe (2010) Terapia Breve y familiar. Editorial CEFAP.
Madanes,
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Watzlawick, Paul (1992)
Cambio. Herder. Barcelona.
White, Michel (2010) Medios
narrativos para fines terapéuticos. Paidós
*LuisFernado Domínguez es psicólogo especialista en recursos humanos y en terapia familiar.