“La
adolescencia es un periodo de psicosis normal”
Frank Pittman III
“Hace
pocos años, la adolescencia era una fase;
luego se convirtió en una
profesión;
ahora es una nueva
nacionalidad”
Donald Barr
“¿Porqué
no pueden ser perfectos
como lo fuimos nosotros?”
Cualquier papá, en
cualquier época
Esta
entrada pretende ser un acercamiento al modelo de terapia breve sistémica
aplicada a problemáticas del adolescente. Se comienza por conceptualizar la
adolescencia como un período de cambios tanto en el individuo como en su
entorno y se describen los diversos conflictos que se presentan en el sistema
paternofilial. Seguido a esto, se describe el modelo de terapia breve sistémica
(sus influencias teóricas, su proceso y sus procedimientos técnicos) y los
presupuestos básicos que orientan la práctica con el adolescente y su familia.
Para finalizar, se presenta una propuesta articulada en cinco pautas de
intervención que guían el trabajo clínico.
El adolescente
La OMS
(organización mundial de la salud) define a la adolescencia como un periodo de
crecimiento que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta entre
los 10 y 19 años. Es una etapa del ciclo vital caracterizada por la aparición
de cambios físicos, psicológicos y sociales.
A nivel neurobiológico, el adolescente sufre
una reorganización en su cerebro. Mientras unas áreas aumentan de tamaño, otras
se reducen. En esta etapa el cerebro sigue perfeccionando sus capacidades
cognitivas: aquellas habilidades que domina y sigue utilizando consolidaran
redes neuronales; las habilidades que no practique no formarán redes,
deshaciendo las uniones sinápticas en una especie de “poda neuronal”.
Aunque con frecuencia se pinta a los adolescentes como apáticos, rebeldes e irrespetuosos de la
autoridad, los estudios en psicología evolutiva se alejan de estos
estereotipos y nos ofrecen una mirada más positiva de esta etapa del
desarrollo. La siguiente tabla recoge los distintos desafíos evolutivos,
conductas típicas y las señales de alarma en cada una de las fases en que se
divide la adolescencia (Micucci, 2005)
Primera
adolescencia (11 a 13 años)
Desafíos evolutivos
|
Conductas típicas
|
Indicadores de problemas
|
Adaptación a los
cambios de la pubertad
Aprendizaje de nuevas
capacidades cognitivas
Consolidación de un
lugar dentro del grupo de pares
Manejo de
expectativas sociales relacionadas con el género
|
Mayor atención a la
apariencia física
Preocupación por el
desarrollo normal de su cuerpo
Aumento de la
capacidad de razonar en abstracto
Periodo transitorio
de extrema cohibición
Idealismo
Falta de
consideración de las reglas de seguridad
Importancia personal
exagerada y creencia en que las experiencias propias son tan singulares que
nadie puede comprenderlas
Mayor propensión a la
discusión por pensamiento rígido
Intensa participación
en el grupo de pares
Mayor atención a las
diferencias entre roles de género masculino y femenino signos
|
Ocultamiento inusual
y permanente de actividades sobre todo las que involucran a los pares
Permanente falta de
cuidado de la higiene personal
Falta de relaciones
amistosas y de interés por entablarlas
Buena relación con
los adultos pero mala con los pares
|
Adolescencia
media (14 a 16 años)
Desafíos evolutivos
|
Conductas típicas
|
Indicadores de problemas
|
Manejo de la
sexualidad
Toma de decisiones morales
Desarrollo de nuevas
relaciones con los pares
Equilibrio entre la
autonomía y la responsabilidad ante los demás
|
Mayor conciencia de
las necesidades de los otros y mayor disposición a llegar acuerdos
En la toma de decisiones
sobre el bien y el mal, menos hincapié en la obtención de recompensas
tangibles y mayor interés en obtener la aprobación de los otros significativos
Aumento del interés y
la curiosidad por el sexo
Cambios en las
relaciones con los pares, formación de parejas
Mayor diferenciación
respecto del grupo de pares
Mayor hincapié en la
independencia y la libertad con respecto a las normas parentales
Mayor interés por
definir la propia identidad, lo que incluye exploración experimentación en
una variedad de aspectos
|
Muestra muchos rasgos
típicos de la primera adolescencia
Preocupación excesiva
por el sexo
Promiscuidad sexual Ansiedad
inusual con respecto al sexo (se pone nervioso cuando discuten asuntos
sexuales o declarar no estar interesado en el sexo)
Aparente ausencia de
culpa cuando hace algo claramente incorrecto o qué lástima a otra persona
Poca variedad de
actividades
inclinación excesiva a
la soledad
Asociación exclusiva
con sus pares evitación de la compañía de los adultos
|
Última
adolescencia (17 a 19 años)
Desafíos evolutivos
|
Conductas típicas
|
Indicadores de problemas
|
Consolidación de la
identidad
Experimentación de la
intimidad
Partida de la casa
|
La cantidad de
opciones para el futuro comienza a reducirse
Aumento de la
capacidad para la intimidad
Posible ruptura de
los romances iniciados durante la escuela secundaria
Menos discusiones con
los padres: los enfrentamientos relacionados con las reglas y la libertad disminuyen,
pero en esta etapa los adolescentes esperan que los padres respeten sus
decisiones y su individualidad.
Preparación para irse
de la casa (por ejemplo, a la universidad, a un trabajo o a las fuerzas
armadas)
|
Carencia de planes
para el futuro y poco interés en elaborarlos
Continuidad o retorno
del mal humor o la imprevisibilidad de la primera adolescencia
Falta de interés por
salir con personas del sexo opuesto Negativa a hacer planes posteriores a la
graduación e irritación cada vez que los padres aluden el tema
Deseo ingresar a la
universidad pero sin dar los pasos necesarios para ello
|
La familia del adolescente
Para
la familia, la llegada de los hijos a la adolescencia supone un importante reto.
Frente a los cambios característicos de esta etapa los miembros de la familia
ponen en marcha mecanismo de adaptación, de transformación de las interacciones
y de las normas.
En
este periodo, las relaciones entre padres e hijos se modifican
significativamente en gran medida porque los adolescentes buscan cada vez más
autonomía, independencia y control sobre sus vidas. Las interacciones con sus
padres poco a poco se convierten en relaciones de tipo simétricas: las
diferencias de poder desaparecen paulatinamente, se cuestiona la autoridad
parental y se inaugura una búsqueda de relaciones fuera del hogar y de toma de
decisiones con respecto a su propia vida. En este sentido, el reto de los
padres consiste en mantener el vínculo afectivo con su hijo a la par de
permitir que el adolescente configure una identidad acorde a los cambios biopsicosociales
que está experimentando.
Aunado a lo anterior,
en la etapa de la adolescencia, son comunes los desacuerdos entre padres e
hijos. Ambas partes ostentan diferentes intereses y deseos. Jiménez y Musitu (2007)
consideran que los desacuerdos entre ellos “tienen mucho que ver con lo que unos
se esperan de los otros, es decir, con las distintas interpretaciones que padres
e hijos hacen al respecto a cómo los demás deberían pensar y comportarse. Estos
autores distinguen tres principales tipos de desacuerdo entre padres e hijos
adolescentes: 1) los relativos a esperar una mayor responsabilidad y autonomía
del adolescente, 2) relativos a pensar que no es adecuado que el adolescente
decida por sí mismo y 3) relativos a diferencias en gustos y preferencias.
Frente
a estos conflictos las familias pueden echar mano de 2 recursos esenciales que
permiten además de prevenir problemas entre padres e hijos adolescentes
fomentar lazos afectivos y favorecer bienestar y ajuste emocional de los
miembros del sistema: a) La comunicación
positiva y empática vs la ausencia de comunicación o la expresión hiriente y
despectiva; b) El estilo democrático en las interacciones sociales y la
resolución de conflictos.
Cómo se forman los problemas de la
adolescencia.
Con
frecuencia muchos problemas de comportamiento de los adolescentes se forman a
partir de las respuestas y tentativas de solución que los adultos a cargo ponen
en práctica. Cuando no son eficaces estás respuestas alimentan la dificultad y
termina por convertirse en un verdadero problema si se presentan dos
condiciones: a) la dificultad se afronta de un modo inadecuado y b) se aplica
más de la misma solución, aunque no funciona.
De
la primera condición, se explica que una dificultad se afronta inadecuadamente
y por tanto se convierte en un problema cuando:
1) No se actúa y sin embargo se debería de actuar. Los padres
del adolescente niegan que el problema sea un problema que haya que resolver. Ejemplo
de ello lo representa el afrontamiento del adulto que minimiza un problema
relacionado con el abuso de sustancias o con un trastorno por déficit de
atención.
2) Se advierte una
dificultad y se intenta remediarla cuando no se debería hacer. Ejemplo de ello
son los intentos por resolver que el o la adolescente “no esté triste nunca”, “no
se enoje” o “deje de tener miedo”
3) La intervención que
se intenta para buscar remediar un problema se efectúa en un nivel equivocado.
Un ejemplo de esto lo representa el caso de un progenitor que no utiliza su
autoridad, sino que espera que el adolescente haga espontáneamente sus deberes.
Con frecuencia resulta paradójico el mensaje de “quiero que mi hijo lleve a
cabo sus responsabilidades sin yo tener que pedírselo”
De
la segunda condición, se advierte que, aunque los progenitores perciban que
están llevando a cabo diversas alternativas de solución o que “ya lo han
intentado todo”, con frecuencia estos intentos pertenecen a un mismo nivel lógico,
por tanto que estarían aplicando más de lo mismo esperando resultados
diferentes.
La Terapia Breve Sistémica (TBS)
La
teoría de la comunicación humana desarrollada por Watzlawick y cols. (1968) constituye
uno de los fundamentos del modelo de TBS. En esta obra se explica que debido a
que es imposible no comunicarse ya que toda conducta es comunicación, todos los
problemas se dan en un contexto de relación y, por ende, la unidad principal de
análisis no es el individuo sino las interacciones con su entorno, es decir la comunicación.
Estos mismos autores (Watzlawick
y cols.,1992) ofrecen un marco para entender la formación y persistencia de
problemas humanos en su obra Cambio. Se parte del supuesto de que los problemas
se generan y mantienen por los intentos de solución que han llevado a cabo las
personas con el fin de resolverlo.
Además en
el modelo de TBS se toma en cuenta que, de acuerdo con la visión constructivista,
no existe una definición unívoca de salud y enfermedad. De esta forma se
entiende que “Salud” y “patología” son etiquetas, que cambian según el momento
de la observación y dependiendo de quién sea el observador.
Lo
patológico según Nardone (2007) es aquello que determina sufrimiento en el
paciente y/o en su red relacional. Tal sufrimiento se configura como la
imposibilidad de acceder a comportamientos deseados: la persona no dispone de
los recursos que forman parte del repertorio de comportamientos típicos de la
especie humana.
Eve
Lipchik (2004) integra a esta concepción constructivista una perspectiva
biológica que incluye las emociones, comenta:
“Los
seres humanos son únicos en lo concerniente a su herencia genética y su
desarrollo social. Su capacidad de cambiar está determinada por estos factores
y por sus interacciones con los demás. Los problemas son situaciones de la vida
actual experimentados como insatisfacción emocional con uno mismo y en relación
con los otros”
La
estrategia principal de cambio en el modelo de TBS consiste en bloquear los
Intentos de Solución Ineficaces (ISI) y aumentar los Patrones Interpersonales
de Satisfactorios (PIP). Todo esto tomando en cuenta que cada cliente es único.
Otro supuesto fundamental en la TBS es el que se refiere a que sólo se necesita un
pequeño cambio para iniciar la solución. Los terapeutas centrados en soluciones
asumen la premisa de totalismo de la Teoría General de Sistemas (Bertalanffi,
1969) en el sentido de que “un cambio en algún elemento del sistema genera
cambio en los demás elementos del sistema y en el sistema total”.
Desde
este enfoque, también se simpatiza con la idea del efecto avalancha, efecto dominó
o efecto mariposa que permite planear las intervenciones desde los recursos del
propio cliente y valorar hasta el más pequeño de los cambios.
Para
De Shazer (1988) el problema y la solución son dos categorías discontinuas y
utiliza la metáfora de la llave y la cerradura para explicarlo. En sus
términos, para abrir una puerta no es necesario tener una llave que se
corresponda exactamente con la forma de la cerradura, sino que es suficiente
con usar una ganzúa que abra el mecanismo.
En
este sentido lo que para una persona puede ser una solución para otra con un
problema similar no lo es. En una TBS se suelen construir soluciones o
posibilidades a partir de las excepciones o de las expectativas que las
personas tienen de sus vidas sin la presencia de las situaciones que les aquejan.
Asumir este presupuesto ayuda a tomar atajos en el proceso y por ende acortar
la terapia.
Para explicar cómo se consolidan las soluciones la TBS se apoya en la creencia de que las personas cuentan con los recursos necesarios para resolver
sus dificultades. En la práctica de la TBS se suelen tener en cuenta los recientes
estudios acerca de la resiliencia personal (Cyrulnik, 2013) y familiar (Walsh,
2007) que proporcionan información acerca de la capacidad que tienen personas y
familias para hacer frente a las adversidades y salir fortalecidas de ellas.
Esta
idea ayuda al clínico a tomar una postura de colaboración que permita evocar y
ayudar a gestionar recursos y lados fuertes presentes. La terapia se convierte
así en una consulta en donde el terapeuta ofrece ideas, propone nuevas visiones
y acciones y el cliente decide tomarlas, rechazarlas o dejarlas en espera.
En
el modelo de TBS el lenguaje representa el eje central de la terapia. El
terapeuta centrado en soluciones concibe al lenguaje, en correspondencia con la
posmodernidad, como el principal vehículo que da sentido a la realidad.
Desde
esta perspectiva constructivista, la terapia resulta un proceso conversacional
capaz de generar significados. Tarragona (2006) refiere que “la forma en la que
pensamos y hablamos de nuestros problemas o dificultades puede contribuir a que
nos hundamos más en ellos o podamos contemplar nuevas formas de verlos, de
solucionarlos o transformarlos”
En
otro orden de ideas, desde el modelo TBS se puede concebir la terapia como un
método para resolver problemas. Haley (1990) aconseja centrarse en los
problemas de la vida cotidiana y evitar orientar la entrevista a temas
filosóficos o existenciales. Siguiendo está noción se adopta la perspectiva de
una terapia centrada en el problema y su solución.
Las
técnicas que se desarrollan en el modelo de la TBS proceden de 3 fuentes
principales: a) el modelo interaccional del MRI, b) el modelo orientado a
soluciones del grupo Milwaukee (considerada la columna vertebral del enfoque) y
c) el modelo narrativo desarrollado por White y Epston.
Un ciclo sintomático.
Los
síntomas del adolescente surgen en un contexto de aislamiento interpersonal
caracterizado por la aceptación condicional y los intentos por controlar al
otro. Micucci (2005) explica:
“…mientras
los integrantes de la familia se empeñan en eliminar o controlar los síntomas,
la preocupación que estos suscitan los lleva a pasar por alto otros aspectos
importantes de la relación que mantienen entre sí. A medida que las relaciones
familiares se deterioran, todos los integrantes, y en particular el adolescente
sintomático, experimentan una sensación creciente de aislamiento”
La
figura de abajo describe la escala de síntomas:
Cuando
las familias tratan los síntomas del adolescente según los patrones rígidos
descritos en este ciclo sintomático, sus integrantes sólo pueden apreciar sus
lados negativos. Por ende, resultará complicado apreciar otras dimensiones de la
persona y, al no estar disponible una diversidad de facetas, el desarrollo de
cada uno de los integrantes se verá interrumpido.
Premisas de una psicoterapia breve sistémica
para adolescentes.
Se
enumeran a continuación los presupuestos básicos (O´halon, 1990):
1) Los adolescentes y sus familias tienen recursos y fortalezas
para resolver sus quejas.
2) El cambio no sólo es posible, es inevitable.
3) El cometido del terapeuta es identificar y aumentar el cambio.
4) No es necesario saber mucho sobre la queja para resolverla.
5) No es necesario conocer la causa o la función de una queja
para resolverla.
6) Sólo es necesario un cambio pequeño para iniciar la solución.
7) Los adolescentes y sus familias definen los objetivos.
8) El cambio o la resolución de problemas se puede dar en un tiempo
breve.
9) No hay una única forma “correcta” de ver las cosas.
10) Céntrate en lo que
es posible y puede cambiarse.
Pautas de intervención
1) Convocatoria
Es importante convocar el sistema familiar a la terapia. A
continuación, se enlistan algunas sugerencias:
• Convocar a la mayoría de
los elementos del sistema, luego administra las participaciones.
• Utilizar un estilo
condicional: Presencia de ambos padres como requisito para la terapia.
• Si solo va uno, pedir
autorización para llamar a los demás adultos implicados.
• Llamar al padre y explicar
loa importancia de conocer su opinión para la atención del adolescente. En la
sesión, elogiar, enfatizar lados fuertes y recursos, ventajas egoístas de
eliminar el síntoma y desventajas de que se mantenga.
• Mandar una carta con
elogios, ventajas y desventajas del síntoma e invitación al adulto implicado.
• En las sesiones, hacer
presente a los que no van por medio de la entrevista. Ejemplo: Demos por caso que tu papá estuviera
presente hoy, ¿Qué opinión tendría?
2) Rastreo del problema:
•
Patrón Interpersonal Problemático
Esta estrategia consiste en identificar los
patrones que mantienen y a su vez son mantenidos por el problema del
adolescente y su familia (sistemas de conductas y significados que se retroalimentan),
(encadenamiento de estímulo y respuestas), (círculos viciosos) (secuencia
problema o patrón interpersonal problemático) con el fin de perturbar o
bloquear la secuencia de conductas en las que se inscribe el problema.
¿Pueden
darme un ejemplo de la vez más reciente en donde se presentó el problema?
Emoción:
¿qué sintió?,
Cognición:
¿Qué pensó?
Conducta:
¿Qué hizo? y
Relación:
¿Qué efecto tuvo en los demás?, ¿Cómo reaccionaron los demás?
Una vez obtenida a descripción detallada se interviene:
a) Redefiniendo una parte de
la secuencia para alterar su significado, o
b) Proponiendo una tarea
(experimentos) que modifique alguna de las conductas implicadas en la
secuencia.
•
Intentos de solución
Esta técnica tiene como objetivo identificar intentos
de solución fallidos (I.S.F.) que mantienen el problema con el fin de romper
círculos viciosos, pidiendo a los clientes que hagan lo contrario a lo que
venían haciendo.
Algunas preguntas que
facilitan recabar la información son:
De
las cosas para enfrentarse al problema ¿Cuáles no funcionan?, ¿Cuáles tienen el
efecto de mantenerlo o aumentarlo?, ¿Qué lo pone peor?
¿Qué
comparten estos intentos de solución, aparentemente distintos?
¿Cuál
es la buena razón de intentar…?
Una vez obtenida la información se puede intervenir:
a) Decidir la estrategia
terapéutica a seguir, pensando un giro de 180° respecto al denominador común de
los I.S. ¿Qué sería lo contrario de los IS?
b) Traducir la estrategia en
pautas de acción y concretarlas en forma de tareas.
c) Plantear las tareas a los
clientes de forma congruente con su postura.
•
Transacciones en el
consultorio
Consiste
en que el terapeuta tome en cuenta los patrones que se manifiestan en el modo
de hablar, quién dice qué en qué momento, quién habla con quién y cuáles son
las interacciones diádicas más frecuentes. Para ello se apoya de las preguntas
circulares.
3) Redefinir el problema
Mediante
esta intervención, el terapeuta ofrece a la familia una forma alternativa de
entender lo que les sucede. Sin embargo, es importante aclarar que no se trata
de proponer un significado más “verdadero” o “correcto”, sino lo bastante
distinto como para marcar la diferencia de percibir y de reaccionar ante una
situación. La elaboración de la propuesta no se guía por un criterio de
veracidad sino más bien por un criterio de utilidad.
Una
forma de estructurar el mensaje de redefinición del problema es el siguiente:
} “A Lupita le hace falta practicar __________. Esto generaba problemas, dificultades, malos
ratos, discusiones, etc. Por consiguiente, la relación entre ustedes y Lupita
se deterioró (rivales y/o distantes). Lupita no solo empeoraba por que no
practicaba ________ sino porque no había la relación favorable que sirviera de
plataforma desde donde practicar”
4) Ruptura del ciclo sintomático
Estrategia
|
Intervención
|
Promover el diálogo
|
Rituales de dar y recibir:
Promover acciones simbólicas que inciden en las interacciones familiares
modificando los vínculos y formas de expresar los afectos. Se incluyen en
ellas intercambios de objetos (regalos, comida, tarjetas, etc.) y de afectos
(reconocimiento, perdón, agradecimiento, etc.)
|
Comunicación positiva:
Ayudar a la familia a clarificar los mensajes, a mostrar empatía, a dar
mensajes directos, a reconocer o positivo.
|
Borrón y cuenta nueva:
Ayudar a los miembros de familia a superar resentimientos mediante ritual de
paso de una etapa en donde se lastimaron a una nueva etapa en donde se
construyan mejores relaciones.
|
¿Quién dará el
primer paso?: Introducir esta pregunta en las
conversaciones de terapia puede generar expectativas positivas que motiven a
los integrantes a pasar a la acción.
|
La caja de los secretos:
Cuando se sospecha a presencia de secretos, se pide la familia destinar una
caja para: a) guardar los secretos que los integrantes aún no se sienten
listos para revelar y b) las dudas que tienen los miembros de la
familia.
|
Poner de manifiesto conflictos
encubiertos
|
Connotación
positiva de las dificultades, desacuerdos y problemas
|
Entrevista con el otro Internalizado: ver
|
Desalentar el control
|
Tarea de observación:
Por ejemplo: “Observa que es
diferente los momentos en que logras…” El progenitor, con fines de
evaluación, se centrará en observar únicamente sin intervenir.
|
Tarea de la sorpresa:
Se pide a cada uno de los miembros de la díada que, en el tiempo entre una
sesión y otra, procuren realizar alguna acción que sea capaz de sorprender al
otro pero que se mantenga en secreto. Luego, en sesión, cada uno tratará
de adivinar qué sorpresas llevó a cabo su pareja.
|
Ritual de días pares e impares:
Son acciones simbólicas que abordan creencias opuestas y escaladas simétricas
de los conflictos. Una acción común son las inversiones que resultan útiles
en situaciones en donde se negocian diferencias. Las inversiones consisten en
pedirle a una persona que piense o actué como la otra durante períodos
específicos.
|
Estimular el cambio unilateral
|
Meta a nivel ser: Ayudar
al adolescente y a los integrantes de la familia a definir una meta
individual que contribuya al bienestar familiar. Cada uno puede hacer una
lista de indicadores de meta, describiendo lo que va a sentir, pensar y hacer
diferente que le indique que ya ha logrado su objetivo.
|
Ritual de control del hábito:
se invita a los miembros de la familia a destinar un día a la semana con el
fin de revisar los avances en su meta terapéutica, los obstáculos a los que
se pueden enfrentar y generar ideas para superarlos y mejorar.
|
Sesiones individuales
|
Buscar excepciones
|
Cambio pre-tratamiento: ver
|
Proyección a futuro: ver
|
Construir nuevos relatos
|
Carta a mi Yo nuevo:
Se le pide al adolescente que elabore una carta dirigida a su Yo renovado,
luego de la experiencia de haber superado el problema. En ella podrá darle la
bienvenida, expresar sus expectativas y/o sellar compromisos.
|
Externalización del problema: ver
|
Carta de despedida al problema:
Se le pide a adolescente que elabore
una carta dirigida al problema, en la que relate su experiencia y en la que
ponga punto final a la relación entre ambos.
|
Días pares e impares:
ver arriba
|
5) Mantenimiento y terminación
La
etapa de mantenimiento comprende la supervisión y seguimiento de los cambios y el
ajuste de las intervenciones. El propósito en esta fase es ayudar al adolescente
y su familia a superar los alti-bajos del cambio, prever, prevenir y aprender
de las recaídas para sostener su nueva forma de ser y actuar. Para lograr estos
fines, el terapeuta puede apoyarse de las siguientes estrategias:
• Ampliar las mejorías
Para
ampliar las mejorías el terapeuta inicia las entrevistas de las sesiones
subsecuentes que consiste en centrar la conversación desde un principio en los
cambios que ha habido entre una sesión y otra. Esta estrategia se ejecuta en 6
pasos:
1)
Ayuda al adolescente y su familia a realizar una lista de esfuerzos: ¿Qué
esfuerzos han estado haciendo para que las cosas vayan mejor?, ¿Qué han
intentado hacer diferente en las dos últimas semanas?
2)
Ayuda al adolescente y su familia a especificar diferencias: ¿En qué forma eso
es diferente a como sucedía antes?, Esta manera de enfrentar la situación, ¿En
qué forma es diferente a como lo hubieras enfrentado hace un mes?, ¿En qué
forma eso ha sido bueno para ti?
3)
Ayuda al adolescente y su familia a identificar los efectos positivos en las
demás áreas de su vida: Estos cambios que ha estado logrando, ¿Qué efectos
positivos han tenido en Juanito (en su trabajo, estado de ánimo, forma de
pensar, relaciones, etc.)?
4)
Pregunta por la escala de mejoría.
5)
Pregunta por la clave/formula que utilizó para lograr los cambios.
6)
Proyecta al adolescente y su familia a un futuro en donde da los siguientes
pasos hacia la meta.
Cuando
el adolescente y su familia no identifican mejorías, se elabora una
deconstrucción del relato inicial. Deconstruir implica aceptar el marco de
referencia global que emplean los clientes, esto es, aceptar de entrada como
válido el relato que ellos han construido y, a partir de ahí, tratar de
introducir alguna duda sobre algunos de sus elementos hasta desafiar la
historia entera.
• Prevenir recaídas
Esta
intervención consiste en invitar al adolescente y su familia a reflexionar
sobre qué circunstancias podrían implicar un estancamiento o una recaída.
Para luego explorar las ideas de cómo se las arreglarán para enfrentar,
recuperarse o paliar esos pasos para atrás.
La
técnica se realiza en 3 pasos:
1) Utilizar
un lenguaje condicional para plantear los riegos de retroceso:
Ahora
que estás en un 9, ¿qué piensas que podría ser un obstáculo para mantenerlo en
las próximas semanas?
Ahora
que has estado avanzando, ¿Qué cosas podría tratar de aprovechar (el problema
externalizado) para volver a ganar terreno?
2) Tomar
una postura de abogado del diablo, ofreciendo el peor
panorama posible.
“Demos
por caso que…”
3) Utilizar
un lenguaje presuposicional para establecer o dar por entendido que el
cliente sabrá manejarse en la situación de riesgo.
¿Qué
cosas vas a estar haciendo para sobrellevar los obstáculos?
¿Cómo
te las vas a arreglar para seguir con las riendas de tu vida, para no permitir
que (el problema externalizado) se te acerque?
¿Cómo
te ayudaría eso?
Cabe
señalar que, en esta etapa del proceso, el terapeuta podría ocuparse de temas
que hasta el momento han quedado al margen de las conversaciones terapéuticas
por haberse centrado en la meta definida conjuntamente con el sistema
consultante. Pueden ser útiles las sesiones individuales con el adolescente
para abordar directamente la crisis evolutiva (interrumpida por el ciclo
sintomático) y con los integrantes de la familia que vieron frenado su
desarrollo mientras lidiaban con los síntomas.
• Aprender de las recaídas
Esta
estrategia se basa en la idea de que el cambio en la terapia no es siempre
estable ni lineal y que por tanto la transformación puede fluctuar entre
avances y retrocesos. Durante la terapia, los miembros de la familia van
ensayando las nuevas maneras de actuar y de pensar alternando con momentos en
que regresan a su zona de confort y a la seguridad conocida de los viejos
hábitos.
Esta
intervención se lleva a cabo en 3 pasos:
1
Ayudar al reconocimiento de la recaída y/o de las fallas propias
2
Describir la secuencia de la recaída:
¿Cómo
te explicas que volvieras a (el problema)?, ¿Qué cosas se pusieron en tu
contra?, ¿Dónde dirías que estuvo tu fallo?, ¿Qué es lo que hiciste mal que
contribuyó para que volvieras a caer? (conducta), ¿Qué
pasó por tu cabeza cuando hiciste eso? (pensamiento), ¿Cómo te
sentiste? (emoción), ¿Qué efecto tuvo en los demás?, ¿Cómo
reaccionaron los demás? (interacción).
3
Describir un patrón interpersonal de solución (PIS) fantaseado:
3.1
Solución hipotética:
Si
pudieras regresar el tiempo al momento de la recaída, ¿Qué te hubiera gustado
hacer diferente?, ¿Qué crees que hubiera sido una mejor opción?, ¿Qué recursos
hubieras puesto en práctica?
3.2
Prever obstáculos y respuestas de afrontamiento:
Demos
por caso que en las próximas semanas se pudiera presentar una situación
similar, ¿Cómo te gustaría manejarla?, ¿Qué ideas te van a ayudar a manejarlo
mejor?
Conclusiones
En conclusión, estas cinco pautas que se han
presentado constituyen una propuesta para orientar la aplicación del modelo de
terapia breve sistémica al trabajo clínico con adolescentes y sus familias.
Se considera pertinente en principio entender
las implicaciones del proceso de desarrollo de la adolescencia y las dinámicas
familiares comunes en esta etapa y se enfatiza la idea de que a través de
prácticas colaborativas que permitan acceder a otras facetas de la persona y
proyectarse a un futuro que aborda temas relacionados con sus sueños y
esperanza de vida el terapeuta podría generar una relación respetuosa y de
confianza con el adolescente y con los demás miembros de su familia.
Bibliografía
Charles, Ruperto. (2007) Soluciones para parejas y padres. Editorial
Cree-Ser, Monterrey.
Domínguez, Jorge. (2008) Preparando a
los hijos para el éxito. Ed. Cree- Ser.
Fiorenza, Andrea (2003) Niños y adolescentes difíciles. Ed. RBA
LipchiK, Eve. (2008) Terapia centrada en la solución. Amorrortu.
Llavona, L. y Mendez, F. (2012) Manual del psicólogo de la familia. Ed. Pirmanide.
Micucci, Joseph. (2005) El adolescente en la terapia familiar. Amorrortu
editores, Buenos Aires.
Pitman III, Frank. (1995) Momentos decisivos. Paidós.
Selekman, Matew. (1998) Abrir caminos para el cambio. Gedisa.
Watzlawick, Paul (2012) Cambio. Formación y solución de los problemas
humanos. Herder, Barcelona.