En esta entrada se presenta una
propuesta de intervenciones para fortalecer el vínculo entre padres e hijos en
el contexto clínico y a la luz del modelo de la terapia breve. En la primera
parte se aborda el tema del vínculo afectivo y su importancia y riegos en las
familias. En un segundo apartado se presentan las intervenciones generales y los
ejercicios, rituales y tareas para e trabajo con los vínculos familiares.
Vínculo
afectivo entre padres e hijos
La afectividad es la dimensión del
desarrollo humano que tiene que ver con la construcción de lazos
emocionales y psíquicos con otros, los cuales empiezan a darse simbólicamente
en las relaciones desde antes del nacimiento y están presentes a lo
largo de la historia de vida de cada sujeto.
La primera forma de participar en el mundo es a
través de la familia, sistema que cumple la función de socialización primaria y
con quienes se empieza a dar todo un proceso de entrega y de correspondencia de
significados. Sin embargo, existen también otros escenarios de
socialización que representan mediadores para la construcción de la
dimensión afectiva, tales como los agentes educativos o adultos significativos
que intervienen en la infancia.
Para Bowlby (1993) la conducta afectiva tiene una base
biológica. Llama “apego” a la relación que se establece de manera natural y por
una pauta de conducta biológica entre el niño y su cuidador principal, en la
medida en que este último le proporciona la satisfacción de sus necesidades
básicas en pro de la supervivencia. El apego puede tener varias
manifestaciones, de acuerdo con la manera como ese cuidador se presente ante el
niño, generando de este modo seguridad, inseguridad, ambivalencia, resistencia
o ansiedad.
El apego, que tiene un origen biológico, se
distingue de la vinculación que se encuentra en el orden de lo social. Para
Pineda (2013) el vínculo afectivo es una construcción del orden de lo subjetivo
referida a la relación con otro, que tiene raíces en el apego, pero que
trasciende a lo psicológico. El tipo de vinculación afectiva que se haya
generado en la infancia con los padres o cuidadores, tiene directa relación con
el tipo de relaciones que establece un ser humano con los otros y con el mundo
a lo largo de su vida.
Aspectos que afectan la construcción del
vínculo afectivo
Pineda
(2013) reflexiona sobre los aspectos que hacen vulnerables a las familias que
pueden afectar la construcción del vínculo afectivo entre padres e hijos. La
siguiente tabla enumera estos factores y los describe.
Aspectos |
Descripción |
Tensiones del
embarazo |
Estrés psicosocial en
el embarazo, como la percepción de problemas económicos, presencia de eventos
estresantes o depresión, presencia de agresión psicológica familiar y
presencia de violencia psicológica, física o sexual al interior del hogar. |
Tensiones asociadas a
la crianza de los hijos. |
Las pautas y las
prácticas de crianza son reflejo de la forma como fueron criados los mismos
padres. Por ejemplo, si existieron límites difusos, formas de sanción
violentas y escasa comunicación, esto tenderá a reproducirse en las futuras
generaciones. Además, la autoestima
baja en las áreas emocional e intelectual genera una autoevaluación
deficiente de su desempeño como madres. |
Tensiones económicas
y de negocios |
Para proveerle a sus
hijos la atención a todas sus necesidades, los padres realizan esfuerzos
laborales mucho mayores, en términos de tiempo y capacidades disponibles. La elevada tasa de
actividad laboral de las mujeres cabeza de hogar está ligada a empleos
altamente inestables o sin contratación. Reducción de las
posibilidades de tiempo libre, disfrute, placer y creatividad. |
Tensiones
intrafamiliares |
Conductas
autodestructivas y dañinas del otro, como las violencias internas, el consumo
de alcohol y sustancias psicoactivas, la delincuencia, al igual que las
escasas manifestaciones de afecto. |
Ciclo sintomático del desgaste de la
relación
Desde una perspectiva clínica, Micucci (2005)
describe un ciclo sintomático común en familias con niños o adolescentes que
presentan síntomas. La respuesta es de
los progenitores ante la conducta problemática suele generar un descuido y
desgaste de los vínculos afectivos entre padres e hijos.
Tal como lo describe la figura siguiente, cuando
aparece un problema o un síntoma en el menor sus padres se concentran en tratar
de eliminarlo. Sin embargo, aunque es bien intencionada, la respuesta de los
padres implica un descuido de las relaciones con el hijo y a la postre el
deterioro de las mismas. Por otro lado, el menor es visto como “el problema” lo
cual genera sentimientos de incomprensión y aislamiento del hijo. Todo esto
hace que el síntoma inicial se intensifique.
Intervenciones generales
1.
Convocatoria del sistema
A fin de hacer presentes las figuras de los
progenitores en la terapia del menor, se sugieren algunas de las siguientes
pautas:
a.
Desde el comienzo, se puede convocar a la mayoría de los miembros del
sistema, luego administrar las participaciones.
b.
Utilizar un estilo condicional: Presencia de ambos padres como requisito
para la terapia.
c.
Si solo va uno, se pide autorización para llamar a los demás adultos
implicados.
d.
Es posible llamar al padre que no acude y explicar la importancia de
conocer su opinión para la atención del niño. En la sesión, elogiar, enfatizar
Lados Fuertes y Recursos, ventajas egoístas de eliminar el síntoma y
desventajas de que se mantenga.
e.
Es posible mandar una carta con elogios, ventajas y desventajas del
síntoma e invitación al adulto implicado.
f.
En las sesiones, presentificar a los que no van por medio de la
entrevista.
2. Interrogatorio
circular/cruzado
Con el fin de mantener un clima emocional positivo
y evitar que las sesiones conjuntas (cuando trabajamos con padres e hijos) se
conviertan en un ring de boxeo, empleamos preguntas cruzadas y circulares.
La técnica se basa en dos sencillas reglas. La
primera tiene que ver con no permitir al progenitor hablar mal del hijo, es
decir, evitar mencionar los aspectos negativos del menor y sólo consentir
exponer lo negativo de uno mismo. La segunda se refiere a la promoción de
declaraciones de los aspectos positivos, lados fuertes y recursos del
hijo. El modo de empleo se describe en
la siguiente figura:
3. Redefinición del problema
Se propone una redefinición de la situación
problemática en términos de relación en contraste con la narrativa familiar de
ubicar el problema en la persona del hijo. Un ejemplo sería el siguiente:
“A Juanito le hace falta practicar _(ponga aquí una
habilidad que le permita al menor superar el problema). Esto generaba problemas, dificultades, malos
ratos, discusiones, etc. Por consiguiente la relación entre ustedes y Juanito
se deterioró (convirtiéndose en rivales y/o distanciándose). Juanito no solo
empeoraba porque no practicaba __(la habilidad)______ sino porque no había la
relación favorable que sirviera de plataforma desde donde practicar”
4. Buscando excepciones
Steve de Shazer define como “excepciones” aquellas
ocasiones en las que, en contra de lo esperado, no se da la conducta-problema.
En un sentido más amplio, las excepciones son aquellas conductas, percepciones,
ideas y sentimientos que contrastan con la queja y tienen la potencialidad de
llevar a una solución si son adecuadamente ampliadas. Ejemplos
a) En el pasado ¿Cuál es el recuerdo más bonito que
tiene de su hijo? Ver “la máquina del tiempo imaginaria”
b) ¿Cuándo fue la vez más reciente en que
disfrutaron juntos? Del tiempo que sacaron la cita a esta primera sesión ¿Qué
va mejor en la relación entre usted y su hijo?
c) En el futuro ¿Cómo te gustaría que te recordara
tu hijo?
Ejercicios, rituales y tareas para
fortalecer el vínculo entre padres e hijos.
A continuación, se presentan algunas intervenciones
que tienen el propósito de fortalecer el vínculo entre padres e hijos en el
contexto clínico. Se describe el modo de empleo de cada uno de ellas y las
situaciones en las que es pertinente usarlas.
5 minutos de oro molido
Para romper los patrones de hiperexigencia. Esta
tarea facilita que los padres observen comportamientos positivos y relajados en
sus hijos y también que observen las cosas buenas.
Modo de empleo: diariamente le van a dedicar a su
hijo 5 minutos de convivencia en la cual se prohíben los regaños y sermones y
se dedican solo a divertirse y disfrutar.
Hoy me gustó de ti
Cuando la dinámica entre padres e hijos se
encuentra sobrecargada de regaños, castigos y críticas. Esto impide la
retroalimentación de los recursos y lados fuertes del niño.
Modo de empleo: consiste en que los padres observan
las cosas positivas que el niño hace durante el día y por la noche antes de
dormir hacer un recuento de las cosas buenas que hizo (aunque sea pocas o
mínimas) después de la frase de “Hoy me gustó de ti…”.
La libreta de las cosas buenas
Con el fin de romper el patrón de observar sólo los
defectos, de darle más peso a lo malo que tiene y a lo que hace mal.
Modo de empleo: se le entrega al niño y a sus
padres una libreta pequeña en donde los padres pondrán la fecha del día y al
final de cada día, harán un recuento de las cosas buenas por mínimas que sean
que haya hecho el niño.
Ritual de perdón
cuando la relación está desgastada o deteriorada.
Cuando se ha rivalizado mucho con el hijo o cuando se ha estado muy
distanciado.
Modo de empleo: tres pasos, 1) tomarse de las manos
y mirarlo a los ojos, 2) decirle los recuerdos bonitos que tiene de él, de lo
que le pide perdón y a lo que se compromete y 3) cerrar el ritual con un
abrazo.
Ritual de conexión
Con el fin de fomentar y mantener la buena relación
con el hijo.
Modo de empleo: todos los días el padre se va a
acercar a su hijo y le va a decir lo siguiente “porque te amo mi deber es pedir
cosas que no quieres, pero es porque te amo. Si no te quisiera, no me
importaría lo que hicieras y por lo tanto te voy a seguir pidiendo esas cosas,
pero quiero que sepas de antemano que es con todo el amor del mundo” y cierra
con un abrazo.
Borrón y cuenta nueva
Cuando la relación padre e hijo se encuentra
deteriorada y algunos eventos y malas conductas del pasado obstaculizan el
primer paso para mejorar la relación.
Modo de empleo: Se le pide al padre que imagine que
como por arte de magia todos los agravios errores y fallas del pasado se borran
y que podrá relacionarse con su hijo a partir de cero. Luego haces la pregunta
del milagro, realizas un ritual de perdón y comunicas la idea de hacer un
borrón y cuenta nueva. Por último, ofrece hacer por él algo pequeño y concreto
algún privilegio o regalo como símbolo de hacer las paces.
Ritual del apapacho
Cuando a los miembros de la familia les resulta
difícil demostrar afecto y hablar de forma positiva de los demás.
Modo de empleo: los miembros de la familia se
turnan para sentarse frente a los demás miembros mientras cada uno le da tres
elogios.
Piojito reflexivo
Para promover un espacio de comunicación padre e
hijo que ayude al niño a reflexionar sobre sus conductas, los efectos que
tienen en él y en los demás y el control que tiene sobre ellas.
Modo de empleo: mientras le haces piojito,
preguntas a tu hijo ¿qué cosas buenas hiciste en este día?, ¿cómo te hizo
sentir eso?, ¿cómo lo lograste?, ¿qué otras cosas buenas vas a hacer mañana?, ¿cómo
te vas a sentir mañana?
La caja de los elogios
Para promover la comunicación positiva y la
expresión del afecto entre los miembros de la familia, cuando la familia se ha
centrado en los aspectos negativos únicamente.
Modo de empleo: en una caja con ranura los miembros
de la familia introducen papeles con elogios, felicitaciones y agradecimientos
para los demás. Al final del día se reúnen para leerlas juntos.
El juego de “conociendo mejor a
mi hijo”
Para promover en los padres el conocimiento de la
persona del hijo. El conocimiento del hijo al margen del problema puede ser el
primer paso para el acercamiento y la mejoría de la relación.
Modo de empleo: consiste en un juego en el que
ambos (padre e hijo) contestan de forma individual y secreta algunas preguntas
relacionadas con el niño para descubrir en cuántas respuestas coinciden y en
cuántos difieren (cuál es su color favorito, cuál es su artista favorito, cuál
es su mejor amigo, etcétera)
El trivial de la familia
Para fomentar la comunicación y el conocimiento
mutuo entre padres e hijos; cuando el adolescente se queja del poco interés por
parte de sus padres por sus cosas.
Modo de empleo: se pide a cada miembro de la
familia deje por la mañana en un lugar determinado una tarjeta con una pregunta
personal sobre sí mismo, sus aficiones o intereses. Los demás tienen todo el
día para averiguar cuál es la respuesta a cada una de las preguntas. Por la
noche comprobarán los resultados.
El retrato familiar
Funciona en casos de niños poco expresivos
verbalmente, para proyectar un futuro libre del problema y construir
alternativas para mejorar relaciones.
Modo de empleo pide al niño que dibuje a su familia
tal y como la ve en el presente. Luego se le pide al niño que dibuje cómo le
gustaría ver a su familia. Al final, el dibujo se comenta junto con los padres
y el niño.
La máquina del tiempo
imaginaria
Para ayudar a la familia a recordar éxitos pasados
y cosas que solían hacer para llevársela mejor y lo que hacían cuando las cosas
iban bien.
Modo de empleo: el niño puede viajar hacia los
momentos en el pasado en que no se presentaba el problema o en los que era
satisfactoria la relación con sus padres. El terapeuta anima con algunas
preguntas para mejorar la descripción.
El hijo como profesor del padre
Cuando el progenitor se muestra crítico con el hijo
y/o tienen poco contacto. Se utiliza en familias en donde el adolescente tiene
poca participación.
Modo de empleo: una vez que se ha identificado el
talento o habilidad del hijo, se le pide que dedique un tiempo para entrenar en
esta habilidad a su papá o mamá. El adolescente hará como un buen profesor mientras
que el padre lo hará como un alumno aplicado.
Conclusiones
Hasta aquí se han
presentado una serie de intervenciones que representan una propuesta para el
fortalecimiento de los vínculos entre padres e hijos. Se confía en que el
profesional de la salud podrá integrar algunas de estas intervenciones en su
práctica clínica no de manera aislada sino en el marco de una conceptualización
del caso.
Como puede
apreciarse las estrategias incluyen la noción del juego entre padres e hijos,
así como la comunicación como recurso a fortalecer en las familias. A partir de
la promoción de espacios para compartir experiencias, sentimientos, deseos,
emociones y expectativas, así como de intimidad entre madre e hijo o padre e
hijo, se protege a la familia ante situaciones de riesgo y se amplía el
horizonte de posibilidades familiares.
Bibliografía
Beyebach, M. (2010) 200 tareas en terapia breve. Herder.
Charles, R. (2007) De la violencia al amor. Hipnosoluciones en terapia
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Charles, R. (2005) Soluciones para parejas y padres. Ed. Cree- Ser.
Domínguez, J. (2005) Preparando a los hijos para el éxito. Ed. Cree-
Ser.
LipchiK, E. (2004) Terapia centrada en la solución. Amorrortu.
Micucci, J. (2005) El adolescente en la terapia familiar. Amorrortu.
Selekman, M. (2004) Terapia enfocada en soluciones con niños. The
guilford press.
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