viernes, 16 de octubre de 2015

7 presupuestos básicos de la Terapia de sesión única (TSU)


¿Puedes imaginar una terapia efectiva en tiempo breve?, ¿Puedes imaginar que el tiempo de la terapia no rebase la hora de la sesión inicial?, ¿Sería posible lograr cambios permanentes cuando sólo cuentas con una sesión para la intervención? El presente escrito expone una forma respetuosa y efectiva de ayudar a los consultantes en tiempo record. Se describe la Terapia de Sesión única (TSU) y 7 presupuestos principales que sustentan su práctica.  
  
¿Qué es una TSU?

La terapia de sesión única es una forma de terapia breve que surge por la inquietud de algunos terapeutas que han cuestionado la idea de que el cambio permanente sólo puede llegar mediante intervenciones de salud mental prolongadas y complicadas.

La característica principal del modelo es que trata cada sesión como una terapia completa. Los terapeutas que practican este enfoque parten de una fuerte convicción de que toda terapia puede ocurrir en una sesión y que en una sesión es posible generar un cambio significativo independientemente de la gravedad con que se pueda valorar al problema.

En la práctica, no difiere a otros modelos de terapia breve: los consultantes presentan una preocupación y construyen metas. El terapeuta invierte esfuerzos en dos vías. Por un lado, para que los consultantes terminen la sesión con la sensación de haber sido escuchados, con una mayor esperanza y conciencia de sus lados fuertes y recursos. Por otro, para que se comience a desarrollar un plan sobre cómo enfrentar sus preocupaciones. 

Presupuesto principales de la TSU

La terapia de sesión única tiene como principales fundamentos la Teoría general de sistemas (Bertalanffi, 1969), la cibernética (Kenney, 1994)  y el Construccionismo social (Gergen, 2006).  No es intención del presente escrito profundizar en los elementos epistemológicos de estás concepciones, antes bien enunciaremos algunos de los presupuestos básicos que fundamentan nuestra práctica:

1 “La mayoría de los procesos de terapia son breves”

La investigación de la eficacia y efectividad de los tratamientos confirma que la cantidad usual de sesiones, o la que ocurre con más frecuencia, en todos los modelos de terapia es una. (Boyhan, 1996; Bloom, 1992; Talmon, 1990) 

Por otro lado, se ha demostrado que el ritmo de cambio en el transcurso de la terapia decrece conforme aumenta el número de sesiones. Gran parte del cambio ocurre en las sesiones iniciales. (pekarik, 1992)

Cabe mencionar que existe suficiente evidencia empírica de que la terapia breve es efectiva (De shazer, 1986; Fisher, 1984; Weakland, 1974).  Para los terapeutas que utilizan un modelo ultrabreve resulta valiosa la visión que presenta De Shazer cuando menciona que no se trata de hacer menos que una terapia prolongada sino de alcanzar en el menor número de sesiones los mismos o mayores resultados.

2 “La terapia cómo método para resolver los problemas de la vida real”

Haley (1990) aconseja centrarse en los problemas de la vida cotidiana  y evitar orientar la entrevista a temas filosóficos o existenciales. Siguiendo está noción los  clínicos de la TSU adoptan la perspectiva de una terapia centrada en el problema y la solución.

Watzlawick y cols. (1992) nos ofrecen un marco para entender la formación y persistencia de problemas humanos en su obra cambio. Coincidimos con la concepción de que los problemas se generan y mantienen por los intentos de solución que han llevado a cabo las personas con el fin de resolverlo.

3 “No es necesario saber mucho del problema para resolverlo”

Para De Shazer (1988) el problema y la solución son dos categorías discontinuas y utiliza la metáfora de la llave y la cerradura para explicarlo. En sus términos, para abrir una puerta no es necesario tener una llave que se corresponda exactamente con la forma de la cerradura, sino que es suficiente con usar una ganzúa que abra el mecanismo.

En este sentido lo que para una persona puede ser una solución para otra con un problema similar no lo es. En una TSU se suelen construir soluciones o posibilidades a partir de las excepciones o de las expectativas que las personas tienen de sus vidas sin la presencia de las situaciones que les aquejan. Asumir este presupuesto ayuda a tomar atajos en el proceso y por ende acortar la terapia.

4 “Cada sesión puede ser una terapia entera”

De acuerdo al modelo de prochaska y Diclemente (1982) el cambio se logra pasando por etapas diferenciadas. Una persona puede, en tiempo variable,  pasar de una etapa a otra hasta lograr dar vuelta a la rueda de cambio. Basado en esta concepción del proceso de cambio, un terapeuta ultrabreve intentará identificar la etapa en que se encuentra su cliente y lo ayudará a completar, en el transcurso de la sesión y en la medida de lo posible, todo el ciclo.

5 “Sólo se necesita un pequeño cambio para iniciar una solución”

Los clínicos que utilizan la TSU asumen la premisa de totalismo de la Teoría General de Sistemas (Bertalanffi, 1969) en el sentido de que “un cambio en algún elemento del sistema genera cambio en los demás elementos del sistema y en el sistema total”.
También simpatizan con la idea del efecto avalancha, efecto dominó o efecto  mariposa que les permite planear sus intervenciones desde los recursos del propio cliente y valorar hasta el más pequeño de los cambios.

6 “Las personas cuentan con recursos para solucionar y hacer frente a sus dificultades”
En la práctica de la TSU se suelen tener en cuenta los recientes estudios acerca de la resiliencia personal (Cyrulnik, 2013) y familiar (Walsh, 2007) que proporcionan información acerca de la capacidad que tienen personas y familias para hacer frente a las adversidades y salir fortalecidas de ellas. Esta idea ayuda al clínico a tomar una postura de colaboración que permita evocar y ayudar a gestionar recursos y lados fuertes presentes. La terapia se convierte así en una consulta en donde el terapeuta ofrece ideas, propone nuevas visiones y acciones y el cliente decide tomarlas, rechazarlas o dejarlas en espera. 

7 “El lenguaje como eje central de la terapia”

En una TSU se concibe al lenguaje, en correspondencia con la posmodernidad, como el principal vehículo que da sentido a la realidad. Desde esta perspectiva constructivista, la terapia representa un proceso conversacional capaz de generar significados. Los terapeutas ultrabreves suelen estar de acuerdo con Tarragona (2006) cuando refiere que “la forma en la que pensamos y hablamos de nuestros problemas o dificultades puede contribuir a que nos hundamos más en ellos o podamos contemplar nuevas formas de verlos, de solucionarlos o transformarlos”.


Hasta ahora se ha definido a la TSU y enumerado los presupuestos principales que permiten fundamentar la práctica. Como se puede apreciar la mayoría de las premisas son compartidas con otros modelos de terapia breve. Tal vez la principal distinción sea la fuerte convicción, por parte del terapeuta de que una sesión es suficiente para lograr cambios y que, por ende, es necesario actuar de acuerdo a la idea de  “por si no te vuelvo a ver”.

Fuente:
Cirulnik, Boris. Los patitos feos. Gedisa. Barcelona, 2002
De Shazer, Steve. Claves para la solución en terapia breve. Paidós. Barcelona, 1988.
Haley, Jay. Terapia para resolver problemas. Amorrortu, Buenos Aires, 1990.
Prochaska, James.¿Cómo cambian las personas y cómo podemos cambiar nosotros para ayudar a muchas personas? Traducido de The Heart and Soul of Change: What Works in Therapy. Mark A. Hubble, Barry L. Duncan and Scott D. Miller (Eds.), Washington, DC: American Psychological Association, 1999, p. 227-255
 Slive, Arnold y Bobele, M. Cuando sólo tienes una hora: terapia efectiva para clientes de atención inmediata. Editorial Paidós. México, D.F., 2013
Talmon, Moshe. Single session therapy. Jossey Bass. 1990.
Tarragona, Margarita. Las terapias posmodernas: una breve introducción a la terapia colaborativa, la terapia narrativa y la terapia centrada en soluciones. Psicología Conductual, Vol. 14, Nº 3, 2006, pp. 511-532
Walsh, Froma. (2004) Resiliencia familiar. Estrategias para su fortalecimiento. Buenos Aires. Amorrortu.
Watzlawick, Paul. Cambio. Herder. Barcelona, 1992.

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